?Qu¨¦ pas¨®, compadre! Las tradiciones hispanas que nos dan identidad
De los XV a?os al compadrazgo porque s¨ª, las siestas y las pi?atas. Nuestras tradiciones y costumbres nos dan vida y ser lo que somos. Somos hispanos y ¨¦stas son nuestras costumbres.
Para los ojos no acostumbrados a los usos y costumbres hispanas, pudieran parecer rituales extra?os, redundantes o, de primera mano, incomprensibles. Sin embargo, pese a la modernidad y evoluci¨®n de los tiempos, las tradiciones que m¨¢s en casa nos hacen sentir, son aquellas propias del lugar donde venimos y que pueden expresarse libremente en donde sea, incluyendo en una segunda patria, aparentemente distinta.
Sonre¨ªr, compartir y unir lazos, a trav¨¦s de un festejo interminable es algo que caracteriza a una comunidad que se ha encontrado a s¨ª misma en Estados Unidos, a trav¨¦s de sus celebraciones, efem¨¦rides m¨¢s queridas y h¨¢bitos m¨¢s particulares.
Las tradiciones hispanas han logrado trascender, en muchos casos, su origen religioso, hiperlocal o ligado a una visi¨®n particular, expandi¨¦ndose y adapt¨¢ndose en el camino de forma sorprendente.
Pensemos un momento, por ejemplo, el famoso D¨ªa de la Candelaria, en relaci¨®n al pasaje b¨ªblico en donde Mar¨ªa y Jos¨¦ llevaron al beb¨¦ Jes¨²s hacia el templo en Jerusal¨¦n, tras 40 d¨ªas de su nacimiento para consumar la purificaci¨®n de Mar¨ªa, despu¨¦s de haber dado a luz al ni?o Jes¨²s. En esta celebraci¨®n de la Calle Olvera, en el centro de la ciudad de Los ?ngeles, se presenta la tradicional bendici¨®n de los mu?ecos vestidos que representan al ni?o Jes¨²s en el templo, pero el verdadero atractivo de propios y extra?os revela una oportunidad perfecta para comer muchos tamales, escuchar m¨²sica y compartir momentos excepcionales.
Por otra parte, del 15 de septiembre al 15 de octubre, podemos ver en distintos puntos de Estados Unidos c¨®mo las costumbres, fiestas y celebraciones latinas convergen de forma plena, libre y, en muchos casos, unificada.
Ejemplo de esto podemos encontrarlo en el calendario decembrino de posadas y las celebraciones en com¨²n, por ejemplo el D¨ªa de las Madres se lleva a cabo durante todo el a?o, ya que en pa¨ªses como Espa?a, Argentina, Guatemala, M¨¦xico y Rep¨²blica Dominicana corresponde en una fecha totalmente distinta que en los Estados Unidos.
Los hispanos solemos aderezar nuestras c¨¦lebres fiestas con coloridas pi?atas, llevamos serenata a nuestra pareja amorosa o madre en su cumplea?os, pero tambi¨¦n montamos altar a nuestros seres queridos que ya no est¨¢n y han trascendido al m¨¢s all¨¢ (D¨ªa de los Muertos). Algunos celebran los XV a?os de sus hijas (algo similar a los sweetest 16 de los estadounidenses), otros m¨¢s toman breves siestas al estilo espa?ol.
Si ves una feria con juegos de azar, puestos de comida y m¨²sica a todo volumen en Estados Unidos, seguramente hay un grupo de hispanos que te esperan con los brazos abiertos, dispuestos a compartir, sonre¨ªr y festejar, con un refr¨¢n o un torito de agilidad mental para romper el hielo.
Ante los nuevos tiempos y generaciones hispanas en Estados Unidos, preservar y mantener nuestras tradiciones, usos y costumbres resulta especialmente complejo, siendo ¨¦stas un lazo s¨®lido y vital para no olvidar qui¨¦nes somos y de d¨®nde venimos; una suerte de di¨¢logo con nuestros amigos, familias y contextos m¨¢s importantes, as¨ª como con la forma ¨²nica de ver el mundo pese a las transformaciones tecnol¨®gicas, pol¨ªticas o sociales. Ser hispano es en s¨ª mismo una fiesta. ?Celebremos juntos!