Vidas rotas
Al tiempo que nos integra en su investigaci¨®n, Servando Rocha propone un contrarrelato al mostrarnos parcelas de la realidad invisibilizadas en el relato hegem¨®nico. Aqu¨ª boxeo, dinero y dictadura
Sentado frente a Bobby Fischer est¨¢ Arturo Pomar, ajedrecista transformado en mito del r¨¦gimen durante la primera posguerra franquista. Cuando juega aquella partida del Torneo Interzonal ¡ªfebrero de 1962 en Estocolmo¡ª, el fulgor de Pomar se va apagando. Pero esa escena de un hombre desplazado frente a un nuevo mito tiene la potencia necesaria para activar el relato de El pe¨®n, una gran non fiction a trav¨¦s de la cual Paco Cerd¨¤ reflexiona sobre c¨®mo el poder instrumentaliza al hombre com¨²n en funci¨®n de sus intereses y, al mismo tiempo, propone una visi¨®n alternativa sobre las te...
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Sentado frente a Bobby Fischer est¨¢ Arturo Pomar, ajedrecista transformado en mito del r¨¦gimen durante la primera posguerra franquista. Cuando juega aquella partida del Torneo Interzonal ¡ªfebrero de 1962 en Estocolmo¡ª, el fulgor de Pomar se va apagando. Pero esa escena de un hombre desplazado frente a un nuevo mito tiene la potencia necesaria para activar el relato de El pe¨®n, una gran non fiction a trav¨¦s de la cual Paco Cerd¨¤ reflexiona sobre c¨®mo el poder instrumentaliza al hombre com¨²n en funci¨®n de sus intereses y, al mismo tiempo, propone una visi¨®n alternativa sobre las tensiones de los sesenta y la Guerra Fr¨ªa. Ese uso de la biograf¨ªa, que pendula entre el reportaje y la historia, lo practica tambi¨¦n Enric Juliana en Aqu¨ª no hemos venido a estudiar. Otra vez una escena de un hombre frente a otro, esta vez en la c¨¢rcel de Burgos, act¨²a como el coraz¨®n que bombea un contrarrelato de la Espa?a contempor¨¢nea que resit¨²a el Plan de Estabilizaci¨®n como punto de inflexi¨®n y la lucha de los comunistas como pieza esencial del edificio democr¨¢tico.
En Todo el odio que ten¨ªa dentro, Servando Rocha ¡ª?buen escritor de non fiction¡ª emplea la misma f¨®rmula. Atrapa al lector a trav¨¦s de una primera escena que concentra la historia que desplegar¨¢. Segundos de fervor en un pabell¨®n deportivo antes del inicio de un combate de boxeo. Algo va mal. Un hombre de mirada penetrante se acerca al ring, como escribi¨® un periodista, y aquel testimonio period¨ªstico aqu¨ª se literaturiza intensificando la descripci¨®n del ambiente. Otro hombre frente a otro. Uno interpela al presidente de la federaci¨®n, le pregunta por las trampas que polic¨ªas y carceleros le han puesto al boxeador, que no aparece. Lo van a detener, pero, antes de conseguirlo, hay una pelea que contin¨²a en el coche de polic¨ªa. El protagonista de la escena rompe la luna y se escapa. En la pen¨²ltima l¨ªnea sabemos que se llamaba ?ngel Luis, se nos presenta como el jefe de la banda de los Ojos Negros y que el lugarteniente de aquel grupo hab¨ªa sido el boxeador Jos¨¦ Luis Dum Dum Pacheco.
El mismo a?o que Pomar jug¨® contra Fischer, West Side Story se estrenaba en Barcelona. Cuatro meses despu¨¦s llegaba al c¨¦ntrico Princesa de Madrid y, luego, m¨¢s copias ir¨ªan distribuy¨¦ndose a diversos cines del pa¨ªs. En el Usera, en los suburbios, el musical de peleas con arma blanca entre jets y sharks magnetiz¨® a un p¨²blico juvenil que, por y a pesar de la miseria, quiso replicar su estilo y sus conductas. La banda m¨¢s temida eran los matones de Ojos Negros. ?ngel Luis Tello era el jefe y Pacheco, jovenc¨ªsimo, uno m¨¢s. Hijos de la pobreza, crecidos entre despojos de la guerra mientras su horizonte vital lo tapaba la c¨¢rcel. El centro quedaba lejos y esa distancia, esa tensi¨®n entre urbe adinerada donde la dictadura se moderniza y la pobreza se enquista en malas construcciones, est¨¢ narrada como una fractura donde se depositaba odio. Pod¨ªa neutralizarlo el pop ¡ªeran del equipo de seguridad de Camilo Sesto¡ª, pero la mayor¨ªa de las veces era pura violencia. En la calle, en la Legi¨®n, en la c¨¢rcel, en el boxeo.
Al fin, como en El pe¨®n y Aqu¨ª no hemos venido a estudiar, Servando Rocha, al tiempo que nos integra en su investigaci¨®n, propone un contrarrelato al mostrarnos parcelas de la realidad invisibilizadas en el relato hegem¨®nico. Aqu¨ª boxeo, dinero y dictadura. Y una galer¨ªa inolvidable de vidas rotas. Una oscuridad que ha pervivido y que podr¨ªa simbolizar el Pacheco cuyo mito sigue siendo Franco. ?l y su tragedia como ¡°el error de una Espa?a pretendidamente perfecta¡±.
Todo el odio que ten¨ªa dentro?
Editorial: La Felguera, 2021.
Formato: 495 p¨¢ginas. 23 euros.
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