Tienes un ¡®e-mail¡¯ (sobre los noventa)
Eduardo Maura y Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz, autores de dos ensayos sobre la d¨¦cada, dialogaron durante una semana por correo electr¨®nico sobre su actual revisi¨®n cr¨ªtica
Eduardo Maura (1981), profesor de Filosof¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid y exdiputado de Podemos, es autor de Los 90. Euforia y miedo en la modernidad democr¨¢tica espa?ola (Akal). Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz (1977) dirigi¨® la edici¨®n espa?ola de Letras Libres y el semanario Ahora. En 2020 ha publicado La trampa del optimismo: C¨®mo los a?os noventa explican el mundo actual (Debate). Los dos aceptar...
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Eduardo Maura (1981), profesor de Filosof¨ªa en la Universidad Complutense de Madrid y exdiputado de Podemos, es autor de Los 90. Euforia y miedo en la modernidad democr¨¢tica espa?ola (Akal). Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz (1977) dirigi¨® la edici¨®n espa?ola de Letras Libres y el semanario Ahora. En 2020 ha publicado La trampa del optimismo: C¨®mo los a?os noventa explican el mundo actual (Debate). Los dos aceptaron dialogar durante una semana por correo electr¨®nico ¡ªun invento que se generaliza en los ¨²ltimos noventa¡ª sobre la d¨¦cada que ahora vuelve a estar en todas las bocas. Pese a sus diferencias, ambos coinciden en se?alarla como el momento hist¨®rico que, con sus promesas de modernidad y sus falsas ilusiones, mejor explica el presente.
De: Eduardo Maura
A: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
Lun 14-12-2020, 21.08
Comienzo con una an¨¦cdota que puede ser elocuente. Durante una de las presentaciones de mi libro, ocurri¨® algo curioso: todas las personas que alzaban la mano comenzaban explicando cu¨¢l era su relaci¨®n personal con los noventa. Solo ¡°legitimando¡± su v¨ªncu?lo con la ¨¦poca proced¨ªan a hacer su pregunta o reflexi¨®n. Esto no pasar¨ªa, intuyo, si la d¨¦cada fueran los ochenta, los sesenta o los treinta. Por decirlo en pocas palabras, los noventa se nos aparec¨ªan a los all¨ª presentes como una ¡°d¨¦cada sin cualidades¡± con la que era necesario trabar un v¨ªnculo personal, en ausencia de una intensidad m¨¢s pol¨ªtica o intelectual como la que atribuimos a los setenta y ochenta.
?Piensas que los noventa son de alguna manera una ¡°d¨¦cada sin cualidades¡±, una d¨¦cada vac¨ªa en la que todo lo que ocurre es resultado de procesos globales como ¡°el fin de la historia¡±? ?Crees que lo que sucedi¨® entonces tiene una ¡°especificidad¡± menor que la de la d¨¦cada anterior, que suele decirse termina con la ca¨ªda del Muro, y que la de la posterior, que suele decirse comienza con el 11-S? Mis investigaciones me sugieren que no es as¨ª, pero es como si no pudi¨¦ramos salir de esa sensaci¨®n de vac¨ªo.
De: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
A: Eduardo Maura
Mar 15-12-2020, 10.46
La experiencia con mi libro ha sido parecida, la gente tambi¨¦n lo vincu?laba a sus recuerdos de la ¨¦poca. Pero yo s¨ª creo que los noventa tienen unas ¡°cualidades¡± muy identificables. Es la ¨¦poca en la que acaba la Guerra Fr¨ªa, en la que se produce el gran salto adelante en la integraci¨®n de lo que ser¨¢ la Uni¨®n Europea, en la que Espa?a siente que entra de lleno en la modernidad. Se generaliza Internet, se bendice la globalizaci¨®n como un proceso no solo econ¨®mico, sino de expansi¨®n de la democracia liberal¡ Para m¨ª, esa especificidad es el optimismo: es la d¨¦cada en la que parece que se han dejado atr¨¢s los problemas tradicionales de las sociedades, desde la sucesi¨®n de boom y crisis que hab¨ªa caracterizado el ciclo econ¨®mico hasta el nacionalismo.
