Y la democracia, ah¨ª
Los comandantes de las Fuerzas Armadas reconocen sin problema a un exguerrillero como comandante en jefe
En una posesi¨®n cargada de s¨ªmbolos y de mensajes, tal vez el m¨¢s importante fue uno que se ha repetido en cada cambio de Gobierno y que esta vez tuvo un sabor distinto: cuando a las 17.30 de este 7 de agosto comenzaron los honores militares al presidente Gustavo Petro, rodeado de la c¨²pula militar, fue claro que la democracia colombiana, tan golpeada, tan llena de problemas y defectos, tan adolorida, se sostiene a p...
En una posesi¨®n cargada de s¨ªmbolos y de mensajes, tal vez el m¨¢s importante fue uno que se ha repetido en cada cambio de Gobierno y que esta vez tuvo un sabor distinto: cuando a las 17.30 de este 7 de agosto comenzaron los honores militares al presidente Gustavo Petro, rodeado de la c¨²pula militar, fue claro que la democracia colombiana, tan golpeada, tan llena de problemas y defectos, tan adolorida, se sostiene a pesar de todo.
No es detalle menor que los miembros de las Fuerzas Armadas reconozcan como su comandante en jefe a un hombre que en alg¨²n momento form¨® parte de un grupo guerrillero y como tal fue un enemigo a combatir. Fue hace muchos a?os, pero a¨²n en la campa?a algunos usaron ese pasado como un argumento en su contra. Muchos incluso apostaron que el pa¨ªs no estaba listo para esta transici¨®n y que un exguerrillero no llegar¨ªa a la presidencia. Tal vez por eso en su discurso el presidente dijo ¡°Estamos ac¨¢ contra todo pron¨®stico¡±.
Al terminar los honores, cuando los generales le hicieron el saludo militar y le estrecharon la mano al presidente Petro, se consolid¨® una transici¨®n pac¨ªfica y democr¨¢tica del poder en Colombia, y quiero pensar que se abri¨® un nuevo camino hacia la paz. Ese saludo tradicional es un s¨ªmbolo que esta vez estuvo al lado de muchos otros que cambiaron la cara de las ceremonias de posesi¨®n presidencial: una fiesta abierta a la gente; la espada de Bol¨ªvar como protagonista, Mar¨ªa Jos¨¦ Pizarro, la hija del asesinado jefe del M-19 Carlos Pizarro poniendo la banda presidencial; las mariposas; las banderas de colores venidas de mil rincones; la m¨²sica; los vestidos cargados de significados; Ca?o Cristales como escenario para la imagen oficial del presidente¡ Para el Gobierno entrante era importante dejar claro de todas las maneras posibles que comienza una nueva era.
Tan claro fue el cambio de Gobierno que la primera orden del nuevo presidente fue pedir el traslado de la espada de Bol¨ªvar a la ceremonia, echando para atr¨¢s una de las ¨²ltimas decisiones de Iv¨¢n Duque, que orden¨® dejarla en la Casa de Nari?o. Es la misma espada que en su primer acto proselitista se rob¨® el grupo guerrillero M-19, al que perteneci¨® el hoy presidente. Ser¨¢ la primera pero no la ¨²nica decisi¨®n que cambie el nuevo Gobierno. En su discurso de posesi¨®n el presidente Petro traz¨® su hoja de ruta y reiter¨® que habr¨¢ muchas novedades.
Plante¨® un dec¨¢logo de tareas, en las cuales se comprometi¨® primero con la b¨²squeda de ¡°la paz verdadera y definitiva¡±, y para llegar a ella plante¨® tambi¨¦n la necesidad de cambiar la pol¨ªtica contra las drogas, porque calific¨® esa guerra como un fracaso rotundo. Record¨® que estar¨¢ abierto al di¨¢logo. Invit¨® a los violentos a dejar las armas, record¨® que su idea es trabajar por los m¨¢s vulnerables y gobernar ¡°con y para las mujeres de Colombia¡±. Habl¨® de la inequidad hist¨®rica y fue enf¨¢tico en la prioridad que tendr¨¢n los organismos de seguridad: batallar contra la corrupci¨®n. Tambi¨¦n en su discurso, Petro dej¨® claro que aspira a un liderazgo internacional, y cada anuncio amerita an¨¢lisis y debate porque no hay duda: lo que viene es distinto y no se trata solamente de los s¨ªmbolos, por vistosos que ellos sean. Se trata de buscar cambios de fondo en las pol¨ªticas p¨²blicas.
La posesi¨®n fue una fiesta colorida y emotiva, pero a partir de hoy mismo Petro tendr¨¢ que pasar de los s¨ªmbolos a los hechos porque la expectativa es inmensa, los retos dif¨ªciles, muchos no creen en su proyecto y otros le apuestan al fracaso. Las mayor¨ªas que ha logrado en el Congreso son fr¨¢giles y la pol¨ªtica tradicional ya comenz¨® a mostrar sus dientes en el proceso de elecci¨®n de Contralor. Los congresistas que aterrizaron a ¨²ltima hora en su coalici¨®n le van a cobrar cada voto de cada proyecto, y su tarea y la de su Ministro del interior ser¨¢ saber balancear la relaci¨®n con la vieja pol¨ªtica, porque la necesitan para hacer cambios pero no pueden sucumbir ante ella. Son las paradojas del poder. Para poder hacer las reformas laboral, pensional, de salud, de educaci¨®n, lo primero ser¨¢ conseguir recursos, y para pasar la reforma tributaria necesita de esa pol¨ªtica concreta que se cuenta en votos.
¡°Nosotros no podemos fallar¡± le dijo el presidente a sus ministros en el momento de posesionarlos. Tiene raz¨®n. A pesar de que es un lugar com¨²n prometer en la campa?a y no cumplir en el Gobierno, el de Petro tiene un ingrediente in¨¦dito: se ha presentado como el Gobierno del pueblo y para el pueblo. El primer Gobierno de izquierda, el que tiene en el centro a los m¨¢s pobres, a los excluidos de las regiones que han estado alejados del poder. Ese pueblo al que representa Francia M¨¢rquez como vicepresidenta. Ella, con seguridad, estar¨¢ recordando de d¨®nde vinieron los votos que les dieron el poder.
Los nadies participaron de la fiesta de posesi¨®n y resulta dif¨ªcil no conmoverse ante las im¨¢genes de colombianos venidos desde los lugares m¨¢s apartados con una bandera en la mano y la esperanza pintada en el rostro. Ojal¨¢ no les fallen, pero ahora viene lo dif¨ªcil: gobernar y tratar de cumplir en medio de aguas turbulentas. Es imposible resolverlo todo y el tiempo dir¨¢ si Petro hace historia m¨¢s all¨¢ de ser un ex guerrillero que llega a la presidencia y a quien rindieron honores los generales de la c¨²pula militar.
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