Proteger a los muertos, la misi¨®n para prevenir nuevas desapariciones en Colombia
La recuperaci¨®n de cuerpos en las zonas de conflicto ayuda a evitar que siga creciendo la lista de 111.640 personas dadas por desaparecidas
Dean Sarzinski (Sarajevo, Bosnia, 41 a?os) est¨¢ convencido de que los muertos hablan. Cuando se aproxima en su b¨²squeda se deja cubrir por un silencio impenetrable, de esos que se cierran como murallas ante cualquier asomo de pensamiento. Todo se detiene, menos la intenci¨®n de ubicar los cuerpos de personas que han fallecido en medio del conflicto armado para evitar que entren al universo de los desaparecidos. ¡°Te enfocas en tu propio di¨¢logo con la persona que est¨¢s buscando. En tu mente hablas con esa persona, solicitando que te indique d¨®nde est¨¢, que se deje exhumar de una manera f¨¢cil y que nada se complique¡±, relata el coordinador forense de la delegaci¨®n en Colombia del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El Comit¨¦ activa su acci¨®n forense cuando recibe la solicitud de familiares de una persona que no aparece, e indican que tienen informaci¨®n sobre la posible ubicaci¨®n de sus restos en una zona de conflicto. Tambi¨¦n, de manera excepcional, cuando la guerra impide la inspecci¨®n y el levantamiento de cad¨¢veres por los organismos de polic¨ªa judicial. Trabaja en ¨¢reas bajo el dominio de los grupos armados ilegales que se disputan el control de negocios il¨ªcitos, enclavadas entre r¨ªos, monta?as y selvas, a donde dif¨ªcilmente llega el Estado y donde no se respeta a los vivos, ni a los muertos.
Buscar y recuperar cuerpos all¨ª obliga a tener la autorizaci¨®n de los grupos armados para acercarse al terreno, y una intermediaci¨®n neutral, con fines humanitarios, que incluye di¨¢logos con esos grupos, con comunidades que puedan tener informaci¨®n sobre los restos humanos y con las autoridades encargadas de recibirlos, para asegurar que ingresen a la ruta forense estatal por medio del Instituto Nacional de Medicina Legal.
¡°El Comit¨¦ act¨²a ¨²nicamente para cubrir el eslab¨®n que no pueden cubrir las autoridades, que nunca podr¨¢n asumir su responsabilidad de identificar un cuerpo si no tienen el cuerpo¡±, precisa Rafael Barrantes, adjunto de la coordinaci¨®n de protecci¨®n del CICR. En algunos casos, la organizaci¨®n entrega los restos hallados a Medicina Legal con una hip¨®tesis de identidad, que los vincula a una familia o a un lugar al que quiz¨¢ pertenecen. ¡°El cuerpo est¨¢, pero ?qui¨¦n consigue el dato de cu¨¢l es el nombre? Esa necesaria triangulaci¨®n de informaci¨®n entre la comunidad, el actor armado y las autoridades, muchas veces no ocurre. El CICR ayuda para que la informaci¨®n llegue completa y que una persona fallecida no se convierta en desaparecida¡±, agrega Barrantes.
Los muertos pueden ser civiles v¨ªctimas de las confrontaciones, personas en poder de grupos armados que fallecen por alguna enfermedad, o integrantes de grupos armados que pierden la vida en combate. En ocasiones los restos quedan a la intemperie, expuestos a los animales o en riesgo de ser arrastrados por los r¨ªos. En julio de 2023, el CICR recuper¨® en esas condiciones los cuerpos de siete personas en una zona lim¨ªtrofe entre Putumayo y Caquet¨¢, poco despu¨¦s de enfrentamientos entre dos grupos ilegales. De no haber sido reportados, habr¨ªan quedado a su suerte.
Para Sarzinski, el coordinador forense, cuidar a los muertos es una prioridad. ¡°Tratamos a la persona fallecida como si fuera una persona con vida, con toda su dignidad, con todos sus derechos. El levantamiento se hace de una manera muy cuidadosa para no causar ning¨²n da?o. Aunque esta persona no lo siente, no quieres causar ning¨²n tipo de trauma a este cuerpo¡±, afirma el antrop¨®logo forense, quien trabaj¨® en la exhumaci¨®n e identificaci¨®n de centenares de cuerpos en fosas comunes tras la Guerra de los Balcanes de los a?os 90.
Un cuerpo protegido es una familia menos llena de incertidumbre y un nombre menos en una lista que sigue creciendo. Seg¨²n las cifras de la Unidad de B¨²squeda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), 111.640 personas han desaparecido en el contexto del conflicto armado en Colombia. Como otros da?os de la guerra, la desaparici¨®n no cesa. Despu¨¦s de la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y la antigua guerrilla de las FARC, en 2016, el Comit¨¦ ha documentado 1.730 nuevas desapariciones, la mayor¨ªa de civiles. Estima que cada 36 horas desaparece una persona por causas relacionadas con la violencia.
