Vivir frente al oc¨¦ano y no poder tocarlo: m¨¢s de media d¨¦cada de playas contaminadas en Tijuana
El mar de esta localidad fronteriza con EE UU tiene altos niveles de contaminaci¨®n fecal. Adem¨¢s de un riesgo sanitario, es tambi¨¦n un problema de justicia ambiental
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Aqu¨ª el Pac¨ªfico es una masa de agua salvaje que se estira y se ondula a lo largo de centenares de kil¨®metros cuadrados, siguiendo el movimiento de las corrientes, las mareas y la brisa de verano. Donde rompen las olas ? y el l¨ªquido se mezcla con la espuma blanca ?, el verde es m¨¢s claro, y se va oscureciendo y convirtiendo en azul cuando se acerca al horizonte. En ocasiones, alg¨²n vaquero monta a caballo por la orilla y esquiva los restos de plantas marinas gigantes, pistas de la enorme pradera que debe de haber en las profundidades. Y con paciencia se pueden ver delfines nadando y saltando.
Desde hace a?os, eso es lo m¨¢s recomendable en algunos puntos de este oc¨¦ano: contemplarlo, porque si te sumerges en sus aguas, peor a¨²n si tragas sin querer, puedes llenarte de contaminaci¨®n fecal, de enterococos que se encuentran en cantidades a veces alarmantes y que, seg¨²n la Agencia de Protecci¨®n Medioambiental de EEUU (EPA por sus siglas en ingl¨¦s) pueden causar a los ba?istas enfermedades en la piel, en los ojos, en los o¨ªdos y en las v¨ªas respiratorias. Esos pat¨®genos destrozan tambi¨¦n la flora y la fauna marina y terrestre, los principales habitantes de este lugar, antes que los humanos.
Incluso respirar cerca de la orilla puede ser nocivo. Eso descubrieron los investigadores del Instituto Oceanogr¨¢fico Scripps de la Universidad de California en San Diego: ¡°Las aguas costeras contaminadas por aguas residuales se transfieren a la atm¨®sfera en aerosoles marinos formados por olas rompientes y burbujas estallantes¡±. Ese estudio lo hicieron en 2022 en Imperial Beach, en Estados Unidos, justo cruzando la frontera de Tijuana. Lo hicieron en invierno, cuando casi ¡°50 millones de litros de aguas residuales contaminadas hab¨ªan entrado en el oc¨¦ano a trav¨¦s del r¨ªo Tijuana¡±, dice la investigaci¨®n.
Este es, por tanto, un problema binacional, que afecta a la costa, desde Rosarito, al sur de Tijuana, hasta en ocasiones a Coronado, en San Diego, California. Las corrientes y la naturaleza no conocen fronteras. Aunque la capacidad econ¨®mica de esos dos pa¨ªses para hacer frente a esta situaci¨®n es muy diferente. Seg¨²n los ¨²ltimos datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (INEGI) de M¨¦xico, en 2020 el PIB per c¨¢pita de Baja California, el Estado donde se sit¨²a Tijuana, era de m¨¢s de 152.000 pesos (unos 9.000 d¨®lares). California, en Estados Unidos, ten¨ªa un PIB per c¨¢pita de unos 73.000 d¨®lares.
Dos motivos
Una tarde sofocante de julio tuvo lugar en Tijuana, en un gran edificio con aire acondicionado, una reuni¨®n de la Comisi¨®n Internacional de L¨ªmites y Aguas (CILA) entre M¨¦xico y Estados Unidos. All¨ª se habl¨® sobre los principales motivos por los cuales las aguas residuales de la ciudad fronteriza acaban en el mar. Simplificando y podando las ramificaciones t¨¦cnicas, las causas son dos: el mal funcionamiento de la planta de tratamiento de San Antonio de los Buenos, tambi¨¦n conocida como Punta Bandera, y los problemas de saneamiento y drenaje que acaban llevando los desechos al r¨ªo Tijuana, que desemboca en el oc¨¦ano, en el lado estadounidense.
