As¨ª gir¨® Colombia a la izquierda
Gustavo Petro logra ganar con una plataforma tan antielites como indiscutiblemente ideol¨®gica incrementando la participaci¨®n en toda Colombia, especialmente en las zonas que ya le eran favorables
Solo hab¨ªan pasado cincuenta minutos del cierre de puestos de votaci¨®n y Colombia ya ten¨ªa un espejo pol¨ªtico fiel ante el que mirarse. Ese espejo reflejaba una imagen nueva para el pa¨ªs: la de su perfil izquierdo, por primera vez m¨¢s presente que el derecho en los dos siglos desde la independencia. Gustavo Petro pas¨® de los once millones de votos y del 50% sobre el total con una victoria incontestable. A?adi¨® a su coalici¨®n menos que Rodolfo Hern¨¢ndez, que casi duplicaba...
Solo hab¨ªan pasado cincuenta minutos del cierre de puestos de votaci¨®n y Colombia ya ten¨ªa un espejo pol¨ªtico fiel ante el que mirarse. Ese espejo reflejaba una imagen nueva para el pa¨ªs: la de su perfil izquierdo, por primera vez m¨¢s presente que el derecho en los dos siglos desde la independencia. Gustavo Petro pas¨® de los once millones de votos y del 50% sobre el total con una victoria incontestable. A?adi¨® a su coalici¨®n menos que Rodolfo Hern¨¢ndez, que casi duplicaba su votaci¨®n de primera vuelta. Pero fue m¨¢s que suficiente para darle una victoria n¨ªtida.
Esta victoria no viene de la nada, sino que construye sobre una evoluci¨®n que comenz¨® hace a?os. Hay dos maneras de mirarla. Una es la puramente ideol¨®gica, m¨¢s s¨²bita: la izquierda, con Petro a la cabeza, pas¨® de 0 a 41,7% y de 41,7% a 50,5% en solo ocho a?os.
La otra, inevitablemente entrelazada, es la del deseo de cambio de ¨¦lites pol¨ªticas. En ¨¦sta el centro jug¨® su papel, en la ¨²ltima d¨¦cada tan importante como el de la izquierda populista: fue el matem¨¢tico Antanas Mockus el primer ¡°alternativo¡± que logr¨® pasar a una segunda vuelta presidencial. A d¨ªa de hoy, si contamos a Rodolfo Hern¨¢ndez como una presencia contra el establishment (y no parece justificado no hacerlo: despu¨¦s de todo, le gan¨® el pase a segunda al candidato de la derecha tradicional), toda la segunda vuelta estaba copada por propuestas populistas. Pero en la batalla abierta por la bandera del cambio (primero entre el centro y la izquierda, luego entre la derecha, el centro y la izquierda), ha sido Petro quien se la ha llevado.
Lo ha hecho, adem¨¢s, con un aumento de participaci¨®n. El hecho de que la din¨¢mica de las encuestas durante toda la campa?a de segunda vuelta fuera de descenso de Rodolfo llevaba a pensar que hab¨ªa una bolsa de indecisos que le pod¨ªa favorecer o perjudicar. Dicho de otra manera: podr¨ªa suponerse que, para ganar, Petro necesitaba desmovilizar m¨¢s que movilizar. Sin embargo, su victoria se produce a?adiendo 2,7 millones y un incremento de la participaci¨®n con respecto a la primera vuelta.
La ¨²nica conclusi¨®n posible de estos datos es que la propuesta de izquierda de Petro, con su doble columna vertebral ideol¨®gica y contra las ¨¦lites, ha sido lo suficientemente convincente como para ganar mediante una movilizaci¨®n de la que pocos le supon¨ªan capaz. No ha sido una victoria por azar, ni (solamente) por el fracaso de la campa?a del rival (aunque probablemente se lo haya facilitado). Se fundamenta, de hecho, en incrementos de votos en todas y cada una de las regiones de Colombia. Incluso (aunque en menor medida) en las zonas que ten¨ªa m¨¢s en contra, y en las que como cab¨ªa esperar no gan¨®: el Santander natal de Hern¨¢ndez, la Antioquia de ?lvaro Uribe.
El mapa de la elecci¨®n sigue mostrando la divisi¨®n de las dos Colombias: el interior conservador, la periferia primero liberal y ahora progresista. Pero Gustavo Petro ha logrado penetrar un poco m¨¢s incluso en las zonas que le eran (y son) contrarias.
A¨²n m¨¢s importante es que estos aumentos se producen incluso en lugares donde no ha crecido la participaci¨®n agregada, mientras se dispara en las costas, precisamente las zonas en las que necesitaba producir votos nuevos para ganar. Los datos indican que lo logr¨®.
La din¨¢mica en ambas cosas debe ser, eso s¨ª, observada bajo ¨®pticas diferentes. En el Pac¨ªfico el voto de la primera vuelta ya subi¨® mucho respecto al de 2018, probablemente impulsado por la f¨®rmula vicepresidencial Francia M¨¢rquez, su historia personal y de activismo en la zona, y su capacidad para activar el voto afro mediante el fuerte argumento de que pod¨ªa ser la primera vicepresidenta de este origen en Colombia. Pero cab¨ªa la posibilidad de que Marelen Castillo, tambi¨¦n mujer afrodescendiente, anulara parte de este efecto. Sin embargo, no parece haber sido el caso, y el resultado de participaci¨®n en la zona m¨¢s pobre del pa¨ªs y con mayores dificultades log¨ªsticas presenta un hito hist¨®rico que habr¨¢ que ver si se sostiene en futuros comicios. En el Caribe, por el contrario, estos incrementos eran relativamente factibles en tanto que la participaci¨®n de primera vuelta fue menor a la esperada, pero el caso es que se produjeron, y aqu¨ª cabr¨¢ analizar con detalle cu¨¢les fueron los mecanismos que los activaron ahora, pero no el 29 de mayo.
Pero, m¨¢s all¨¢ de esos mecanismos, los primeros datos subrayan que Petro gan¨® la primera presidencia para la izquierda colombiana a trav¨¦s de una estrategia de movilizaci¨®n, m¨¢s que de desmovilizaci¨®n. No ha sido solo cosa de bajar la barra del rival, sino de subir la propia. Y esto no habr¨ªa sido posible si no fuera porque tema por tema, asunto por asunto, el votante mediano est¨¢ entre el centro y la izquierda.
Colombia se est¨¢ volviendo un pa¨ªs menos conservador de lo que muchos (especialmente los propios conservadores colombianos) parecen creer. Y los resultados de las elecciones presidenciales de 2022 solo llegan a confirmar esta hip¨®tesis.