La desaparici¨®n es una herida abierta. ¡°Detr¨¢s de cada uno de esos casos est¨¢ la angustia de la familia, de no tener noticias sobre la suerte y el paradero de su ser querido, la incertidumbre de si est¨¢ vivo o muerto, de no saber qu¨¦ le ocurri¨®. Tambi¨¦n hay penurias econ¨®micas relacionadas con la desaparici¨®n, penurias emocionales, temas legales. La viuda no puede ser reconocida legalmente como viuda. El hu¨¦rfano no es reconocido como tal porque no hay una partida de defunci¨®n. Y hay problemas de estigmatizaci¨®n¡±, expresa Barrantes.
La violencia no s¨®lo causa nuevas desapariciones, sino que frena o retrasa los procesos de b¨²squeda. En julio pasado, la UBPD report¨® la recuperaci¨®n de un cuerpo en el cementerio veredal de La Playa, en el corregimiento Sina¨ª del municipio de Argelia (Cauca) gracias a la activaci¨®n de un corredor humanitario. ¡°Corresponder¨ªa a una persona desaparecida hace 12 a?os en acciones del conflicto armado desarrollado en la zona¡±, explic¨® la Unidad. La recuperaci¨®n del cuerpo, m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s, se repite en el contexto de un territorio golpeado por los frecuentes enfrentamientos.
Luz Janeth Forero, directora de la UPBD, reconoce que los ocho conflictos armados activos identificados en Colombia representan uno de los principales retos para las labores de b¨²squeda humanitaria y extrajudicial. ¡°Por ello estamos fortaleciendo nuestro relacionamiento con organizaciones de la sociedad civil, mecanismos internacionales, el episcopado y dem¨¢s actores clave para abrir corredores humanitarios que han permitido recuperaciones de cuerpos en diferentes lugares, urbanos o rurales. Buscamos, de una manera u otra, que los conflictos actuales no impidan las b¨²squedas del pasado¡±, afirma.
Hasta el momento, la Unidad de B¨²squeda de Personas dadas por Desaparecidas ¨C creada dos a?os despu¨¦s del acuerdo con las FARC y con una duraci¨®n de 20 a?os ¨C ha recuperado 1.805 cuerpos, entregado 319 y ha encontrado a 30 personas con vida. En sus registros figuran 28.261 solicitudes de bu?squeda.
Seg¨²n el Derecho Internacional Humanitario, los actores del conflicto tienen la obligaci¨®n de no desaparecer a las personas y de tomar acciones para evitar que desaparezcan, como gestionar los cad¨¢veres de forma apropiada. ¡°Recoger los cuerpos sin importar si son de tu propio campo, de otro campo, o civiles; asegurar los cuerpos sin distinci¨®n para que no se da?en en el traslado a las instituciones que los pueden identificar. Ponerlos en bolsas de cad¨¢ver o mantas, o envolverlos de alguna manera, facilita el transporte. No despojarles sus pertenencias¡±, expone Sarzinski. Si se trata de zonas donde no se pueden trasladar o entregar oportunamente a entidades estatales, cementerios o funerarias, los deben enterrar siguiendo pautas para evitar que queden expuestos, o sin poder localizar o identificar.
Algunas veces ¨C ante la imposibilidad de acceso de las instituciones a lugares donde se imponen las armas ¨C las comunidades ayudan a preservar los restos humanos o reportan su existencia a organizaciones humanitarias. ¡°Lo que sugerimos es poner escribir en un papelito el nombre, la fecha de fallecimiento y ponerlo en una botella de pl¨¢stico, taparla, enterrarla con el cuerpo. As¨ª, cuando se exhuma este cuerpo con el fin de llevarlo a Medicina Legal, facilita la identificaci¨®n¡±, a?ade el antrop¨®logo forense.
Entre 2009 y 2023, el CICR ha recuperado 294 cuerpos de personas desaparecidas en Colombia, 114 de ellos en los ¨²ltimos tres a?os. Morir en zonas de conflicto no deber¨ªa significar que las familias jam¨¢s recuperen los cuerpos de sus seres queridos, advierte el Comit¨¦. ¡°Abordamos esta tarea con la metodolog¨ªa m¨¢s adecuada para preservar la integridad, asegurando que esta persona, que ten¨ªa un nombre durante su vida, que naci¨® con unos familiares que lo siguen esperando, llegue a Medicina Legal. Poder devolverle el nombre y entregarlo a sus familiares¡±, declara Sarzinski. ¡°La dignidad no acaba con la muerte¡±, enfatiza.
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