Convocaron la Constituyente (y no nos dimos cuenta)
Ya es hora de que el presidente nos diga qu¨¦ de lo que quiere no est¨¢ en la Constituci¨®n de 1991. Qu¨¦ es lo que hace que ese texto resulte in¨²til para cambiar el pa¨ªs
?Qui¨¦n no quiere la paz? ?Qui¨¦n no quiere que Colombia sea un pa¨ªs decente en el que sus habitantes, pero sobre todo los despose¨ªdos, puedan vivir con tranquilidad y dignidad? Comienzo con estas preguntas porque, dentro del sistema de anulaci¨®n del contrario que se ha convertido en estrategia del Gobierno para descalificar a quien ose cuestionarle, la primera reacci¨®n hacia quien lance ahora cualquier inquietud sobre el ...
?Qui¨¦n no quiere la paz? ?Qui¨¦n no quiere que Colombia sea un pa¨ªs decente en el que sus habitantes, pero sobre todo los despose¨ªdos, puedan vivir con tranquilidad y dignidad? Comienzo con estas preguntas porque, dentro del sistema de anulaci¨®n del contrario que se ha convertido en estrategia del Gobierno para descalificar a quien ose cuestionarle, la primera reacci¨®n hacia quien lance ahora cualquier inquietud sobre el acuerdo firmado con el ELN ser¨¢ tildarlo de enemigo de la paz y de pueblo.
Yo s¨ª quiero la paz y una sociedad equitativa, mas estoy seguro de que no es con un papel firmado junto a los pusil¨¢nimes del ELN que esta va a llegar. Mucho menos cuando este papel no es m¨¢s que un c¨²mulo de eufemismos para disfrazar la convocatoria de los cabildos que el mismo presidente Petro ha invocado para soportar y darle br¨ªos a su idea reformista. Insisto (porque con este Gobierno hay que repetir las cosas): urge que en Colombia las cosas cambien. Pero el cambio no se puede hacer por la puerta de atr¨¢s.
Dice el documento firmado con el ELN que ¡°los mecanismos para la participaci¨®n (¡) son de car¨¢cter ciudadano como cabildos, veedur¨ªas, asambleas populares, entre otros¡± y m¨¢s adelante el mismo documento se?ala que ¡°el proceso de participaci¨®n opera con recursos de la cooperaci¨®n internacional y el Estado colombiano¡±. Dicho esto: la plata para los cabildos se ha de garantizar, as¨ª como la realizaci¨®n de estos, todo bajo el objetivo total que es consolidar un Gran Acuerdo Nacional.
Dejemos los eufemismos: el Gran Acuerdo Nacional es en realidad la Constituyente o, mejor, la Constituci¨®n Pol¨ªtica que surja de esos espacios de di¨¢logo y esa lluvia de ideas que como un supositorio del laboratorio ELN nos han aplicado a todos. No en vano los cuatro ejes de transformaciones de los que se habla en el documento son precisamente los ejes para la construcci¨®n de una nueva carta de navegaci¨®n para el Estado de Colombia y para los colombianos.
Dialogar sobre la ¡°organizaci¨®n pol¨ªtica de la sociedad y del Estado¡±; hablar de las ¡°reformas institucionales a los poderes p¨²blicos¡±; plantear un di¨¢logo sobre el ¡°modelo econ¨®mico¡± que permita superar el ¡°modelo especulativo y monop¨®lico¡±; se?alar que se debe buscar la ¡°democratizaci¨®n de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n¡± y todo esto enmarcarlo en el llamado ¡°Plan Integral de Transformaciones¡± no es m¨¢s que marcar la agenda de una nueva constituci¨®n.
Repito por tercera vez (por que nunca es suficiente): Colombia necesita ser un pa¨ªs que ofrezca oportunidades que le cambien la vida a sus empobrecidos habitantes, pero las cosas deben hacerse de frente. Ya es hora de que el presidente nos diga qu¨¦ de lo que quiere no est¨¢ en la Constituci¨®n de 1991. Qu¨¦ es lo que hace que ese texto resulte in¨²til para cambiar el pa¨ªs. Y si se anima, que de paso nos cuente, ya que dice que quiere erradicar la corrupci¨®n a trav¨¦s del Acuerdo Nacional, a qui¨¦n de su Gobierno va a echar por haber dejado sin salud a todos los profesores de la Naci¨®n. Porque para eso la logorrea no le da.
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