M¨¢s de 500 estudiantes de la Amazon¨ªa peruana fueron abusadas por sus profesores de manera sistem¨¢tica
El ministro de Educaci¨®n defiende que las violaciones en la selva son ¡°una pr¨¢ctica cultural para ejercer una forma de construcci¨®n familiar¡±
Mar¨ªa ten¨ªa once a?os cuando uno de los profesores de su comunidad la llev¨® a su cuarto con enga?os, le tap¨® la boca con una colcha y abus¨® de ella. Para que la ni?a de la etnia awaj¨²n callara, la amenaz¨® de muerte. Sin que nadie se enterara, poco despu¨¦s el agresor se march¨® del pueblo nativo Tutino del distrito Cenepa, provincia Condorcanqui, Amazonas, una regi¨®n peruana de la selva norte que colinda con Ecuador. Envalentonado por la impunidad, el sujeto volvi¨® cuatro a?os despu¨¦s, a mediados de 2015, para hundir a Mar¨ªa en el terror. La viol¨® nuevamente, la embaraz¨® e hizo que repitiera segundo de secundaria.
El beb¨¦ no naci¨®, pero la vida de Mar¨ªa se qued¨® suspendida en el dolor. Ella es una de las 524 estudiantes (varones y mujeres) de la provincia Condorcanqui que entre el 2010 y el 2024 padecieron alg¨²n tipo de violencia sexual de parte de sus profesores, promotores educativos o personal administrativo de sus colegios. Una denuncia que se apoder¨® de la discusi¨®n p¨²blica en las ¨²ltimas semanas, y que confirm¨® no solo la vulnerabilidad y los riesgos a los que est¨¢n expuestos los ni?os de los pueblos originarios, sino tambi¨¦n el desprecio y la indolencia con la que son tratados por las autoridades p¨²blicas de mayor rango.
El ministro de Educaci¨®n, Morgan Quero, sostuvo que las violaciones en la Amazon¨ªa son ¡°una pr¨¢ctica cultural para ejercer una forma de construcci¨®n familiar¡± y que por ello ser¨ªan muy prudentes en c¨®mo encarar el asunto. Sus declaraciones enervaron a la poblaci¨®n y desataron una nueva crisis en el Gobierno. La ministra de la mujer, ?ngela Hern¨¢ndez, respald¨® sus palabras y aconsej¨® a las adolescentes a ¡°postergar sus relaciones sexuales¡± y, en el caso de que las tuvieran, les pidi¨® que se protegieran. De inmediato, diversas organizaciones ind¨ªgenas emitieron comunicados en rechazo, remarcando que emplear la cultura como excusa es una forma de perpetuar la impunidad y de invisibilizar la gravedad de estos delitos.
La magnitud del problema no solo radica en el alto n¨²mero de v¨ªctimas y victimarios (524 cada cual) ¡ªeste es un dato contrastado por las investigadoras¡ª, sino en la incapacidad del sistema judicial: apenas cuatro profesores fueron cesados temporalmente y solo 111 fueron destituidos. Setenta y dos fueron absueltos, 195 consiguieron la prescripci¨®n de sus casos, nueve fueron al archivo y al resto o no se les aplic¨® ning¨²n proceso administrativo disciplinario o sus casos a¨²n est¨¢n pendientes de investigaci¨®n. Y podr¨ªan ser m¨¢s, pues se perdieron m¨¢s de 2.500 expedientes en un incendio en las oficinas de la unidad de gesti¨®n educativa local (UGEL) de Condorcanqui, a mediados de 2022.
Por estos d¨ªas la voz m¨¢s potente, sin duda, ha sido la de Rosemary Pioc Tenazoa, la presidenta del Consejo de Mujeres Awaj¨²n y Wampis. Ella fue quien hizo la denuncia p¨²blica y logr¨® que el tema fuera incluido en la agenda de los noticieros y el Ejecutivo. Son sus ¨²ltimas horas en Lima antes de emprender el largo viaje hasta el distrito de Nieva, en Condorcanqui ¡ª27 horas en dos buses y un colectivo¡ª, y esta mujer de piel tostada est¨¢ dando su octava entrevista del d¨ªa, a las nueve de la noche, en un caf¨¦, despu¨¦s de reunirse con ejecutivos del PNUD y otras contrapartes de las Naciones Unidas que se han interesado en el caso y le han prometido un apoyo concreto. Como por ejemplo, acondicionar la primera c¨¢mara Gesell de la zona -una habitaci¨®n condicionada para permitir la observaci¨®n con personas que se utiliza en comisar¨ªas de polic¨ªa-, lo cual permitir¨¢ un mejor manejo de las investigaciones y, adem¨¢s, evitar¨¢ la revictimizaci¨®n.
