?lvaro Delgado, un delf¨ªn en busca de lugar propio en la derecha uruguaya
El candidato presidencial del Gobierno no despega en las encuestas, pese a la buena imagan de su mentor pol¨ªtico, Luis Lacalle Pou
Es mediod¨ªa en el centro de Montevideo. Dos hombres almuerzan en un conocido restaurante sentados a una mesa que da a la calle. Los transe¨²ntes se sorprenden, comentan, se toman selfis al otro lado del cristal. Uno de los comensales es Luis Lacalle Pou, el presidente de Uruguay. Pronto llegan las c¨¢maras de los informativos. Hay m¨®viles en vivo y sonrisas. Su acompa?ante es ?lvaro Delgado, el candidato a la presidencia por el Partido Nacional (PN), que aspira a sucederlo.
No es un encuentro m¨¢s entre estos dos viejos correligionarios. Faltan tres d¨ªas para las elecciones nacionales en Uruguay y el gesto es entendido como un ¨²ltimo espaldarazo del presidente a su delf¨ªn, que seg¨²n las encuestas no ha conseguido la adhesi¨®n esperada. Todas se?alan que el PN registra una ca¨ªda continua desde que Delgado se convirtiera en candidato tras las internas partidarias del 30 de junio. La consultora Cifra, por ejemplo, indica un descenso de diez puntos en la intenci¨®n de voto: del 33% en junio al 23% en octubre.
Frente a este escenario adverso, el propio Delgado desliz¨® una posible respuesta en un spot de campa?a. ¡°La gente no elige un candidato, elige un presidente¡±, dec¨ªa. Y a continuaci¨®n, a?ad¨ªa: ¡°Yo siento que soy un candidato. Quiz¨¢s no es el candidato que entusiasma a las masas porque uno tiene que ser tambi¨¦n cr¨ªtico de s¨ª mismo, autocr¨ªtico, no al punto de flagelarse, pero ser objetivo¡±.
El mensaje no pas¨® inadvertido y fue criticado por las voces m¨¢s ¨¢speras del PN, como una suerte de innecesario sincericidio. Pero tambi¨¦n hubo quienes lo entendieron como un oportuno golpe de efecto de un candidato que ha estado perseguido por las comparaciones con Lacalle Pou, un presidente omnipresente que no ha dejado margen para que otros de su especie crecieran a su alrededor, pese a que en Uruguay no hay reelecci¨®n presidencial. En el inc¨®modo terreno de las comparaciones, Delgado ha procurado que su nombre fuera asociado al di¨¢logo y a la capacidad de gesti¨®n, mostr¨¢ndose como una persona resolutiva que no necesita de los focos para existir.
?lvaro Delgado fue secretario de la Presidencia entre 2020 y 2023, en el actual Gobierno de una coalici¨®n formada por cinco partidos de centroderecha. En ese periodo, asumi¨® la posici¨®n de copiloto en el manejo de los impactos provocados por la pandemia de la covid-19 y de la peor sequ¨ªa que atraves¨® Uruguay en 70 a?os. Es relativamente joven, tiene 55 a?os, pero est¨¢ entre los rostros m¨¢s conocidos de la pol¨ªtica uruguaya. Adem¨¢s de ocupar la secretar¨ªa de la Presidencia, form¨® parte de la bancada opositora del PN en las tres administraciones del Frente Amplio (izquierda), primero como diputado (2005-2015), despu¨¦s como senador (2015-2020).
El candidato nacionalista naci¨® en Montevideo y es veterinario, hijo de una familia del interior del pa¨ªs con poca afinidad por la pol¨ªtica partidaria. Junto a su contrincante del FA, Yamand¨² Orsi, pertenece a la generaci¨®n de uruguayos que conoci¨® la militancia a mediados de los ochenta, justo a la salida de la dictadura. En el PN se vincul¨® primero con la l¨ªnea m¨¢s progresista heredera del pensamiento del caudillo Wilson Ferreira, para fundar a?os despu¨¦s, en 2009, el sector Aire Fresco, bajo el liderazgo de Lacalle Pou, con un perfil m¨¢s liberal. Desde entonces marchan juntos, pero con Lacalle Pou como protagonista total. Los datos est¨¢n a la vista: mientras la aprobaci¨®n de la gesti¨®n del presidente ronda el 50%, su candidatura tiene una intenci¨®n de voto que no supera el 25%, a casi 20 puntos de distancia de Yamand¨² Orsi.
Para explicar esta contradicci¨®n, algunos analistas echan la vista hacia el 30 de junio, cuando Delgado gan¨® las internas partidarias con el 74% de los votos, frente al 19% de la economista Laura Raffo. Ese d¨ªa, al filo de la medianoche, el candidato anunci¨® que su compa?era de f¨®rmula ser¨ªa la exsindicalista Valeria Ripoll y no Raffo, como buena parte del electorado esperaba. La decisi¨®n fue recibida con caras largas y silbatinas, pero no amedrentaron a Delgado y menos a Ripoll, una excomunista e integrante del PN desde 2023, que se convertir¨ªa en una de las voces m¨¢s aguerridas de la campa?a y tenaz defensora de la gesti¨®n de la coalici¨®n.
Delgado conf¨ªa en que este domingo una ¡°mayor¨ªa silenciosa¡± depositar¨¢ su voto ¡°a favor de la continuidad¡± de este Gobierno encabezado por el Partido Nacional. As¨ª podr¨¢, seg¨²n sus palabras, llevar adelante ¡°un segundo piso de las transformaciones¡± iniciadas en este periodo. ¡°Podemos ser el primer pa¨ªs desarrollado de Am¨¦rica Latina¡±, ha expresado el candidato haci¨¦ndose eco de una de las consignas de su programa, que propone reducir a la cuarta parte la pobreza infantil, universalizar la educaci¨®n secundaria y generalizar la terciaria, as¨ª como reducir a la mitad los robos y homicidios.
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