Eres tal y como hab¨ªa imaginado
La escritora sueca Christina Herrstr?m habla de los deseos latentes y del riesgo de que se materialicen en una comedia con milagro donde vuelven a despuntar la empat¨ªa y el empuje de Mar¨ªa Galiana
Una comedia sobre los deseos latentes y el riesgo de que se materialicen, donde lo cotidiano se entrelaza con lo sobrenatural. Christina Herrstr?m escribi¨® Me llamo Erling para la radio, en 1997. Cinco a?os despu¨¦s, Peter Schildt la llev¨® a los escenarios de su Suecia natal con tanto ¨¦xito que al poco tiempo se hizo una producci¨®n uruguaya, premiada en el Festival de Bogot¨¢, representada tambi¨¦n en el Festival Iberoamericano de C¨¢diz. Mag¨¹i Mira, autora de la versi¨®n y de la puesta en escena reci¨¦n estrenadas en el madr...
Una comedia sobre los deseos latentes y el riesgo de que se materialicen, donde lo cotidiano se entrelaza con lo sobrenatural. Christina Herrstr?m escribi¨® Me llamo Erling para la radio, en 1997. Cinco a?os despu¨¦s, Peter Schildt la llev¨® a los escenarios de su Suecia natal con tanto ¨¦xito que al poco tiempo se hizo una producci¨®n uruguaya, premiada en el Festival de Bogot¨¢, representada tambi¨¦n en el Festival Iberoamericano de C¨¢diz. Mag¨¹i Mira, autora de la versi¨®n y de la puesta en escena reci¨¦n estrenadas en el madrile?o Teatro Bellas Artes, la ha titulado El abrazo, con olfato comercial.
Herrstr?m suele tocar temas de inter¨¦s. Unas vistas maravillosas, su primera obra esc¨¦nica, habla del ansia de libertad de un ni?o al que sus padres impiden salir, que ve el mundo a trav¨¦s de las idas y venidas de un repartidor de pizzas. Su novela Mil veces m¨¢s fuerte habla de la lucha entre sexos a trav¨¦s de una mirada adolescente.
El abrazo parte del encuentro azaroso entre Rosa y Juan, ancianos que en sus a?os mozos fueron una pareja cuya fogosa relaci¨®n se qued¨® en pura chispa: hubieran querido prender una buena hoguera pero lo fueron dejando para ma?ana. El se cas¨®, tuvo hijos y nietos. Ella persisti¨® en su solter¨ªa. Ambos pensaron en su d¨ªa que el otro no quer¨ªa ir m¨¢s all¨¢, pero ahora sienten que en sus almas pervivi¨® el deseo de estar juntos. ?Es demasiado tarde para torcer el destino? La respuesta a esta pregunta es un susto, seguido de una caricia y de un sopapo. Porque el deseo de Juan y de Rosa se encarna en la figura de un joven que afirma ser su hijo.
Para la doctrina ocultista, desde el momento en el que dos personas comparten una creencia (o un anhelo) se forma un egregor o entidad que vendr¨ªa a darle forma. Y aqu¨ª el egregor se encarna en una persona que dice llamarse Erling. Como la adaptadora y directora de esta funci¨®n ha querido que este personaje sea negro, el tema original se solapa con el subtema del rechazo al inmigrante. Juan Meseguer compone con oficio la figura de su irresoluto tocayo, Mar¨ªa Galiana le presta temperamento, empat¨ªa, arrebato y pellizco humor¨ªstico a su crepuscular criatura y Jean Cruz hace los aspavientos que la directora le marca. La diferencia de edad entre la pareja y su criatura debiera ser menor.
El abrazo. Texto: Christina Herrstr?m. Direcci¨®n: Mag¨¹i Mira. Teatro Bellas Artes. Madrid. Sin fecha de salida.
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