¡°Nuestro pueblo est¨¢ muy indignado con las declaraciones de los ministros. Que pidan disculpas p¨²blicas y que renuncien. No tienen coraz¨®n¡±, dice de entrada Rosemary Pioc, quien dice haber sido amenazada por algunos de los profesores implicados e incluso por jueces coludidos. ¡°Mis padres temen por mi vida, pero yo me siento fortalecida porque s¨¦ que estoy haciendo lo correcto. Los abusos tienen que parar¡±, se?ala esta maestra biling¨¹e, de sangre j¨ªbara, cuya ¨²nica guardaespaldas por ahora es una de sus hermanas.
Si bien en breve pedir¨¢ garant¨ªas para continuar con su lucha, el pedido que m¨¢s le ronda en la cabeza es gestionar un tamizaje a toda la poblaci¨®n de Condorcanqui para descartar VIH, el principal agravante del caso. ¡°Existen denuncias de que hay profesores con el virus que han contagiado a varios estudiantes. Nosotros hemos contabilizado 60 adolescentes que han sido infectados, pero es un asunto muy delicado, as¨ª que queremos un diagn¨®stico preciso¡±, explica Rosemary Pioc. Mientras la prevalencia nacional del virus de inmunodeficiencia humana es de 0,3%, en la poblaci¨®n awaj¨²n, la segunda etnia m¨¢s numerosa de la selva peruana, es sumamente m¨¢s alta: 1,8%. Solo entre el 2010 y mediados del 2022, se reportaron 222 fallecidos en la Red de Salud de Condorcanqui a causa de un VIH avanzado.
Condorcanqui, adem¨¢s, es la s¨¦ptima provincia m¨¢s pobre del Per¨². La precariedad es absoluta. Hasta hace un par de a?os, seg¨²n el portal Salud con Lupa, el 87% de los 71 establecimientos de salud de la zona no contaban con m¨¦dicos, por lo que para atender operaciones sencillas como la extracci¨®n del ap¨¦ndice deb¨ªan viajar ¡ªincluso por tres d¨ªas, surcando los r¨ªos, en el caso de las comunidades m¨¢s alejadas¡ª para llegar al hospital m¨¢s solvente. ¡°Las carencias son tan grandes que muchas ni?as no tienen dinero para comprarse toallas higi¨¦nicas y art¨ªculos de aseo. Varios de estos profesores les ped¨ªan sexo a cambio de toallas para su menstruaci¨®n. Es inaudito¡±, cuestiona la dirigente Rosemary Pioc, dejando en evidencia un modus operandi.
En septiembre del 2023, a Pioc le lleg¨® una denuncia de una alumna de sexto grado, donde cuenta que un profesor le ofreci¨® 130 soles (35 d¨®lares) por tener relaciones sexuales y otros 50 soles (13.5 d¨®lares) para los gastos de su fiesta de promoci¨®n de primaria. Otra estudiante, de quince a?os, notific¨® que no iba a clases porque su tutor le dijo que quer¨ªa que fuera su enamorada y no se hab¨ªa quedado tranquilo con su ¡°no¡± de respuesta. Hay un patr¨®n en estos delitos de hostigamiento y violencia sexual: la mayor¨ªa han sucedido en residencias estudiantiles, ideados para los chicos que viven en los lugares m¨¢s remotos. No obstante, en la pr¨¢ctica, sin contar con la infraestructura debida, se han convertido en espacios donde quedan a merced de los depredadores sexuales.
La problem¨¢tica se pone m¨¢s compleja todav¨ªa si se toma en cuenta que en varias comunidades awaj¨²n todav¨ªa se rigen bajo un precepto: a un miembro del pueblo no se le denuncia ante la Fiscal¨ªa ni la Polic¨ªa, sino ante el apu, quien determina sanciones indulgentes como encerrar al culpable en un calabozo por algunos meses o multarlo con montos entre 2.000 y 5.000 soles (entre 540 y 1.350 d¨®lares). A eso tambi¨¦n se enfrenta Rosemary Pioc, la presidenta del Consejo de Mujeres Awaj¨²n y Wampis. Este domingo 23, ella encabezar¨¢ una marcha en la plaza de armas de Nieva y repartir¨¢ una donaci¨®n de 250 paquetes de toallas higi¨¦nicas. Todav¨ªa espera las disculpas p¨²blicas del ministro de Educaci¨®n.
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