La ¡°Sagrada Familia¡± de los diccionarios
Eley Williams narra la peripecia de una lexic¨®grafa consagrada a detectar en? una enciclopedia palabras y?definiciones inventadas
¡°Las personas que impiden que otros usen el sentido com¨²n se las llama expertos¡±, afirm¨® Hannes Messemer, y es posible que, de haber conocido sus palabras, el centenar de ellos que en 1899 trabajaba en el Nuevo Diccionario Enciclop¨¦dico Swansby las hubiese aprobado. Un siglo despu¨¦s, el diccionario sigue incompleto y la empresa solo cuenta con una empleada, una becaria reducida a ¡°precaria¡± por las dificultades de audici¨®n de su abuelo cuya tarea consiste en leer los nueve vol¨²menes de la primera y ¨²nica edici¨®n del Diccionario bajo la supervisi¨®n de David Swansby, que des...
¡°Las personas que impiden que otros usen el sentido com¨²n se las llama expertos¡±, afirm¨® Hannes Messemer, y es posible que, de haber conocido sus palabras, el centenar de ellos que en 1899 trabajaba en el Nuevo Diccionario Enciclop¨¦dico Swansby las hubiese aprobado. Un siglo despu¨¦s, el diccionario sigue incompleto y la empresa solo cuenta con una empleada, una becaria reducida a ¡°precaria¡± por las dificultades de audici¨®n de su abuelo cuya tarea consiste en leer los nueve vol¨²menes de la primera y ¨²nica edici¨®n del Diccionario bajo la supervisi¨®n de David Swansby, que desea actualizar y digitalizar la obra antes de darla por concluida. Para David, el Diccionario es ¡°el equivalente textual de la Sinfon¨ªa n¨²mero 8 de Schubert, de la Adoraci¨®n de los Reyes Magos de Leonardo da Vinci, de la Sagrada Familia de Gaud¨ª¡±. Para Mallory, en cambio, es ¡°una broma triste, vac¨ªa, amarga¡±. Tres a?os despu¨¦s de haber comenzado, el ¨²nico avance que ha hecho es, en realidad, un retroceso: el descubrimiento de que alguien ha llenado el Diccionario de palabras inventadas y que hay que chequear cada una de ellas para evitar errores.
Eley Williams es profesora de escritura creativa en la Universidad de Londres y miembro de la Royal Society of Literature adem¨¢s de autora de un libro de relatos y de un ¡°panfleto po¨¦tico¡± que preceden a El diccionario del mentiroso, su primera novela. Interesada desde hace a?os en la historia de las obras lexicogr¨¢ficas, Williams convierte la existencia de mountweazels ¡ªpalabras inventadas que sol¨ªan ser incluidas en diccionarios y enciclopedias (tambi¨¦n en mapas) para anticipar y detectar posibles plagios¡ª en el punto de confluencia de las dos l¨ªneas temporales de su novela: la de Mallory, quien se pregunta si las nuevas experiencias amo?rosas pueden ser narradas con las palabras que tenemos, y la de Peter Winceworth, el autor de las entradas falsas del Diccionario Swansby. Winceworth finge desde ni?o un ceceo inexistente, vive sin prop¨®sito visible, es el hombre sin atributos por definici¨®n. Pero, cuando se enamora de la prometida de otro lexic¨®grafo, el presuntuoso, fatuo, adinerado Terence Clovis Frasham, las humillaciones recibidas lo hacen pasar a la acci¨®n.
Uno de los atractivos de la novela de Williams consiste en sus aires a lo Nabokov que se extienden no solo a su tema y a la elecci¨®n de nombres como Swansby, Winceworth o Frasham, sino tambi¨¦n a la distancia ir¨®nica con la que se narran los acontecimientos, desde una escena rom¨¢ntica en una cafeter¨ªa hasta una traqueotom¨ªa a un pel¨ªcano en un parque; otro de sus encantos reside en t¨¦rminos como est¨ªpite, m¨¦nsula, zuz¨®n o grawlix, que la autora hace paladear a sus personajes como si fueran bebidas y Mariano Peyrou vuelca en espa?ol con gran talento, as¨ª como en el hecho de que confronta al lector con la pregunta de si palabras como suspota (¡°la sospecha de que se a?ade un poco de tiza a una bola de helado para hacerla m¨¢s voluminosa¡±), nifablepsia, relectopat¨ªa (¡°hecho de releer sin querer la misma frase o l¨ªnea debido a la falta de concentraci¨®n o de inter¨¦s¡±), piular, peristalsis o agrupci¨®n (¡°irritaci¨®n causada por el hecho de que a uno le estropeen el desenlace de una historia¡±) existen realmente.
Williams consigue hacernos desconfiar de nuestra supuesta potestad sobre las palabras y devolvernos el placer tambi¨¦n t¨¢ctil de abrir un diccionario; en ocasiones parece excesivamente amable con el lector, pero su amor por el lenguaje es innegable, as¨ª como su convencimiento de que, al tiempo que definimos palabras y las utilizamos para narrarnos qui¨¦nes somos y nuestro mundo, ¨¦stas nos definen tambi¨¦n, se apropian de nosotros, no nos sueltan.
El diccionario del mentiroso?
Autor: Eley Williams. Traducci¨®n de Mariano Peyrou.
Editorial: Sexto Piso, 2021 .
Formato: 274 p¨¢ginas. 22 euros.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.