Uno de los presos pol¨ªticos de Ortega liberados: ¡°Lo m¨¢s lindo es volver a sentir la libertad. Fuimos detenidos injustamente. Alg¨²n d¨ªa volveremos a nuestra patria¡±
Mario Iglesias Pereira fue detenido en Managua en julio de 2023 y juzgado por ¡°traici¨®n a la patria¡± por expresar su apoyo a la Iglesia Cat¨®lica, perseguida por el r¨¦gimen de Daniel Ortega en Nicaragua. ?l forma parte de los 135 presos pol¨ªticos liberados por mediaci¨®n de Estados Unidos
Cuando Mario Iglesias Pereira vio a un funcionario de la Embajada de Estados Unidos en la c¨¢rcel donde estaba detenido en Managua, supo que hab¨ªa llegado el momento de su liberaci¨®n. Este hombre de piel morena, robusto, de hablar pausado, cuenta en el restaurante de un hotel de Guatemala que la presencia del estadounidense era una se?al clara que de que pod¨ªa dejar la prisi¨®n en la que fue injustamente encarcelado solo por expresar p¨²blicamente su apoyo a la Iglesia Cat¨®lica de Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega ha impuesto un r¨¦gimen de terror y persecuci¨®n ante cualquier cr¨ªtica o disensi¨®n. ¡°Lo m¨¢s lindo es volver a sentir la libertad¡±, dice Iglesias Pereira con los ojos enrojecidos. ¡°Fuimos detenidos injustamente. Alg¨²n d¨ªa volveremos a nuestra patria¡±, afirma el hombre con temple. ?l forma parte de los 135 presos pol¨ªticos liberados por el r¨¦gimen de Ortega el jueves y que llegaron a Guatemala escoltados por funcionarios del Gobierno de Estados Unidos en un acuerdo entre ambos Estados cuyos detalles a¨²n no han sido revelados.
Iglesias Pereira llora mientras sorbe un jugo de frutas. Dice que la noche del mi¨¦rcoles sus carceleros le ordenaron a ¨¦l y sus otros compa?eros del galer¨®n 16-1, el de m¨¢xima seguridad de la prisi¨®n La Modelo de Managua, vestirse con ropas limpias y nuevas. Hubo alboroto en el recinto, donde 24 presos pol¨ªticos del r¨¦gimen cumpl¨ªan sentencias consideradas espurias por organizaciones de derechos humanos. A Iglesias Pereira, de 34 a?os, lo detuvieron en la capital el domingo 16 de julio de 2023, a las 17.30, cuando seis patrullas de la Polic¨ªa rodearon su casa. Dice que fue denunciado por una vecina que lo escuch¨® gritar su apoyo a la iglesia nicarag¨¹ense. Su catolicismo fue su crimen. Cuando vio el despliegue policial en su domicilio decidi¨® entregarse y se enfrent¨® a un juicio rid¨ªculo, en el que el acusado estaba condenado desde el principio. La justicia de Ortega pidi¨® cuatro a?os de prisi¨®n contra ¨¦l, acus¨¢ndolo de traici¨®n a la patria, espionaje a favor de Estados Unidos, menoscabo de la soberan¨ªa y otros cargos. ¡°Todo ciudadano nicarag¨¹ense est¨¢ en riesgo por decir lo que piensa, por no pensar igual que ellos¡±, dice este hombre, padre de un ni?o de seis a?os y que el jueves pas¨® su primera noche en libertad tras m¨¢s de un a?o de encarcelamiento. ¡°La primera noche en una cama sin temor a caerte del catre o que te coman los mosquitos¡±, acota con una t¨ªmida sonrisa.
