Entre sue?os y pesadillas
Creadoras y naturaleza son un com¨²n denominador en las exposiciones que se pueden ver en Madrid al margen de Arco
¡°Pesadilla hecha realidad¡±, grita uno de los dibujos de Ida Applebroog en Marginalias. La letra es muy peque?a, no est¨¢ en may¨²scula que es lo que hoy entender¨ªamos por escribir chillando. Pero es el grito con el que comienza la obra de esta artista. Dibujos que realiz¨® en 1969 en el Mercy Hospital (San Diego, EE UU), donde estuvo ingresada para recuperarse de una depresi¨®n. Este es el embri¨®n de una carrera que recorre los intereses y preocupaciones de esta artista multidisciplinar: la violencia, el poder, las pol...
¡°Pesadilla hecha realidad¡±, grita uno de los dibujos de Ida Applebroog en Marginalias. La letra es muy peque?a, no est¨¢ en may¨²scula que es lo que hoy entender¨ªamos por escribir chillando. Pero es el grito con el que comienza la obra de esta artista. Dibujos que realiz¨® en 1969 en el Mercy Hospital (San Diego, EE UU), donde estuvo ingresada para recuperarse de una depresi¨®n. Este es el embri¨®n de una carrera que recorre los intereses y preocupaciones de esta artista multidisciplinar: la violencia, el poder, las pol¨ªticas de g¨¦nero o la sexualidad femenina. Temas, que a sus 91 a?os, siguen en plena actualidad. Necesaria retrospectiva en el Reina Sof¨ªa, tan terap¨¦utica como desgarradora.
¡°Pesadilla hecha realidad¡± es tambi¨¦n un sentimiento global despu¨¦s de a?o y medio de pandemia. Pocos lo aventuraron aquella lluviosa tarde del domingo 1 de marzo de 2020 en Madrid, cuando la pasada edici¨®n de Arco echaba el cierre. Todav¨ªa parec¨ªa que se le pod¨ªan poner puertas al virus (qu¨¦ naif), como quien le quiere poner puertas al campo. Aunque la naturaleza se rebela y lanza se?ales de aviso. Aliadas con ella est¨¢n la artista suiza Claudia Comte y la comisaria Chus Mart¨ªnez, cuya colaboraci¨®n ha llevado al Thyssen parte de los arrecifes de coral jamaicanos en Claudia Comte. After Nature, una instalaci¨®n donde conviven la madera tallada y ¨²ltima tecnolog¨ªa, donde Comte saca la forma del centro de los grandes ¨¢rboles caribe?os como lo hac¨ªan los cl¨¢sicos (Brancusi o Miguel ?ngel con el m¨¢rmol) y crea animaciones digitales. Todo forma parte de todo, como la noche forma parte del d¨ªa ¨Dlos dos momentos se representan en la obra¨D, como los corales son animal y vegetal a la vez, tienen ¨®rganos sexuales masculinos y femeninos, les afecta lo que pase en la tierra y en el agua. No son ni una cosa ni la otra, son las dos. ¡°Aut¨¦nticamente no binario¡±, se define el coral que, en un v¨ªdeo, explica al espectador la muestra. Con un lenguaje y un personaje que lleva a territorios infantiles ¨Dsello de la comisaria¨D se narra el fondo de un proyecto complejo en el que han trabajado m¨¢s de dos a?os.
¡°Pesadilla hecha realidad¡±, otra vez. En el caso de Latinoam¨¦rica las pesadillas se solapan. Pero hasta en las madrugadas m¨¢s oscuras hay quien cumple sus sue?os. Esto es Prelibros, el seguimiento del sue?o de esos artistas para los que Arco marc¨® un hito en sus carreras. El comisario de la muestra, Mariano Mayer, ha seleccionado a ocho creadores latinoamericanos que han participado en alguna de las 10 ediciones anteriores de Opening, el espacio de la feria dedicado al descubrimiento de nuevas propuestas. Estos artistas plasman en la exposici¨®n circunstancias de un territorio que a¨²n sufre los peores estragos de la crisis sanitaria por lo que estar¨¢ poco representado en la feria. Prelibros, en Casa de Am¨¦rica, pretende paliar ese efecto colateral de la covid. ¡°La dificultad para viajar y para transportar obra la hemos transformado en una manera de trabajar y en un concepto. Hemos construido alrededor de la idea de env¨ªo¡±, explica Mayer. Por ejemplo, la pieza del chileno Alejandro Leonhardt, Abr¨ª una caja y me pregunt¨¦: ?por qu¨¦ estoy tan feliz? Sin respuesta abr¨ª muchas m¨¢s #2, conformada por el comisario siguiendo las instrucciones del artista sobre c¨®mo distribuir solapas de cajas en la base de cart¨®n. Todos los materiales eran embalajes de lo que Leonhardt hab¨ªa pedido durante la pandemia: medicamentos, ropa, comida, material para trabajar¡