Pero tienes raz¨®n al compararlo, por ejemplo, con los ochenta. Tanto desde la izquierda como desde la derecha se ha pensado mucho m¨¢s sobre ellos, identific¨¢ndolos como el nacimiento de nuestro tiempo presente. Supongo que en eso tambi¨¦n hay elementos generacionales. T¨² y yo tenemos m¨¢s o menos la misma edad, y es normal que ahora cuestionemos lo que pas¨® en la d¨¦cada en la que pasamos de casi ni?os a casi adultos. ?No crees que volvemos a esa ¨¦poca porque ahora tenemos las herramientas para entenderla, o al menos para intentar hacerlo?
De: Eduardo Maura
A: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
Mar 15-12-2020, 22.03
Cuando pienso en los noventa tiendo a hacerlo generacionalmente, sin duda. Me interesa entender el lugar que ocupa en la historia la d¨¦cada de mi adolescencia y primera juventud, la d¨¦cada en que me hice sujeto m¨¢s o menos aut¨®nomo. No fue una ¨¦poca ambigua, de no saber muy bien lo que pasaba, sino una d¨¦cada tan fundacional de quienes somos hoy como los setenta, que tienen m¨¢s prestigio historiogr¨¢fico.
En realidad, el 78-centrismo que ha habido en Espa?a, a izquierda y derecha, nos ha perjudicado a la hora de comprender nuestro presente. El optimismo y la euforia de la modernizaci¨®n noventera son el reverso de un miedo enorme al fracaso como pa¨ªs y tambi¨¦n el reverso de una doble omisi¨®n: la de la violencia de la reconversi¨®n industrial, que es definitoria de la Espa?a actual (aqu¨ª dice mucho El a?o del descubrimiento), y la violencia de ETA, igualmente definitoria de nuestra concepci¨®n de la democracia. Las ideas vigentes en la actualidad de qu¨¦ significa el bienestar son el resultado de c¨®mo los noventa tramitaron estas dos violencias, muy diferentes entre s¨ª.
De: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
A: Eduardo Maura
Mi¨¦ 16-12-2020, 11.01
Dices algo con lo que estoy de acuerdo: el miedo al fracaso como pa¨ªs. D¨¦jame formularlo de otra manera: la sensaci¨®n que tienen las ¨¦lites de que, por primera vez en siglos, en los noventa Espa?a puede ser un pa¨ªs ¡°normal¡±. Se puede criticar esa ¡°normalidad¡±, por neoliberal o por lo que sea. Pero es un hecho que Espa?a est¨¢ en Maastricht, que ha hecho los deberes para entrar en el euro. Pol¨ªticamente, se ha producido un cambio de partido en el Gobierno como en los pa¨ªses modernos, y esa normalidad pasa tambi¨¦n ¡ªen la mentalidad de Aznar¡ª por acabar con el terrorismo, porque en los pa¨ªses ¡°normales¡± este no existe.
En ese momento, yo no entiendo lo que significa Maastricht o el recorte del d¨¦ficit p¨²blico, pero me considero un joven europeo normal. Estudio literatura, leo El Pa¨ªs y Rockdelux. Con el dinero que gano trabajando en un restaurante me compro discos y libros, veo Friends en una tele privada¡ Quiz¨¢ alguien m¨¢s mayor nos dir¨¢: yo ya ten¨ªa esa sensaci¨®n de normalidad en los ochenta. Y me lo creer¨¦. Pero siento que pertenezco casi a la primera generaci¨®n que, al ser adolescente en los noventa, se encontr¨® con la democracia establecida, la cultura ¡°normalizada¡±, la econom¨ªa en proceso de modernizaci¨®n ¡ªcon innumerables deficiencias, injusticias y cegueras, aunque yo nunca las comparar¨ªa con la violencia de ETA¡ª. Eso, por supuesto, tambi¨¦n conlleva algunos problemas, y creo que los hemos pagado. Fuimos complacientes, o al menos yo lo fui. Pero pienso, como t¨², que podemos ver m¨¢s claves de nuestro tiempo en los noventa que en la Transici¨®n.
