Sostenibilidad democr¨¢tica en Am¨¦rica Latina y el Caribe
Los organismos de desarrollo debemos trabajar en nuestra intenci¨®n de seguir robusteciendo a los Estados nacionales para garantizar la sostenibilidad democr¨¢tica, la participaci¨®n ciudadana, la audacia y la innovaci¨®n pol¨ªtica
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El mundo en el que vivimos enfrenta desaf¨ªos cada vez m¨¢s complejos. El cambio clim¨¢tico, la pobreza, la transici¨®n energ¨¦tica justa, la redistribuci¨®n del ingreso y la equidad de g¨¦nero, entre otros, implican esfuerzos de coordinaci¨®n crecientes y la definici¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas de manera urgente. Una respuesta eficiente a esos desaf¨ªos solo puede ser llevada adelante a trav¨¦s de democracias que sean robustas y tengan capacidad de acci¨®n y legitimidad. Y, una democracia eficaz y sostenible viene necesariamente acompa?ada de m¨¢s herramientas para garantizar la gobernanza y la innovaci¨®n, a la vez que mayores niveles de participaci¨®n ciudadana y apoyo social.
Existe en la ciencia pol¨ªtica una prol¨ªfica literatura en torno a estos y otros conceptos como, por ejemplo, el de democratic backsliding, o erosi¨®n democr¨¢tica, que hace referencia al empobrecimiento y retroceso de esa calidad democr¨¢tica de los pa¨ªses, y que es propio a su vez del debilitamiento de las instituciones pol¨ªticas que sustentan esos sistemas. Una buena parte de los investigadores dedicados a estudiar este tema coinciden en que las condiciones que hist¨®ricamente han propiciado esos retrocesos democr¨¢ticos son producto de la combinaci¨®n entre bajos niveles de desarrollo econ¨®mico, problemas de gobernabilidad y descenso en los niveles de legitimidad pol¨ªtica.
Frente a esto, el concepto de sostenibilidad democr¨¢tica se apoya fundamentalmente en la tesis que asegura que a mayor capacidad estatal, m¨¢s calidad democr¨¢tica. Dicho de otra forma, un Estado m¨¢s robusto y con una burocracia profesionalizada y eficiente genera un mayor grado de estabilidad, pol¨ªticas p¨²blicas consistentes y menos pendulares, y una alternancia democr¨¢tica pac¨ªfica y acorde a las reglas electorales. Esto se verifica a su vez en que, en el marco de una relaci¨®n pr¨®spera entre Estado y democracia, los pol¨ªticos cuentan con mayores capacidades para responder a los problemas insatisfechos de los ciudadanos y tienen m¨¢s herramientas para innovar en materia de decisiones y definici¨®n de pol¨ªticas p¨²blicas.
En Am¨¦rica Latina y el Caribe tenemos much¨ªsimos desaf¨ªos pendientes para fortalecer nuestras democracias y, desde la CAF, estamos comprometidos a acompa?ar a los pa¨ªses en sus esfuerzos por alcanzar esas metas. Por eso nuestra participaci¨®n y compromiso en distintos di¨¢logos y espacios de intercambio como el Foro Recuperar la iniciativa democr¨¢tica, que coorganizamos la semana pasada en Buenos Aires junto a Asuntos del Sur, Colabora Lat, el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canad¨¢, el grupo PRISA y el apoyo del diario EL PAIS. El objetivo del encuentro fue generar un espacio nuevo, diverso y amplio que permitiera comprender el papel de los liderazgos pol¨ªticos actuales, pero tambi¨¦n las necesidades y requerimientos de nuevos ciudadanos, particularmente j¨®venes, en el marco de una profunda crisis de la representaci¨®n y la importancia de recuperar las agendas democr¨¢ticas que siempre fueron una caracter¨ªstica distintiva de nuestra regi¨®n, ahora en el marco de referentes nuevos en el marco de la crisis clim¨¢tica y la revoluci¨®n digital.
Esta iniciativa ha llegado para quedarse en nuestra regi¨®n, pues la defensa de los valores democr¨¢ticos y la elevaci¨®n de la calidad del debate p¨²blico desde los medios de comunicaci¨®n, los organismos internacionales y las organizaciones de la sociedad civil es una prioridad compartida con la casa matriz de este diario. Nuestra muy exitosa secci¨®n de Am¨¦rica Futura ha venido cumpliendo ese objetivo.
Otros ejemplos de iniciativas que desarrollamos desde nuestra instituci¨®n para fortalecer los liderazgos individuales y colectivos, as¨ª como para generar redes de prop¨®sito a nivel regional, son los programas, diplomados, cursos y talleres de capacitaci¨®n y formaci¨®n en habilidades blandas que llevamos a cabo hace m¨¢s de 20 a?os. Esos espacios est¨¢n pensados para referentes que van desde las altas gerencias de los Estados nacionales, pasando por intendentes e intendentas, hasta llegar a l¨ªderes sociales y de base que buscan adquirir habilidades y capacidades para transformar sus entornos. En poco tiempo, estaremos lanzando, adem¨¢s, nuestro programa Generaci¨®n L para j¨®venes l¨ªderes de Am¨¦rica Latina y el Caribe, que estar¨¢ atravesado por perspectivas de g¨¦nero, equidad e inclusi¨®n y desarrollo sustentable.
Contamos tambi¨¦n con un espacio dedicado ¨ªntegramente a la generaci¨®n de conocimiento, cuya investigaci¨®n m¨¢s emblem¨¢tica es el Reporte sobre Econom¨ªa y Desarrollo que, en cada una de sus ediciones, investiga de manera exhaustiva una tem¨¢tica propia de Am¨¦rica Latina y el Caribe con sus desaf¨ªos y posibles l¨ªneas de resoluci¨®n. Y, en ese contexto, nociones como democracia, ciudadan¨ªa, Estado, frenos y contrapesos, legitimidad e instituciones pol¨ªticas resultan transversales y de gran importancia para entender el comportamiento y la fluctuaci¨®n de los sistemas pol¨ªticos y econ¨®micos de la regi¨®n.
Los organismos de desarrollo debemos trabajar en nuestra intenci¨®n de seguir robusteciendo a los Estados nacionales para garantizar no solo la sostenibilidad democr¨¢tica y la participaci¨®n ciudadana, sino tambi¨¦n la audacia y la innovaci¨®n pol¨ªtica necesarias para que cada vez haya respuestas democr¨¢ticas con mayores niveles de bienestar, m¨¢s estabilidad y un progreso sostenido para todas las personas de la regi¨®n. Buscamos seguir colaborando en la reducci¨®n de las brechas sociales, econ¨®micas, de agua y saneamiento, infraestructura, educaci¨®n, salud y tecnolog¨ªa que a¨²n persisten para que la transformaci¨®n y el desarrollo sean integrales y para todos.