Seg¨²n explic¨® en esa reuni¨®n el doctor V¨ªctor Daniel Amador, director de la Comisi¨®n Estatal de Servicios P¨²blicos de Tijuana (CESPT), encargada de gestionar la planta de Punta Bandera, aproximadamente desde 2015 esa infraestructura dej¨® de operar. ¡°Estamos con un procedimiento muy primario. Esto hace que se contaminen las playas¡±, dijo. Tambi¨¦n habl¨® de las multas que ya est¨¢n pagando a la Comisi¨®n Nacional del Agua (Conagua) por el mal tratamiento de esa planta, que escupe desechos al mar a un ritmo de 1100 litros por segundo.
Sobre las ineficiencias en el drenaje y saneamiento de la ciudad, Amador admiti¨®: ¡°Estamos echando agua tratada al r¨ªo Tijuana, y luego ese agua se mezcla con aguas del r¨ªo que vienen de algunas descargas, de escurrimientos, y se vuelve a tratar. Se desperdicia el gasto, porque se trata y se contamina¡±.
Adem¨¢s de esas ineficiencias, hay problemas estructurales por el r¨¢pido crecimiento de esta ciudad fronteriza: ¡°Todo tipo de corruptelas que permitieron la construcci¨®n de desarrollos que escurren [deshechos] por las colonias m¨¢s pobres¡±, cuenta Fay Crevoshay, directora de Comunicaciones y Pol¨ªticas P¨²blicas de la organizaci¨®n medioambiental Costasalvaje.
Por el Ca?¨®n Los Laureles desciende uno de los afluentes del r¨ªo Tijuana, ¡°y hay que verlo para creer el tsunami de basura. Nosotros hemos recogido 91.000 kilos de llantas y pl¨¢stico. Hay aguas negras que corren por ese r¨ªo todo el a?o¡±, dice Crevoshay. Eso no queda lejos de la desembocadura del r¨ªo Tijuana al Pac¨ªfico.
Una de las playas m¨¢s contaminadas del pa¨ªs
Alrededor de las ocho de la ma?ana, Joana Gonz¨¢lez se calza unas botas altas, impermeables, y se mete en la orilla del mar para llenar de agua un peque?o frasco transparente. Como miembro de la organizaci¨®n Proyecto Fronterizo de Educaci¨®n Ambiental (PFEA), ella es la encargada cada jueves del monitoreo de la calidad del agua en esta costa. Esta organizaci¨®n civil forma parte, adem¨¢s, de Waterkeeper, una alianza internacional que lucha por el derecho al agua limpia y saludable.
La playa donde est¨¢ Joana, Playa Blanca, al sur de Tijuana, suele ser desde hace a?os una de las m¨¢s contaminadas de todo M¨¦xico. En el ¨²ltimo muestreo que public¨® PFEA a principios de agosto, esta playa fue la ¨²nica que sali¨® no apta para uso recreativo. Sus niveles de enterococos llegaban casi a 5000 y el l¨ªmite acordado por las autoridades mexicanas es de 200 por cada 100 mililitros de agua. Lo multiplicaba por veinticinco.
En junio en esa playa tambi¨¦n salieron valores muy elevados en los monitoreos del organismo gubernamental competente en esta ¨¢rea: la Comisi¨®n Estatal Para la Protecci¨®n Contra Riesgos Sanitarios de Baja California (Coepris). Por eso hay clavado en la arena un cartel que pone ¡°Cierre precautorio por riesgo sanitario¡±. Pero nada impide el acceso y se puede ver a gente paseando y haciendo deporte a esas horas en que empieza el d¨ªa.
Seg¨²n Erwin Areizaga Uribe, titular de la Coepris, actualmente adem¨¢s de en ese lugar, ¡°hay una suspensi¨®n en el ¨¢rea de Punta Bandera¡±, y tambi¨¦n en Rosarito, a la altura de Quintas del Mar.
