¡®Eva y las fieras¡¯, guerra en la selva

Antonio Ungar (Bogot¨¢, 1974) es autor de cuentos, cr¨®nicas y novelas. Ha obtenido, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo Sim¨®n Bol¨ªvar, as¨ª como el Herralde de 2010, con Tres ata¨²des blancos, publicada por Anagrama, al igual que la siguiente, M¨ªrame, ya en 2018.

Con...

Antonio Ungar (Bogot¨¢, 1974) es autor de cuentos, cr¨®nicas y novelas. Ha obtenido, entre otros, el Premio Nacional de Periodismo Sim¨®n Bol¨ªvar, as¨ª como el Herralde de 2010, con Tres ata¨²des blancos, publicada por Anagrama, al igual que la siguiente, M¨ªrame, ya en 2018.

Con extraordinaria solvencia y efectividad narrativa, Ungar desliza lo novelesco a partir de unos hechos reales acaecidos en la selva colombiana a finales de los a?os noventa. El contexto es la guerra auspiciada por el gobierno entre paramilitares, militares y guerrillas. Empieza la novela con la protagonista, Eva, alojada en el fondo de una canoa, desangr¨¢ndose a consecuencia de una bala bajo su clav¨ªcula. Estamos en Colombia, en el r¨ªo In¨ªrida, en medio de la selva profunda alrededor del r¨ªo Orinoco. A partir de ese momento, Ungar nos lleva atr¨¢s en el tiempo para explicarnos qu¨¦ hace una mujer como Eva (madre soltera, adicta a las drogas, clase media urbana) en un lugar como ¨¦se, trabajando de enfermera y objeto de las cursis maniobras de seducci¨®n del Gordo Ochoa.

?ste es uno de los bien perfilados personajes que rodean a Eva y a la acci¨®n, seres que en tiempos de paz podr¨ªan ser aburridos ciudadanos y que en conflicto son capaces de la ambig¨¹edad moral m¨¢s extrema llegado el caso.

El novelista aprovecha la historia pasa deslizarse desde un follet¨ªn par¨®dico con guerra al fondo hasta la irrupci¨®n de la violencia y la codicia, la injusticia y la imposibilidad de las v¨ªctimas de sustraerse a ese papel ¡ªla poblaci¨®n ind¨ªgena, las mujeres, los ni?os, los territorios v¨ªrgenes a merced de la miner¨ªa ilegal¡­¡ª, y en todo momento sabe c¨®mo manejar las herramientas de la narraci¨®n a pesar de andar herida la novela de una dolencia de la que no es responsable su autor: la imposibilidad de sorpresa en una trama de guerra en la selva porque aunque no sabemos qu¨¦ nos explicar¨¢ Antonio Ungar, s¨ª sabemos que cuando lo haga no nos pillar¨¢ desprevenidos, lo habremos le¨ªdo peor o igual de bien que con ¨¦l.

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