Eterno Vilas, Roma eterna
Manuel Vilas reivindica la figura del turista accidental para remitir una carta de amor a la Ciudad Eterna
En Roma, Manuel Vilas se desplaza hacia un terreno que su poes¨ªa no hab¨ªa frecuentado hasta el momento. En vez de fustigar los vicios p¨²blicos y la adoraci¨®n consumista de la sociedad espa?ola, a la que ha dedicado algunas composiciones memorables, Vilas reivindica ahora la figura del turista accidental para remitir una carta de amor a la Ciudad Eterna. As¨ª, el lector puede llegar a esta Roma por caminos que conectan el diario ¨ªnti...
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En Roma, Manuel Vilas se desplaza hacia un terreno que su poes¨ªa no hab¨ªa frecuentado hasta el momento. En vez de fustigar los vicios p¨²blicos y la adoraci¨®n consumista de la sociedad espa?ola, a la que ha dedicado algunas composiciones memorables, Vilas reivindica ahora la figura del turista accidental para remitir una carta de amor a la Ciudad Eterna. As¨ª, el lector puede llegar a esta Roma por caminos que conectan el diario ¨ªntimo con el cuaderno de bit¨¢cora, la plegaria desesperanzada con el callejero virtual y la emoci¨®n de las ruinas con las excursiones a Florencia y el sur de Italia.
Mientras que el viajero posmoderno aspira a confundirse con la fauna aut¨®ctona, el autor entra por las puertas de Roma con una mirada admirativa que incurre en todos los t¨®picos de los que las gu¨ªas resabiadas recomiendan huir: sin ir m¨¢s lejos, en los textos comparecen la Capilla Sixtina, el Coliseo, Piazza Navona, el cine de Fellini e inn¨²meras especialidades gastron¨®micas. No obstante, que Vilas sea un mal turista ¡ªseg¨²n los c¨¢nones del nomadismo hipster¡ª no le impide ser un buen poeta. De hecho, la conversi¨®n de los espacios fosilizados en paisajes an¨ªmicos proporciona la clave interpretativa de estas p¨¢ginas. Si Quevedo buscaba en la Roma de su tiempo a la Roma cl¨¢sica, el sujeto actual persigue algo no menos dif¨ªcil de recuperar: a s¨ª mismo.
Entre el deseo de expiaci¨®n y la voluntad de reconocimiento, la metr¨®poli potencia un efecto de identificaci¨®n (¡°Roma, s¨¦ mi espejo¡±) que se parece mucho a una ¨²ltima oportunidad. No obstante, aunque el tono general resulte m¨¢s compasivo y menos c¨ªnico que de costumbre, el cambio de decorado no supone un giro cosmovisionario en un universo presidido por la m¨ªstica del dinero, la ¨¦pica de la miseria y la irrestricta soledad. Aligerado de los excesos biogr¨¢ficos de aquel gran Vilas que era al tiempo alter ego y despiadada caricatura, el yo autoficcional se diluye en la colectividad cuando la realidad pand¨¦mica transforma la urbe bulliciosa en ciudad muerta. Al cabo, la Roma de este libro no solo refleja los contornos de una identidad fugitiva, sino la imagen de una humanidad da?ada.
ROMA
Autor: Manuel Vilas.
Editorial: Visor 2020.
Formato: tapa blanda (196 p¨¢ginas, 14 euros).