Observando los datos hist¨®ricos de los muestreos de Coepris, esos cierres parecen algo in¨¦dito, porque desde 2014 hasta 2022, para esta comisi¨®n todas las playas analizadas en Tijuana eran aptas. Algo completamente diferente a lo que llevan a?os documentando desde el PFEA. Las razones principales son dos. Por un lado, Coepris solo publica resultados dos veces al a?o, PFEA lo hace cada semana en sus redes sociales porque lo consideran parte del derecho a la informaci¨®n de los ciudadanos, para que puedan evitar riesgos cuando vayan a la playa. Por otro lado, desde 2017 hasta este a?o, Coepris hab¨ªa dejado de analizar la calidad del agua en Playa Blanca, aunque varias asociaciones medioambientales llevan tiempo denunciando la contaminaci¨®n.
Margarita D¨ªaz, directora del PFEA, recuerda que justo a finales de ese a?o, de 2017, fue cuando empezaron las anomal¨ªas: ¡°Al sur de la planta de tratamiento [de Punta Bandera], est¨¢bamos como en los cientos y se disparan los n¨²meros [de enterococos] a miles, y ya no bajaba, era constante arriba¡±. Hablaron con las autoridades para preguntar si pasaba algo con la planta, ¡°y nos dec¨ªan que no y que no¡±, cuenta D¨ªaz.
Desde el 2023 C ha ampliado el n¨²mero de playas monitoreadas y en los periodos prevacacionales ha alertado a las autoridades competentes, en este caso las del municipio, sobre la necesidad de cerrar algunas partes de la costa.
Un problema de justicia ambiental
En la reuni¨®n que celebr¨® la CILA en la tarde sofocante de julio, varios ponentes expusieron posibles soluciones al problema de la contaminaci¨®n. Proyectos de nuevas plantas de tratamiento y rehabilitaciones de infraestructura de saneamiento por un valor de casi 9.500 millones de pesos (medio mill¨®n de euros), sufragados por las autoridades mexicanas y tambi¨¦n por la agencia estadounidense EPA. Pero todav¨ªa se encuentran en periodo de licitaci¨®n y, de aprobarse, no est¨¢ previsto que entren completamente en funcionamiento hasta 2028.
Algunas organizaciones ambientalistas dicen que la soluci¨®n pasa por dise?ar un m¨¦todo de reh¨²so del agua, porque esta parte de M¨¦xico sufre cada vez m¨¢s problemas de escasez y ser¨ªa una forma de crear un circuito cerrado y sin contaminaci¨®n: el agua saldr¨ªa de las casas como deshecho y volver¨ªa a las casas potabilizada. Pero en esa misma reuni¨®n, el doctor Amador, director de la Comisi¨®n Estatal de Servicios P¨²blicos de Tijuana (CESPT), contest¨® en ronda de preguntas que el reh¨²so no era f¨¢cil, porque implicar¨ªa grandes inversiones en nueva infraestructura.
La situaci¨®n parece encallada desde hace tiempo, y eso incurre no solo en un riesgo de salud p¨²blica, tambi¨¦n afecta a la justicia ambiental. D¨ªaz, la directora del PFEA, advierte de que la playa es uno de los ¨²nicos espacios de recreaci¨®n gratuitos para los ciudadanos. Explica que desde su organizaci¨®n realizaron una encuesta hace un par de a?os y ¡°la poblaci¨®n que vive al este de la ciudad es la que viene a la playa. La poblaci¨®n que se mete al agua es la de m¨¢s escasos recursos. [Las personas] est¨¢n siendo expuestas, no est¨¢n siendo cuidadas, porque no les interesa. No es el hotel de cinco estrellas, no es el empresario¡±.
Esa reivindicaci¨®n enlaza con algo fundamental sobre el dise?o de esta ciudad. Lo define el artista Rau?l Ca?rdenas, fundador de Torolab, un colectivo que explora formas de mejorar los entornos urbanos de algunas zonas de esta metr¨®poli. ¡°Tijuana le da la espalda al mar¡±. Es un lugar donde hay rascacielos de apartamentos exclusivos cuyo reclamo es que ¡°tiene vistas a San Diego o a la frontera. A nosotros lo que nos interesa es esta l¨ªnea. Una frontera agresiva, dura, unilateral¡±, dice C¨¢rdenas.