La Colombia de James Rodr¨ªguez se ilusiona con tumbar al hist¨®rico Uruguay en la Copa Am¨¦rica
La Tricolor, con su capit¨¢n en estado de gracia, necesita dejar en el camino a la Celeste para citarse con Argentina en la final del torneo
La secuencia se conoce de memoria en Colombia. Rodeado por camisetas celestes, James Rodr¨ªguez duerme el bal¨®n con una calma pasmosa, sin perderle la vista por un segundo, gira sobre su eje y saca una volea seca, potente e inatajable desde el balc¨®n del ¨¢rea. El primero de los dos tantos que le marc¨® a Uruguay en ese partido de octavos de final fue escogido como el mejor gol del Mundial de Brasil 2014, merecedor del premio Puskas. Ya entonces usaba el 10, que nunca ha soltado en su selecci¨®n. Diez a?os despu¨¦s, con un James en estado de gracia que hace recordar al precoz prodigio de entonces, Colombia se vuelve a cruzar este mi¨¦rcoles con el hist¨®rico Uruguay en las semifinales de la Copa Am¨¦rica. Un duelo que ya se ha convertido en otro cl¨¢sico sudamericano.
Con el credo de partido a partido, y bal¨®n a bal¨®n, el equipo de N¨¦stor Lorenzo ilusiona a Colombia con levantar el trofeo continental por apenas segunda ocasi¨®n ¨Dlo levant¨® en casa en 2001¨D. ?Qu¨¦ es hacer una buena Copa Am¨¦rica? Ganarla, ha llegado a contestar el entrenador argentino, al frente de una selecci¨®n a la que mantiene invicta desde que tom¨® el mando hace ya dos a?os. Pero en su camino a la final se atraviesa un obst¨¢culo formidable, Uruguay, la selecci¨®n que m¨¢s veces se ha llevado el t¨ªtulo junto a Argentina, con 15 cada una. Este es adem¨¢s el impetuoso y temible Uruguay de Marcelo Bielsa, que ha puesto en marcha un relevo generacional que ha funcionado con eficacia. Para muchos observadores, cafeteros y charr¨²as han sido los dos mejores equipos del torneo, en el que ambos han ganado tres partidos y concedido un empate ¨Cen ambos casos ante Brasil¨C.
Las fuerzas se antojan muy niveladas. El pasado octubre ya se enfrentaron por las eliminatorias al Mundial de Norteam¨¦rica 2026, cuando empataron 2-2 en la calurosa Barranquilla con un gol de penal en el ¨²ltimo suspiro de Darwin N¨²?ez. En un cruce que se anticipa parejo, los detalles hacen la diferencia. El desgaste puede jugar un papel. Mientras Colombia viene de una pl¨¢cida goleada 5-0 sobre Panam¨¢, en la que James anot¨® un gol de penal y reparti¨® dos asistencias, Uruguay viene de dejarse la piel para eliminar en penales a la versi¨®n m¨¢s deste?ida de Brasil (4-2), despu¨¦s de un batallado empate a cero.
Lorenzo pudo darle minutos de descanso a varias de sus figuras en el segundo tiempo, y adem¨¢s recupera a Jefferson Lerma, el rocoso mediocampista del Crystal Palace, que se perdi¨® ese encuentro por acumulaci¨®n de amarillas. Bielsa, por contraste, pierde para las semifinales a Ronald Araujo, el central del Barcelona que sufri¨® una lesi¨®n muscular, y al lateral Nahitan N¨¢ndez, expulsado por una violenta infracci¨®n a Rodrygo. La Celeste s¨ª contar¨¢ con sus dos grandes referentes: Federico Valverde y el propio Darwin N¨²?ez. La banda derecha que suele cubrir N¨¢ndez preocupa especialmente a los charr¨²as, pues es el corredor donde suele hacer estragos el desequilibrante Lucho D¨ªaz, la otra gran estrella colombiana, con sus gambetas inagotables. El cartel tambi¨¦n se presenta como un duelo de atacantes entre Lucho y Darwin, amigos y figuras en el Liverpool ingl¨¦s.
La sinton¨ªa que derrochan James y Lucho, manifiesta en el gol a Panam¨¢ en que el mediapunta cobr¨® a riesgo una falta para lanzar en carrera al extremo, encierra buena parte de la m¨ªstica de esta Colombia, que todav¨ªa se mueve al ritmo de su rejuvenecido 10. Ahora m¨¢s que nunca. ¡°Es el mismo James del Mundial 2014¡å, observa el veterano cronista argentino Jorge Barraza, columnista de varios peri¨®dicos sudamericanos. ¡°Est¨¢ en un momento m¨¢gico. Lorenzo le ha dado libertad absoluta en el rect¨¢ngulo, para acercarse al delantero centro, a los extremos, a los laterales cuando suben, para asociarse con quien ¨¦l considere oportuno. Eso lo potenci¨®, lo liber¨®. Y adem¨¢s la confianza y relevancia que el t¨¦cnico le confiere lo han agrandado hasta ser casi el due?o del equipo, pero con el aval de sus compa?eros¡±.
James ha vuelto a exhibir la sonrisa electrizante que se convirti¨® en la postal de aquel Mundial de Brasil. El centenar de partidos que ya acumula con su selecci¨®n le ha dado una madurez que ha desplegado con desparpajo en las canchas de Estados Unidos. El juicio es casi un¨¢nime: ha sido hasta ahora el mejor jugador de un torneo en el que ya ha repartido cinco asistencias, un r¨¦cord que puede superar contra Uruguay. Puede que la fortuna se haya torcido en sus ¨²ltimos clubes ¨Dapenas jug¨® un pu?ado de partidos este a?o con S?o Paulo¨D, pero con la camiseta amarilla siempre se ha sentido arropado. All¨ª ha sido el 10, el armador, el heredero de Carlos El Pibe Valderrama que tanto esperaron los colombianos desde aquella generaci¨®n dorada de los noventa. Ahora, tambi¨¦n, el capit¨¢n de una prometedora camada que sue?a con dejar en el camino a la Celeste para citarse en la final de la Copa Am¨¦rica con la Argentina de Messi. ¡°Los uruguayos tienen la misma ilusi¨®n nuestra¡±, apuntaba Lorenzo con cautela este martes. ¡°Ojal¨¢ que se nos d¨¦ despu¨¦s de tanto tiempo¡±.
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