De: Eduardo Maura
A: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
Mi¨¦ 16-12-2020, 17.47
Me identifico con la sensaci¨®n de que acced¨ªamos con normalidad a productos culturales en diferentes lenguas y de diferentes procedencias. Esto a nuestros padres creo que les hac¨ªa felices. Yo, por ejemplo, era muy angl¨®filo en 1995. Lo experimentaba como una apertura con respecto a la cultura espa?ola, cuyos l¨ªmites sent¨ªamos que eran m¨¢s estrechos. Cuando se hablaba de Europa, nunca se hablaba de Portugal, que era un pa¨ªs bastante af¨ªn en procesos y ritmos, o Grecia. Europa era una cosa que estaba al norte. Comparto la idea de que el meollo ideol¨®gico de la era Aznar pasaba por ¡°estar al fin donde hay que estar, haciendo las cosas que hay que hacer¡±. En tres palabras, ¡°Espa?a va bien¡±. Es tambi¨¦n la era del ¡°lo privado funciona mejor que lo p¨²blico¡±, que estuvo detr¨¢s de las oleadas de privatizaciones. Se hac¨ªa lo que hab¨ªa que hacer, es decir, lo nuevo, lo moderno, lo que hac¨ªan los pa¨ªses modernos. Como si no hubiera una fort¨ªsima carga ideol¨®gica en las ideas que guiaban la construcci¨®n europea.
Por otra parte, la normalidad democr¨¢tica de ese periodo era bastante violenta. Mi socializaci¨®n se produjo en condiciones de violencia cotidiana en Euskadi, por poner un ejemplo. Aunque ETA mat¨® mucho en los ochenta, es en los noventa cuando se vuelve el factor clave. A la vez, la violencia posindustrial operaba a pleno rendimiento en barrios y pueblos de la margen izquierda de la r¨ªa de Bilbao, de igual manera que en Murcia, Vigo, Barcelona o C¨¢diz. Hablamos de cerca del 20% de paro en diciembre de 1996. En torno al 40% entre j¨®venes. Hablamos de una Espa?a con 3.500 casos de VIH anuales entre 1993 y 1995, el 26% de las muertes de personas entre 15 y 39 a?os. ?Cu¨¢nto chirr¨ªan estas experiencias cuando las ponemos juntas y cu¨¢nto nos exigen que reconsideremos tanto la historia oficial como nuestros recuerdos?
De: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
A: Eduardo Maura
Jue 17-12-2020, 10.50
Siempre hay cierta desconexi¨®n entre las ¨¦lites que tienen en la cabeza lo macro y la gente que est¨¢ lejos de los lugares donde se toman las grandes decisiones. Los festivales de m¨²sica indie muchas veces estuvieron financiados por Ayuntamientos enriquecidos por los ingresos del ladrillo que quer¨ªan atraer a turistas j¨®venes. Quer¨ªa preguntarte por ese mundo. Yo tambi¨¦n era muy angl¨®filo, de la literatura a la m¨²sica, y dir¨ªa que tambi¨¦n eso es generacional. ?C¨®mo ves ahora ese mundo de la cultura hecha por gente que era poco mayor que nosotros entonces? El indie espa?ol, el brit pop, el grunge¡ Los escuch¨¦ mientras escrib¨ªa el libro y no s¨¦ si val¨ªan tanto la pena. Lo digo con respeto. Me siguen gustando muchos grupos. Pero, sin ese significado biogr¨¢fico, no s¨¦ si Blur o Nirvana me dir¨ªan algo. ?C¨®mo crees que se traduce en la cultura popular el clima hist¨®rico de estos a?os que estamos intentando entender?
De: Eduardo Maura
A: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
Jue 17-12-2020, 14.22
Nac¨ª en 1981, luego por edad puedo ubicar mis primeras decisiones musicales m¨¢s o menos conscientes en torno a los dos Use your Illusion (1991), Nevermind (1991) y Rage Against the Machine (1992). Luego ya la bisagra, con Automatic for the People (1992) y Siamese Dream (1993), y finalmente el aterrizaje en lo brit¨¢nico en 1994-1995, donde me qued¨¦ a vivir una temporada muy larga. Incluyo ah¨ª a Suede, Blur, Oasis, Echobelly y Pulp, pero tambi¨¦n a Portishead, Massive Attack, Tricky y PJ Harvey. Si a esto le a?ades bandas como Australian Blonde, El Ni?o Gusano y El Inquilino Comunista, m¨¢s o menos tienes mi mapa. Mi sensaci¨®n es que los noventa fueron una d¨¦cada extraordinaria en lo musical. No todas las canciones son ¡®Common ?People¡¯ ni todos los discos son Maxinquaye, pero hubo buen¨ªsima m¨²sica en esa ¨¦poca. Lo que echo de menos de mi experiencia son dos cosas: una es no haber comprendido bien ni prestado atenci¨®n suficiente a lo que ven¨ªa de Am¨¦rica Latina, donde pasaban cosas extraordinarias en arte, m¨²sica, cine y literatura (por no mencionar el impacto cultural del zapatismo); la otra es haber sido injusto con el indie espa?ol, al que exig¨ªa mucho m¨¢s que a bandas de fuera.