El concepto de esta exposici¨®n se repite en Remitente, una nueva secci¨®n de Arco ¨Dtambi¨¦n comisariada por Mayer¨D con la misma finalidad. Esta muestra en pleno centro de Madrid es la ¨²nica que se puede encontrar en la ciudad vinculada directamente con la feria. Tambi¨¦n esto es diferente este a?o. El cambio de fechas y la situaci¨®n sanitaria han hecho que de las ferias que tradicionalmente orbitan en torno a Arco en febrero, solo una haya mantenido los mismos d¨ªas de julio, Justmad. Sem¨ªramis Gonz¨¢lez, su directora art¨ªstica, sostiene que Arco mueve a coleccionistas internacionales como ninguna otra feria en Espa?a, por eso se mantuvieron en las mismas fechas, para que el tir¨®n de la feria de Ifema les llegase. En estas circunstancias tambi¨¦n se encuentran todas las exposiciones de PHotoEspa?a. ¡°Siempre beneficia que haya actividades profesionales de ¨¢mbitos cercanos. Ser¨¢ especialmente positivo para el festival Off. El p¨²blico que viene espec¨ªficamente a Arco est¨¢ acostumbrado a visitar galer¨ªas¡±, asegura Claude Bussac, directora del festival. Los galeristas coinciden en que no puede ser negativo que distintos agentes del mundo del arte visiten la ciudad, pero tambi¨¦n se?alan la cercan¨ªa con el pr¨®ximo Arco: ¡°En poco m¨¢s de medio a?o¡±, dice Daniel Cuevas. Pedro Gallego de Lerma, de La Gran, reconoce que no hay tensi¨®n ferial. En esta pandemia que no aparec¨ªa ni en los peores sue?os, Arco funciona como cierre de temporada, mientras que la rentr¨¦e est¨¢ a la vuelta de la esquina, de la sombrilla, por las fechas: Apertura en Madrid se celebrar¨¢ los d¨ªas 9, 10, 11 y 12 de septiembre.
Las pesadillas/reivindicaciones de las mujeres y de la naturaleza son un com¨²n denominador en las exposiciones de la ciudad. Ah¨ª est¨¢n, en el Centro Cultural Conde Duque, Amparo Sard y su Rompiendo el Mar, junto a Gabriela Bettini en la muestra colectiva El crimen perfecto, donde reitera uno de sus motivos habituales: la naturaleza como territorio colonizado. O en La Casa Encendida, Un encuentro vegetal bajo la premisa: las plantas dan sustento a todos los organismos vivos. Otra t¨®nica son las exposiciones colectivas, bien puede ser para reunir los proyectos m¨¢s destacados de entre los programados por las galer¨ªas madrile?as esta particular temporada: Panorama Madrid 01 en CentroCentro, la primera de un ciclo que pretende ser anual. O bien, In¨¦ditos 2021, la ya cl¨¢sica de La Casa Encendida, donde durante 20 ediciones ya se han dado oportunidades a comisarios menores de 35 a?os. Y mientras coleccionistas, curiosos, galeristas y dem¨¢s fauna y flora relacionada con el arte contempor¨¢neo recorran los pabellones de Ifema, en este centro, el d¨ªa 9, se inaugurar¨¢ A¨²n aprendo, de Jonathan Baldock, que pretende alertar sobre la necesidad de escuchar la naturaleza y que el ser humano vuelva a conectarse con el planeta.
Y en esta recurrente llamada de atenci¨®n o conexi¨®n de los creadores con la naturaleza est¨¢ el uso de las flores que hace Marina N¨²?ez en Vanitas (Museo Thyssen), donde reinterpreta de manera ecologista y feminista los tradicionales bodegones florales, g¨¦nero al que tradicionalmente se relegaba a las pintoras. Hay una conexi¨®n entre esta artista palentina y la obra de la fot¨®grafa Lydia Anoz. Hortus conclusus se puede ver en La Real Sociedad Fotogr¨¢fica: conceptuales im¨¢genes cuidad¨ªsimas de estudio, naturalezas muertas...
Una exposici¨®n coqueta, un bomb¨®n para endulzar las pesadillas: L¨ªnea Dolca. S¨ª, como la marca de chocolate de la tableta que aparece en la primera de las 182 fotograf¨ªas que se muestran en la galer¨ªa 1 Mira Madrid. Im¨¢genes salidas de la c¨¢mara de Juan Usl¨¦, un estudioso de la luz, un pintor a una c¨¢mara pegado que inmortaliza instantes, fragmentos, que ayudan a quien los contempla a imaginar sus rutinas y a mirar a trav¨¦s de los ojos de este artista. Y despu¨¦s del chocolate, el marr¨®n impregna la muestra, una siesta en La playa de la mano de Martin Parr y Carlos P¨¦rez Siquier, donde las im¨¢genes del cabo de Gata del segundo y de Benidorm del primero se hacen indistinguibles, parecen sacadas de la misma mirada, del mismo sue?o veraniego y recuerdan la estaci¨®n en la que se celebra Arco, una rareza que ojal¨¢ marcara el fin de la pesadilla.-
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