Colombia, en llamas
Mientras apaga incendios y enciende pasiones en los corazones de los sectores sociales, Petro ratifica que dar¨¢ la pelea para que en la Casa de Nari?o ondee la bandera de la izquierda por otros cuatro a?os
En los primeros d¨ªas del a?o, la temperatura pol¨ªtica en Colombia ha alcanzado m¨¢ximos no registrados en muchos a?os, lo que anuncia un 2024 caliente, en el que la polarizaci¨®n aumentar¨¢, la oposici¨®n se radicalizar¨¢ y el Gobierno deber¨¢ acelerar su marcha, recuperar a la opini¨®n p¨²blica y demostrar orden, coordinaci¨®n y resultados para cumplir los anhelos del presidente Petro de consolidar una organizaci¨®n capaz de reelegir su ideario en 2026.
A la par que arden las monta?as en varias zonas d...
En los primeros d¨ªas del a?o, la temperatura pol¨ªtica en Colombia ha alcanzado m¨¢ximos no registrados en muchos a?os, lo que anuncia un 2024 caliente, en el que la polarizaci¨®n aumentar¨¢, la oposici¨®n se radicalizar¨¢ y el Gobierno deber¨¢ acelerar su marcha, recuperar a la opini¨®n p¨²blica y demostrar orden, coordinaci¨®n y resultados para cumplir los anhelos del presidente Petro de consolidar una organizaci¨®n capaz de reelegir su ideario en 2026.
A la par que arden las monta?as en varias zonas del pa¨ªs y se hacen ciertos los pron¨®sticos sobre el impacto del fen¨®meno de El Ni?o, que ha desnudado la crisis que vive la entidad estatal encargada de atender esa tragedia natural, la Unidad Nacional para la Gesti¨®n del Riesgo de Desastres (UNGRD), el Gobierno vive un gran incendio pol¨ªtico, en el que el presidente act¨²a como un gran bombero, por la suspensi¨®n provisional por tres meses del canciller ?lvaro Leyva, ordenada por la procuradora Margarita Cabello, quien est¨¢ a menos de un a?o de terminar su periodo legal.
Leyva enfrenta un juicio disciplinario por supuestas faltas que el Ministerio P¨²blico considera cometi¨® a t¨ªtulo de dolo, en uno de los esc¨¢ndalos que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica en los ¨²ltimos meses y le cost¨® la cabeza a la directora de la agencia de Defensa Jur¨ªdica del Estado, Martha Luc¨ªa Zamora, quien se atrevi¨® a cuestionar a Leyva y denunci¨® su equivocada estrategia jur¨ªdica y sus agresiones verbales.
Se trata del contrato por 117.000 millones de pesos para la elaboraci¨®n de pasaportes con la firma Thomas Greg & Sons, en el que se ha visto involucrado el hijo del canciller, y el presidente ha mantenido su posici¨®n de que Leyva solo cumpl¨ªa ¨®rdenes suyas. Para la Procuradur¨ªa, el funcionario investigado presuntamente viol¨® los principios que rigen la contrataci¨®n estatal.
Independiente de los argumentos jur¨ªdicos y el resultado de este proceso de la Procuradur¨ªa ¨Da la que sectores afectos al Gobierno acusan de estar al servicio de la agenda pol¨ªtica de la oposici¨®n, al igual que la Fiscal¨ªa y la Defensor¨ªa del Pueblo, hoy en manos de amigos personales del expresidente Iv¨¢n Duque¨D, el da?o reputacional al Gobierno est¨¢ hecho.
Para el embajador en Argentina, Camilo Romero, ¡°hoy hay un riesgo democr¨¢tico en Colombia por el secuestro de los entes de control a manos de la politiquer¨ªa. Van es por el contradictor, la defensa de sus causas personales y los intereses de sus amigos, no por el bien com¨²n¡±. Es por ello que la Procuradur¨ªa ha sido se?alada desde varios sectores como una de las entidades que deber¨ªa ser reestructurada e incluso suprimida en una reforma a la justicia. Tanto la Fiscal¨ªa como la Defensor¨ªa tendr¨¢n nuevos jefes este a?o, en decisi¨®n que le corresponder¨¢ asumir al Congreso de la Rep¨²blica.
El presidente Petro ha reaccionado con fuerza a la suspensi¨®n de su ministro ¨Dquien encabezaba la eventual lista del cambio de Gabinete¨D, recordando sus d¨ªas como alcalde de Bogot¨¢, cuando el procurador Ord¨®?ez le tumb¨® varios secretarios de despacho y lo destituy¨®, lo que fue un enorme favor que lo catapult¨® como v¨ªctima de la intolerancia de un fan¨¢tico religioso. Gracias a Ord¨®?ez, Petro construy¨® el mito comunicacional del l¨ªder perseguido por luchar por los derechos del pueblo, que venci¨® a la caverna y volvi¨® al poder con el apoyo del pueblo y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuya sentencia oblig¨® revisar y adecuar la normatividad sobre los procesos disciplinarios de los mandatarios elegidos popularmente.
