Daniel Noboa: presidente de guerra
Es un conflicto armado contra un enemigo declarado, atomizado, oculto e infiltrado en la estructura del Estado ecuatoriano. Ser¨¢ tarea del presidente y del Gobierno mantener el ¡®momentum¡¯ de unidad nacional
Existen momentos espec¨ªficos en los que una sociedad se une detr¨¢s de una misma causa. Lamentablemente, la mayor¨ªa de estos momentos ocurren en situaciones de ¡°guerra¡±, ya sean conflictos armados o luchas contra un enemigo com¨²n, como sucedi¨® en tantos lugares en las primeras semanas de ...
Existen momentos espec¨ªficos en los que una sociedad se une detr¨¢s de una misma causa. Lamentablemente, la mayor¨ªa de estos momentos ocurren en situaciones de ¡°guerra¡±, ya sean conflictos armados o luchas contra un enemigo com¨²n, como sucedi¨® en tantos lugares en las primeras semanas de la pandemia de la covid-19. En Ecuador, el martes 9 de enero, cerca de las 14.30 (hora local), se vivi¨® uno de esos hitos.
El ingreso violento, con disparos y gritos, de un grupo de delincuentes armados a las instalaciones de la estaci¨®n TC Televisi¨®n, en Guayaquil, tuvo toda la carga simb¨®lica de una declaratoria de guerra al pa¨ªs por parte del crimen organizado. Fue transmitido en vivo y viralizado de inmediato, a nivel nacional e internacional, a trav¨¦s de chats y redes sociales. Vino acompa?ado de otras acciones violentas en distintos puntos del pa¨ªs -que dejaron 10 muertos- y, sobre todo, de una sensaci¨®n de miedo y ansiedad que se respir¨® por horas en el ambiente y que caus¨® colapsos en el tr¨¢fico, dada la reacci¨®n natural de miles de personas de ponerse a buen recaudo en sus casas. Poco despu¨¦s, a trav¨¦s del Decreto Ejecutivo 111, el Gobierno del presidente Daniel Noboa le dio categor¨ªa jur¨ªdica a esta guerra con el reconocimiento de un conflicto armado interno y la declaratoria de 22 grupos criminales como ¡°organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes¡±.
Este reciente sentido de unidad se manifest¨® en las reacciones y declaraciones de actores pol¨ªticos, dirigentes sociales y l¨ªderes de opini¨®n que, hasta horas antes de la toma de TC Televisi¨®n, se mostraban cr¨ªticos de las acciones de la gesti¨®n de Noboa para enfrentar al crimen organizado. Destac¨®, en ese contexto, la declaraci¨®n enviada desde B¨¦lgica por el exmandatario Rafael Correa, l¨ªder de la facci¨®n pol¨ªtica a la que Noboa derrot¨® en la segunda vuelta electoral de hace solo tres meses. ¡°Presidente Daniel Noboa, tenga todo nuestro total, irrestricto respaldo. Por favor, no ceda (...) Nuestras discrepancias pol¨ªticas las discutiremos al d¨ªa siguiente de la victoria¡±, dijo Correa. La Asamblea Nacional, un cuerpo fragmentado donde el movimiento pol¨ªtico de Correa tiene la primera minor¨ªa, emiti¨® tambi¨¦n un pronunciamiento de respaldo al Gobierno, as¨ª como a las Fuerzas Armadas y la Polic¨ªa Nacional, incluido un compromiso de adoptar ¡°indultos y/o amnist¨ªas en los casos que sean necesarios para garantizar la tarea de estos estamentos¡±. Tambi¨¦n se suman las declaraciones de apoyo y solidaridad de gobiernos extranjeros, incluido el de Espa?a.
Noboa amaneci¨® el 10 de enero, entonces, como presidente de un pa¨ªs en guerra, con todos los desaf¨ªos y oportunidades que ello conlleva. Es una guerra contra un enemigo declarado, pero atomizado en diferentes bandas, oculto entre la poblaci¨®n e infiltrado en la estructura del Estado ecuatoriano. Ser¨¢ tarea del presidente y del Gobierno mantener el momentum de unidad nacional, combinando acciones militares y policiales con un despliegue intenso de comunicaci¨®n pol¨ªtica. Cuenta para ello con varios hitos, siendo el m¨¢s urgente, al cierre de este texto, la liberaci¨®n del personal penitenciario que permanece secuestrado por los criminales en las prisiones de El Oro, Loja, Chimborazo, Cotopaxi y Azuay.
En aproximadamente tres meses, Noboa afrontar¨¢ una consulta popular que hab¨ªa convocado hace tan solo una semana. En el anuncio inicial, todo apuntaba a que ser¨ªa un temprano plebiscito sobre su gobierno, que podr¨ªa servir de trampol¨ªn para lograr su anunciada intenci¨®n de reelegirse o, si le iba mal, para descarrilar tempranamente este gobierno de 18 meses. La lista de preguntas revelada en ese primer momento, con pocos temas medulares, sosten¨ªa esta tesis. Pero, horas antes de la toma de TC Televisi¨®n, Noboa hab¨ªa anunciado un segundo paquete de preguntas que pod¨ªa ser recibida con mayor oposici¨®n de una clase pol¨ªtica entretejida con el crimen. Las nuevas preguntas incluyen asuntos como la extradici¨®n de ecuatorianos, una enmienda constitucional para luchar con mayor efectividad contra el lavado de activos o la capacidad presidencial de otorgar indultos a las fuerzas del orden. El respaldo expl¨ªcito de la Asamblea Nacional a este ¨²ltimo punto permite suponer un consenso frente a los otros puntos tambi¨¦n, a pesar de las resistencias previas.
Si el mandatario logra mantener su posici¨®n como presidente de un pa¨ªs en guerra, llegar¨¢ fortalecido a la consulta, podr¨¢ sacar adelante reformas importantes y acrecentar¨¢ sus probabilidades de reelecci¨®n. Por el contrario, si se dan nuevos reveses en la lucha contra el crimen o, incluso, si ante un pronto retorno a la falaz calma de los ¨²ltimos meses, la agenda p¨²blica se enfoca en otros temas y vuelven las divisiones, Noboa nuevamente tendr¨¢ frente a s¨ª el escenario plebiscitario. El presidente afronta hoy su mayor crisis y su mayor oportunidad.