Cuando veo las pel¨ªculas recientes sobre los noventa, encuentro un mont¨®n de detalles y aspectos relevantes que no est¨¢n en Historias del Kronen u otros lugares cl¨¢sicos: la idea de Las ni?as de que en la Espa?a de la modernidad y los JJ OO la pregunta clave siga siendo qui¨¦n es tu padre es muy oportuna. En el caso de El a?o del descubrimiento, muestra lo cerca y lo lejos que estaban a la vez ¡°las dos Espa?as de 1992¡±, sin mirarse y sin reconocerse. Esto lo percibo tambi¨¦n en las pr¨¢cticas apropiacionistas de Rogelio L¨®pez Cuenca, cuya exposici¨®n reciente en el Reina Sof¨ªa me parece importante respecto a la transformaci¨®n (?definitiva?) de Espa?a en un pa¨ªs de servicios.
De: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
A: Eduardo Maura
Vie 18-12-2020, 21.10
Mi consumo cultural en los noventa fue parecido al tuyo. Al reconstruirlo para escribir el libro me sorprendieron algunas cosas. La primera es que, si bien la cultura indie en ingl¨¦s se volvi¨® masiva, el indie en espa?ol fue un fen¨®meno muy minoritario. No me di cuenta de ello hasta que vi las cifras de ventas de discos. Ni siquiera Los Planetas vend¨ªan m¨¢s de 50.000 copias por disco. El disco de Australian Blonde que conten¨ªa ¡®Chup chup¡¯, que lleg¨® a sonar en un anuncio de Pepsi, vendi¨® la mitad. Viv¨ªa en la burbuja de quienes le¨ªan Tentaciones y Rock?delux. No era consciente de que fu¨¦ramos tan pocos: supongo que, al final, ¨¦ramos un pu?ado de gente de clase media que estudiaba humanidades o ciencias sociales y periodistas parecidos a nosotros pero 10 a?os mayores.
Tambi¨¦n me sorprendi¨® lo bien que Friends segu¨ªa reflejando la ¨¦poca. Es la serie que mejor ilustra el clima moral y econ¨®mico, incluso est¨¦tico, de los noventa: ese mundo que mezcla elementos muy progres ¡ªtodo el mundo se acuesta con todo el mundo sin el menor reparo moral¡ªcon elementos conservadores ¡ªtodo eso est¨¢ muy bien, pero el fin ¨²ltimo es tener hijos e irse a vivir a una zona residencial¡ª. Me interesan las nuevas interpretaciones de los noventa que hace la gente m¨¢s joven que yo. Me han llamado mucho la atenci¨®n las opiniones sobre mi libro de gente que no tiene recuerdos de los noventa porque naci¨® justo entonces: muchos me dec¨ªan que hab¨ªamos tenido suerte porque al menos hab¨ªamos conocido tiempos optimistas, y que ellos ni eso. Los noventa los entender¨¢n mejor quienes no los vivieron. Pasa siempre.
De: Eduardo Maura
A: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
S¨¢b 19-12-2020, 13.45
No puedo decir mucho de Friends porque la he visto fragmentariamente. Me interesa, sin embargo, el boom de la ficci¨®n espa?ola de los noventa, con Farmacia de guardia y M¨¦dico de familia al frente, pero tambi¨¦n Al salir de clase, Compa?eros o Siete vidas. Con estas ficciones se construye un vern¨¢cu?lo visual espa?ol, o s¨ªntesis televisiva de la vida espa?ola normal, con sus oficinas, cocinas, coches, marcas de referencia, parques urbanos, bares, salas de m¨¢quinas, portales y decisiones vacacionales. Profundizar en ese vern¨¢culo, hacerlo inteligible, es lo que m¨¢s puede ayudar a comprendernos a nosotros mismos, en primera persona del plural. Como dec¨ªa Adorno, ¡°a veces el arte nos conoce mejor de lo que nos conocemos a nosotros mismos¡±.