La salida temporal del canciller fortalece el discurso del Presidente de que hay una conspiraci¨®n para sacarlo del poder ¨Dantes incluso hab¨ªa hablado de un golpe blando¨D y de la necesidad de unir la variopinta alianza de movimientos y partidos que conforman el Pacto Hist¨®rico en una sola colectividad que permita ¡°elegir otro gobierno progresista para que podamos profundizar esto, porque 200 a?os de olvido no se solucionan en cuatro a?os, pero hay que comenzar ya y a profundidad¡±.
Petro, en ese sentido, ha convocado a un congreso progresista, en el que participen las 1.500 personas elegidas en 2023. Esta iniciativa no ha encontrado el eco esperado, pues varios partidos ya anunciaron que no se fusionar¨¢n ni renunciar¨¢n a sus personer¨ªas jur¨ªdicas, lo que ser¨ªa ceder su autonom¨ªa al sector orientado por el presidente, allan¨¢ndole el camino a la candidatura que ¨¦l imponga.
Mientras apaga incendios y enciende pasiones en los corazones de los sectores sociales y las poblaciones m¨¢s marginales, el jefe de Estado ratifica que dar¨¢ la pelea para garantizar que en la Casa de Nari?o ondee la bandera de la izquierda por otros cuatro a?os. Por supuesto, la oposici¨®n, que no a¨²n no ha presentado el anunciado tigre que retorne la derecha al poder, contraataca celebrando la derechizaci¨®n de la poblaci¨®n, ante el creciente desencanto de los j¨®venes con la izquierda y la asfixia colectiva por la incapacidad del Estado de blindar las ciudades de la acci¨®n depredadora de los delincuentes y la percepci¨®n de mano blanda con los grupos criminales.
Petro est¨¢ en el campo de batalla apagando incendios. Un hombre como ¨¦l, formado en el fuego de la revoluci¨®n, se debe sentir en su medio ambiente natural. El 1 de mayo del a?o pasado, en la posesi¨®n de sus nuevos ministros, dijo: ¡°Vamos hacia un campo de batalla. Hay que triunfar¡±. Y orden¨® a sus funcionarios trabajar al doble del ritmo habitual. Alguno de esos ministros saldr¨¢ pronto en el anunciado remez¨®n ministerial. Y us¨® en aquella ocasi¨®n, por primera vez, la palabra reelecci¨®n. ¡°He pedido que en donde est¨¢n nuestras prioridades el Gobierno trabaje d¨ªa y noche. Trabajar de noche tambi¨¦n implica duplicar el periodo presidencial o sea que eso equivale a una reelecci¨®n¡±, dijo.
Hoy, nuevamente, la palabra reelecci¨®n est¨¢ de moda. No porque quienes la usen vivan en la Luna, sino porque el presidente ha mandado las se?ales claras de que va por el poder presidencial en 2026, aun en cuerpo ajeno. Al igual que ?lvaro Uribe, que est¨¢ alimentando un tigre que le presentar¨¢ al pa¨ªs pronto. Ojal¨¢ ese felino no est¨¦ muy cerca de las monta?as, donde arde Colombia y la fauna sufre.
Petro est¨¢ en campa?a permanente, abri¨¦ndole camino a un acuerdo nacional, con el presupuesto estatal al servicio de su visi¨®n de pa¨ªs, fortaleciendo los sectores sociales, impulsando en el Congreso las reformas aplazadas por varias d¨¦cadas, con cifras favorables en el campo econ¨®mico y otras menos plausibles en protecci¨®n de la vida de los l¨ªderes sociales y firmantes de paz, y seguridad. Pero no se ve claro que, con las encuestas en su contra, tenga asegurado el poder en 2026. Adem¨¢s, el incendio pol¨ªtico no parece estar pronto a apagarse y dejar¨¢ muchas cenizas a su paso.
El mandato presidencial de que ¡°hay que alistarse y defender la paz. Hay que defender el derecho de los pueblos a la justicia y la equidad. Una de esas defensas es apurar el paso para lograr los objetivos del programa Colombia Potencia Mundial de la Vida¡±, quiere activar en toda Colombia la b¨²squeda del poder desde las bases populares. La campa?a presidencial para reelegir lo que Petro llama un Gobierno Popular y Democr¨¢tico comenz¨® fuerte. S¨ª, el presidente apaga incendios, pero tambi¨¦n le echa fuego a un pa¨ªs polarizado, atizando el ambiente con su sentencia de que ¡°no nos van a dejar gobernar¡±.
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