Maravillas de ¡®soul¡¯ de ojos azules

El soul siempre ha sido un g¨¦nero asociado a la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Surgido tras las incursiones sonoras y l¨ªricas, fuera del amparo de la Iglesia, de pioneros como Sam Cooke, Aretha Franklin, Solomon Burke o Ray Charles a principios de los sesenta. Soul, el sonido del alma, dando identidad a los negros en una Am¨¦rica segregacionista. Identidad¡­ y ¨¦xito. M¨¢s a¨²n cuando la discogr¨¢fica Motown aspir¨® m¨¢s que ning¨²n otro sello a conquistar audiencias blancas. Motown defini¨® el soul com...

El soul siempre ha sido un g¨¦nero asociado a la comunidad afroamericana en Estados Unidos. Surgido tras las incursiones sonoras y l¨ªricas, fuera del amparo de la Iglesia, de pioneros como Sam Cooke, Aretha Franklin, Solomon Burke o Ray Charles a principios de los sesenta. Soul, el sonido del alma, dando identidad a los negros en una Am¨¦rica segregacionista. Identidad¡­ y ¨¦xito. M¨¢s a¨²n cuando la discogr¨¢fica Motown aspir¨® m¨¢s que ning¨²n otro sello a conquistar audiencias blancas. Motown defini¨® el soul como ¡°el sonido de la joven Am¨¦rica¡±. Un sonido que sedujo por igual a la comunidad negra y a la blanca, hasta el extremo de que a los pocos a?os de su nacimiento surgi¨® el blue-eyed soul o soul de ojos azules.

El soul de ojos azules es aquel que llev¨® a muchos artistas blancos a querer sonar como artistas negros en este g¨¦nero desde sus primeras e incendiarias grabaciones se desparramaba el coraz¨®n sobre las canciones. Uno de sus primeros y m¨¢s arrasadores embajadores fue Eric Burdon, una garganta desgarradora desde la primera l¨ªnea de The Animals. Junto a Burdon, siempre hay que citar a su mejor representante en la tierra: Van Morrison, dif¨ªcilmente etiquetable, pero capaz de alcanzar las mismas cotas de soul desde su condici¨®n de cantante blanco. Este soul blanco es algo que Morrison no ha dejado de hacer nunca, incluso en ¨¢lbumes recientes. Tras ¨¦l, llegaron otros de un calibre poderoso como Joe Cocker, The Box Tops y Robert Palmer.

Con mayor elegancia a¨²n, aparecieron mujeres que definieron este t¨¦rmino y lo llevaron a otro nivel. Especialmente, Dusty Springfield. La brit¨¢nica grab¨® en Memphis con el productor Jerry Wexler y el grupo The Sweet Inspirations y consigui¨® una obra maestra en el ¨¢lbum: Dusty in Memphis. Como ella, Petula Clark abri¨® una v¨ªa m¨¢s en ese estilo muy sentimental y propicio para los crescendos vocales.

Cierto que, ante su ¨¦xito y r¨¢pido desarrollo, la prensa brit¨¢nica se apropi¨® de este t¨¦rmino de soul de ojos azules para aplicarlo a todos esos grupos y m¨²sicos que dulcificaron el tono y quitaron toda la sangre de R&B correoso que guardaban las gargantas a?ejas de Van Morrison, Cocker o Burdon. Bandas que, impulsadas por la agitaci¨®n de la m¨²sica disco, buscaron el ¨¢mbito pop en los ochenta como Alison Moyet, Rick Astley o Spandau Ballet. De este periodo, sin duda, Simply Red mostraba m¨¢s calidad que el resto. Y un capricho personal: Christopher Cross. Su ¨¢lbum de 1979 tiene ese no s¨¦ qu¨¦ tontorr¨®n que pone al soul de ojos azules como a navegar en un crucero. Empalaga, es verdad, pero es un capricho.

Sin embargo, en esta reivindicaci¨®n del blue-eyed soul interesa m¨¢s salir de aquella aplicaci¨®n ochentera de la etiqueta y encontrar el soul en voces blancas de nuestros d¨ªas, donde ha habido muchos representantes fieles a los preceptos originales. En esta lista suenan gigantes del siglo XXI como Amy Winehouse, Adele o Duffy. Tambi¨¦n m¨²sicos que son menos estrellas como Joss Stone, Hannah Williams, James Hunter, St. Paul and the Broken Bones y Nathaniel Rateliff.

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