En ese vern¨¢culo hay hueco para el optimismo, que es uno de los temas que m¨¢s enfatizas t¨², y para lo que yo prefiero llamar una l¨ªnea continua hacia delante, una ¡°continuidad progresista de las vidas comunes¡±. En ese pa¨ªs, en ese vern¨¢culo, pueden ocurrir cosas malas, pero lo normal es que las cosas salgan bien. Esa sensaci¨®n, creo, se rompe a lo largo del periodo 2008-2011. Me parece importante que las producciones culturales que vuelven a los noventa transiten el camino de la comprensi¨®n a fondo del mainstream de la ¨¦poca y de sus dobleces, y el de la reivindicaci¨®n de ciertos m¨¢rgenes y de procesos silenciados.
De: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
A: Eduardo Maura
Dom 20-12-2020, 21.00
Est¨¢ muy bien lo que dices de la ¡°continuidad progresista de las vidas comunes¡±. Para m¨ª es un mito que estaba tan arraigado en nuestras vidas que lo ve¨ªamos como una ley hist¨®rica: cada generaci¨®n, despu¨¦s de la II Guerra Mundial, vive mejor que la anterior. Ese mito en familias como la m¨ªa era casi evidente: los abuelos rurales de clase baja que emigran a la ciudad y les va un poco mejor; los padres, ya algunos con carrera universitaria, que se instalan definitivamente en la clase media, y luego nos tocaba a nosotros, que sabr¨ªamos ingl¨¦s y dominar¨ªamos la tecnolog¨ªa porque hab¨ªa ?nacido cuando nosotros ¨¦ramos j¨®venes. ?Nos ir¨ªa de maravilla!
Como dices, ese relato lo interrumpe de manera brutal la crisis financiera. Los dos elementos m¨¢s importantes de esa crisis nacen en los noventa: los derivados sint¨¦ticos con hipotecas en Estados Unidos y la burbuja inmobiliaria en Espa?a. Mientras estamos bailando indie y nuestros mayores nos dicen que todo va a ir bien, se est¨¢ empezando a construir el edificio econ¨®mico que m¨¢s tarde se nos caer¨¢ encima e impedir¨¢ que tengamos la vida que d¨¢bamos por sentada. Yo antes de la pandemia dec¨ªa que ese arco temporal ¡ªdel optimismo de los noventa a la brutal crisis 2008-2015¡ª iba a ser el acontecimiento m¨¢s influyente para mi generaci¨®n. Ahora ya, qui¨¦n sabe¡
De: Eduardo Maura
A: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
Lun 21-12-2020, 8.56
Creo que seguimos necesitando pensar la d¨¦cada a fondo y de maneras diversas: no importa solo la macroeconom¨ªa, necesitamos un an¨¢lisis de los noventa que incluya experiencias y contradicciones que solo se plasman en otros lugares. Hay que darle una vuelta a la televisi¨®n trash (que hoy vuelve a estar en el radar a trav¨¦s de Veneno), a los impulsos de utop¨ªa y protesta que se aprecian en el movimiento asociativo en las grandes ciudades, a la evoluci¨®n de instituciones culturales como el Reina Sof¨ªa y el ?MACBA, ambos creados en los noventa, a las privatizaciones de grandes empresas p¨²blicas y c¨®mo afectaron al tejido social de las ciudades y barrios. Hay que seguir pensando el asesinato de Ana Orantes¡
De: Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz
A: Eduardo Maura
Lun 21-12-2020, 16.47
Visto con el tiempo, creo que los noventa definieron nuestra educaci¨®n est¨¦tica e ideol¨®gica. Ahora que la gente de nuestra edad ya est¨¢ llegando a puestos de responsabilidad, tiene sentido que repasemos la d¨¦cada y, como dec¨ªa antes, que la revisen quienes vienen despu¨¦s y empiezan a vernos como la generaci¨®n a la que hay que ir pensando en desplazar. A veces pareci¨® que los noventa fueran una especie de ¡°domingo de la historia¡±, una ¨¦poca sin grandes acontecimientos, donde las cosas segu¨ªan su curso de manera progresiva, ordenada y normal. No fueron eso ni de co?a. Los noventa fueron una ¨¦poca con una cantidad de acontecimientos y de rasgos propios impresionante, que creo que define nuestro mundo mucho m¨¢s de lo que se ha pensado. Y a la vez dudo que seamos capaces de aprender las lecciones que podr¨ªamos sacar de esa ¨¦poca¡