El Gobierno de Joe Biden inform¨® la ma?ana del jueves de que el r¨¦gimen de Ortega hab¨ªa decidido excarcelar a 135 presos pol¨ªticos y los env¨ªo en un avi¨®n con destino a Guatemala. ¡°La Administraci¨®n de Biden y Harris logr¨® la liberaci¨®n de 135 presos pol¨ªticos injustamente detenidos en Nicaragua, por razones humanitarias. Nadie debe ser encarcelado por ejercer pac¨ªficamente sus derechos fundamentales de libre expresi¨®n, asociaci¨®n y pr¨¢ctica de su religi¨®n¡±, dijo Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional del Gobierno de Estados Unidos, a trav¨¦s de un comunicado publicado el jueves. Washington ha exigido al r¨¦gimen de Ortega un ¡°retorno pac¨ªfico a la democracia¡± y que libere a todos los presos pol¨ªticos en Nicaragua.
Mario Iglesias Pereira es uno de los centenares de nicarag¨¹enses que han sido reprimidos por expresar cr¨ªticas a un r¨¦gimen que ha impuesto el terror en el pa¨ªs. Aunque asegura que no sufri¨® torturas f¨ªsicas, afirma que hubo intimidaci¨®n psicol¨®gica. Suspira aliviado al percatarse que ya es libre y dice que su religi¨®n lo mantuvo fuerte durante el tiempo que estuvo en prisi¨®n. ?l se hospeda, junto a otros 35 nicarag¨¹enses, en una cadena de hoteles de la Zona 10 de Ciudad de Guatemala, el epicentro de la movida guatemalteca, y muestra su agradecimiento al Gobierno del presidente guatemalteco Bernardo Ar¨¦valo por haberlos acogido.
Dice que comenz¨® a tener certeza de su liberaci¨®n la noche del mi¨¦rcoles, cuando vio movimiento de sus carceleros. Luego vino la orden de quitarse el mono azul de prisionero y les dieron ropas nuevas. Cuando escuch¨® el motor de los autobuses en los patios de la prisi¨®n supo que su suerte cambiaba. Entonces los subieron a los veh¨ªculos y luego llegaron funcionarios de la embajada estadounidense. ¡°Lo ¨²nico que dijeron es que hab¨ªan llegado a un acuerdo para nuestra liberaci¨®n inmediata, pero con la condici¨®n de que nosotros ten¨ªamos que abandonar el pa¨ªs, que no era nada a la fuerza, el que se quer¨ªa ir perfecto, el que dec¨ªa que no, estaba de acuerdo, pero que ser¨ªamos expatriados o regres¨¢bamos a las c¨¢rceles, no a nuestras casas¡±, cuenta Iglesias Pereira mientras la lluvia cae en la noche guatemalteca.
Las autoridades estadounidenses gestionaron los pasaportes para estos presos pol¨ªticos y han costeado no solo el viaje de traslado, sino el hospedaje y la atenci¨®n que reciben en Guatemala, cuyo Gobierno accedi¨® a recibirlos. No han trascendido detalles del acuerdo, pero el Ejecutivo de Ar¨¦valo ha dado 90 d¨ªas a los nicarag¨¹enses para estar en libertad en su territorio. Estados Unidos ha accedido a conceder visas humanitarias para quienes quieran viajar a ese pa¨ªs e iniciar la petici¨®n de refugio. Iglesias Pereira asegura que funcionarios estadounidenses les han acompa?ado desde que salieron de la prisi¨®n, volaron con ellos a Guatemala y los entrevistan en esta ciudad, para conocer a detalles sus casos y analizar si pueden postular al visado estadounidense. Se emociona al recordar cuando las puertas del avi¨®n que los traslad¨® a Guatemala se cerraron, los detenidos se reconocieron y se abrazaron. Dijo que los estadounidenses los recibieron con calidez. ¡°Nos dijeron ¡®fuerza, fuerza, ya son libres¡¯. Nos dieron palabras de aliento, de ¨¢nimo¡±. El avi¨®n despeg¨® con su destino a la libertad. ¡°Lo m¨¢s lindo es volver a sentir la libertad, eso es lo m¨¢s lindo despu¨¦s de tanto tiempo, despu¨¦s que fuimos tratados como enemigos en Nicaragua. Nosotros no somos enemigos de nadie. Lo ¨²nico que queremos es alg¨²n d¨ªa volver a nuestra patria¡±, dice el hombre entre l¨¢grimas la primera noche de su libertad.
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