Se perdi¨® la guerra
El Estado ha sido incapaz de controlar el territorio ocupado por los subversivos y los civiles han sido los ¡®paganinis¡¯
El fracaso de la paz total y de los ceses al fuego constituyen la prueba de que la guerra se perdi¨®. Primero fue el Cauca y ahora el Catatumbo, le siguen Arauca y Vichada. El Estado ha sido incapaz de controlar el territorio ocupado por los subversivos y los civiles han sido los paganinis. El costo de no haber consolidado el proceso de paz con las FARC de 2016, lo que ahora llaman ¡°la implementaci¨®n de l...
El fracaso de la paz total y de los ceses al fuego constituyen la prueba de que la guerra se perdi¨®. Primero fue el Cauca y ahora el Catatumbo, le siguen Arauca y Vichada. El Estado ha sido incapaz de controlar el territorio ocupado por los subversivos y los civiles han sido los paganinis. El costo de no haber consolidado el proceso de paz con las FARC de 2016, lo que ahora llaman ¡°la implementaci¨®n de los Acuerdos¡±, es sin duda el principio de la crisis que hoy padecemos.
El modus operandi de la paz total naci¨® equivocado y as¨ª lo explicamos en estas columnas. Los procesos de paz que arrancan con ceses al fuego y con varios grupos ilegales a la vez est¨¢n destinados a fortalecer a los insurgentes. Este es un instrumento para darle confianza a la poblaci¨®n y credibilidad de que la negociaci¨®n va por buen camino, y no como sucedi¨®, que se usaron indebidamente para fortalecer a los actores armados. Las Fuerzas Militares cumplieron con el compromiso abandonando la ofensiva, pero los grupos ilegales aprovecharon para enfrentarse entre s¨ª para apoderarse de las ¨¢reas controladas por el narcotr¨¢fico y la explotaci¨®n de la miner¨ªa il¨ªcita. El alto comisionado de Paz, Otty Pati?o, tuvo el coraje de reconocer que los ceses del fuego fracasaron.
En un ensayo magistral del profesor em¨¦rito Eduardo Pizarro Leong¨®mez explica con claridad por qu¨¦ es tan dif¨ªcil consolidar la paz. Una de las ra¨ªces de las dificultades que atraviesa la paz total ¨Dsostiene el profesor Pizarro¨D es la ausencia de una pol¨ªtica de presencia integral del Estado en todo el territorio nacional. El Cauca y el Catatumbo hablan por s¨ª solos. En general, el corredor del narcotr¨¢fico del Pac¨ªfico va desde Nari?o, pasando por el Cauca, hasta el Choc¨®. Nadie puede negar que la topograf¨ªa del pa¨ªs, por sus cordilleras y su riqueza mar¨ªtima, facilita la acci¨®n subversiva y hace muy dispendiosa la labor de la fuerza p¨²blica para defender a la poblaci¨®n civil. Por eso es indispensable la permanente actualizaci¨®n y modernizaci¨®n de la formaci¨®n t¨¦cnica de la fuerza leg¨ªtima. Pero si, como sucedi¨® ahora, se facilita el fortalecimiento de los grupos ilegales por el manejo inadecuado del cese al fuego, el resultado es la p¨¦rdida del control del territorio.
Lo del Catatumbo es cap¨ªtulo aparte, una zona controlada por ilegales desde hace por lo menos cinco o m¨¢s a?os en los que la Polic¨ªa no goza del respaldo ciudadano, adem¨¢s del empoderamiento del ELN, que lo ha llevado a eliminar a las organizaciones que comparten el dominio de la regi¨®n. La violencia ha dejado 30.000 desplazados y 80 muertos. La Defensor¨ªa del Pueblo alert¨® en noviembre del a?o pasado que la poblaci¨®n estaba en riesgo por la presencia del ELN, el EPL y las disidencias de las extintas FARC.
No obstante, al Gobierno se le ha salido de las manos el conflicto y ha tomado la decisi¨®n de declarar los estados de excepci¨®n previstos en la Constituci¨®n sin que hasta ahora ¨Dmi¨¦rcoles, que escribo esta columna¨D se hayan conocido los decretos respectivos. El debate sobre el alcance de la figura, aun sin conocer los textos legales, es si lo que est¨¢ ocurriendo es una motivaci¨®n v¨¢lida, ya que se trata de hechos lamentables que se han venido desarrollando hace rato y no se pueden calificar de hechos sobrevivientes para recurrir a la excepci¨®n constitucional. Mientras tanto, el Ej¨¦rcito se dedica a acompa?ar a los desplazados dejando libre el campo al ELN, que se apodera del espacio abandonado. Por todo eso creo que perdimos la guerra.