El asalto pac¨ªfico del cielo de la izquierda colombiana
En el pa¨ªs que tuvo la guerrilla m¨¢s antigua del continente, en el que los l¨ªderes progresistas fueron eliminados a tiros, este asalto del cielo de la izquierda fue calmo
Colombia finalmente dio el vuelco hist¨®rico y llev¨® a la izquierda al poder. En el pa¨ªs que tuvo la guerrilla m¨¢s antigua del continente, en el que el statu quo se defend¨ªa con militares y paramilitares, y en el que l¨ªderes progresistas fueron eliminados a tiros, este asalto del cielo de la izquierda fue sorprendentemente pac¨ªfico. En una hora y media de conteo, el binomio de Gustavo Petro y la activista feminista afrocolombiana ...
Colombia finalmente dio el vuelco hist¨®rico y llev¨® a la izquierda al poder. En el pa¨ªs que tuvo la guerrilla m¨¢s antigua del continente, en el que el statu quo se defend¨ªa con militares y paramilitares, y en el que l¨ªderes progresistas fueron eliminados a tiros, este asalto del cielo de la izquierda fue sorprendentemente pac¨ªfico. En una hora y media de conteo, el binomio de Gustavo Petro y la activista feminista afrocolombiana Francia M¨¢rquez se hac¨ªa con la victoria y dejaba atr¨¢s al pintoresco empresario Rodolfo Hern¨¢ndez, quien a fuerza de TikTok, una sofisticada campa?a en redes y la cr¨ªtica a la ¡°robadera¡± de los pol¨ªticos desplaz¨® a la derecha convencional y se volvi¨® el vector del voto antiPetro.
Como se titula su autobiograf¨ªa, Petro tiene ¡°una vida, muchas vidas¡± y, con una personalidad que muchos se?alan como compleja, logr¨®, contra todo pron¨®stico, federar el voto del cambio progresista. Y ya, con Hern¨¢ndez como rival, el del cambio ¡°no suicida¡± frente al imprevisible ex alcalde de Bucaramanga.
Pero si Petro tuvo muchas vidas, la de exguerrillero (del M-19) fue recordada estos d¨ªas por sus adversarios en la pol¨ªtica y en los medios. La revista Semana public¨® una difundida portada en la que se presentaba la elecci¨®n como una opci¨®n entre el ¡°exguerrillero¡± y el ¡°ingeniero¡±. En las redes respondieron con otras dos fotos: la del exguerrillero uruguayo Jos¨¦ ¡°Pepe¡± Mujica frente al ingeniero peruano Alberto Fujimori.
Lo cierto es que el acuerdo de paz permiti¨® que la izquierda pudiera conseguir este triunfo electoral en Colombia -que fue el ¨²nico pa¨ªs de Am¨¦rica del Sur no gobernado por la izquierda o la centroizquierda-. Y no es casual que este resultado del Pacto Hist¨®rico, en tanto izquierda democr¨¢tica, tenga como correlato la desaparici¨®n de la fuerza electoral creada por los desmovilizados de las FARC por ausencia de votos.
Con esta elecci¨®n, Colombia se suma al ¡°club¡± de un progresismo sudamericano que se encuentra en un momento algo parad¨®jico: es m¨¢s exitoso en victorias electorales que en una gesti¨®n estatal que se fue volviendo esquiva y atravesada por tensiones internas en las coaliciones gobernantes. Pero al mismo tiempo, el arribo de Petro le da un renovado aire a este bloque que este a?o podr¨ªa sumar a Lula da Silva en Brasil. La derrota de la derecha colombiana termina de cerrar, adem¨¢s, la imagen del bloque Pac¨ªfico como la contraparte liberal-conservadora del ¡°populismo¡± del otro lado del continente.
La victoria de Petro fue jalonada por un proceso de masivas movilizaciones que pusieron en juego las nuevas sensibilidades juveniles mientras el uribismo perd¨ªa su halo de invencibilidad y dejaron ver el hartazgo social con un modelo de desarrollo para muchos necesitado de cambios profundos. Sin olvidar el efecto electoral de la profunda impopularidad del gobierno de Iv¨¢n Duque.
Petro se sumar¨¢ al discurso de izquierda moderna que ya enarbola Gabriel Boric y su ¡°diplomacia turquesa¡± (verde y azul de los oc¨¦anos) en Chile, preocupada por los temas ambientales, por los derechos de las mujeres y las minor¨ªas sexuales, y tambi¨¦n por la desigualdad social. Para ganar, el ex alcalde de Bogot¨¢ debi¨® luchar por diferenciarse de la imagen que proyecta Venezuela y su migraci¨®n masiva a Colombia, que recuerda a cualquier hijo de vecino que el modelo del ¡°socialismo del siglo XXI¡± no funciona.
La campa?a de Petro y M¨¢rquez combin¨® ¨¦pica pol¨ªtica y ciudadana con acuerdos con diversas maquinarias de poder locales, sumadas a antiguos operadores del ex-presidente Juan Manuel Santos, aquel que entr¨® al poder como halc¨®n y sali¨® como paloma, dejando como legado los acuerdos de paz. De hecho, el voto a Petro coincide con el apoyo geogr¨¢fico a esa agenda.
La directora de la revista digital La Silla Vac¨ªa, Juanita Le¨®n, resumi¨® as¨ª lo in¨¦dito de esta elecci¨®n: ¡°Por primera vez, el bipartidismo y todas sus ramificaciones no entran en la competencia. Por primera vez, hay dos mujeres afro en el tarjet¨®n electoral. Por primera vez, la izquierda llega pr¨¢cticamente unida. Por primera vez, se habl¨® de racismo, de feminismo, de los fondos de pensiones, de si el petr¨®leo es bueno o no para Colombia, del lenguaje inclusivo. Por primera vez en este siglo, la campa?a no gir¨® alrededor de ?lvaro Uribe ni de las FARC. Por primera vez llega un candidato que le produce mucho miedo al [establishment] y a las fuerzas militares, y llega vivo¡±. Llegar vivo, en Colombia, no es un detalle. Y llegar vivo y ganar, ya es pasar a la historia. Lo que el liberal progresista Luis Carlos Gal¨¢n no pudo en 1989, cuando fue acribillado en pleno mitin de campa?a mientras denunciaba a la casta pol¨ªtica.
Al final, detr¨¢s de la barbarie del conflicto armado y las respuestas no menos b¨¢rbaras del Estado, y como parte de las tantas paradojas colombianas, el pa¨ªs fue construyendo instituciones que permitieron redactar y aprobar la Constituci¨®n de 1991 -en una Asamblea Constituyente que tuvo entre sus l¨ªderes a Antonio Navarro Wolff, otro exM19- y este domingo esas instituciones habilitaron un profundo cambio pol¨ªtico por la v¨ªa electoral. M¨¢s all¨¢ de los resultados de la gesti¨®n de Petro, que como en el resto de la regi¨®n no ser¨¢ f¨¢cil, Colombia hizo con esta elecci¨®n un gran ajuste de cuentas consigo misma.