¡®Ustedes brillan en lo oscuro¡¯, una belleza cruel

De una manera evidente la literatura de nuestro tiempo est¨¢ llevando a cabo la tarea de escribir desde el cuerpo. Esto equivale a pensar desde un lugar siempre encarnado que no se deja seducir por la aparente naturalidad de un estilo abstracto (la transmisi¨®n de una simple ¡°informaci¨®n¡± objetiva). Un nuevo paso en un pensamiento cr¨ªtico que tantas veces pec¨® de ¡°desecado¡±. Quien piensa con el cuerpo lo hace desde una animalidad que es compa?erismo, salvaci¨®n y padecimiento, pero tambi¨¦n, desde una perspectiva hist¨®rica, que se convierte en la descripci¨®n m¨¢s fiel de un largo historial de viole...

De una manera evidente la literatura de nuestro tiempo est¨¢ llevando a cabo la tarea de escribir desde el cuerpo. Esto equivale a pensar desde un lugar siempre encarnado que no se deja seducir por la aparente naturalidad de un estilo abstracto (la transmisi¨®n de una simple ¡°informaci¨®n¡± objetiva). Un nuevo paso en un pensamiento cr¨ªtico que tantas veces pec¨® de ¡°desecado¡±. Quien piensa con el cuerpo lo hace desde una animalidad que es compa?erismo, salvaci¨®n y padecimiento, pero tambi¨¦n, desde una perspectiva hist¨®rica, que se convierte en la descripci¨®n m¨¢s fiel de un largo historial de violencia y explotaci¨®n: de la mujer y del subalterno. La estabilidad del pensamiento abstracto es un privilegio al que pocos, a lo largo de la historia, pueden acogerse: apenas quienes han ocupado el lugar m¨¢s alto de la pir¨¢mide social. E incluso nadie, apenas los discursos que se construyen desde esa aparente neutralidad l¨®gica y que cada uno padecemos como una deficiencia propia.

En los bell¨ªsimos relatos de Ustedes brillan en lo oscuro, libro con el que la boliviana Liliana Colanzi (1981) ha ganado el Premio Ribera del Duero, los personajes se sienten desbordados precisamente por este predominio del cuerpo. Son paridoras o pre?adas, sienten n¨¢useas ante un plato de comida, padecen la amenaza nuclear, escuchan toda la noche a las termitas roer los cimientos de la casa. Pero si es un t¨®pico decir que los animales viven en un presente perpetuo, los ¡°animales humanos¡± de estos relatos buscan, a su vez, una conexi¨®n hist¨®rica, un pasado: por ejemplo, la madre soltera del hermoso relato ¡®La deuda¡¯, que, a su vez, sue?a con una madre ausente.

Tambi¨¦n el propio estilo de Colanzi trabaja con sabidur¨ªa esta suma de diferentes tiempos en busca de un raro compa?erismo, de una genealog¨ªa humana en tanto que animal. Como en ¡®La cueva¡¯, uno de los mejores relatos del libro. La cueva ser¨¢ el escenario de breves fragmentos de momentos hist¨®ricos diversos, y una misma violencia (o, como define con precisi¨®n Marta Sanz en la contracubierta del libro, una ¡°belleza cruel¡±). En tiempos prehist¨®ricos (o sin historia) una mujer asesina a sus gemelos reci¨¦n nacidos; en un futuro hipot¨¦tico otra criatura con capacidad racional entierra polillas en su abdomen para darse muerte. Esta es la historia ¡°del ciclo de la vida cuyo eje es la mierda, el guano, el excremento generoso¡±. Y la cueva, el arquetipo del orificio que da vida y da muerte.

Colanzi trabaja una escritura de breves cap¨ªtulos y superposici¨®n de im¨¢genes reveladoras, una cierta sobredosis de lo sensible

Colanzi trabaja una escritura de breves cap¨ªtulos y superposici¨®n de im¨¢genes reveladoras, una cierta sobredosis de lo sensible. Y estos recursos alcanzan sus mayores logros en los relatos m¨¢s extensos, cuando a su intuici¨®n para cambiar de perspectiva de un personaje a otro le suma imprevistos saltos temporales. Colanzi nunca es evidente en su composici¨®n, ni tampoco confusa. Por ejemplo, en ¡®El camino angosto¡¯, donde de nuevo se suman dos posibilidades hist¨®ricas, la de una comunidad religiosa encerrada en su puritanismo arcaico, y, por otro lado, un mundo de tecnolog¨ªa futurista. Pero esta vez en una misma coincidencia temporal. O en ¡®Ustedes brillan en lo oscuro¡¯, relato que parte del accidente radiactivo de la ciudad brasile?a de Goi?nia en 1987: unos chatarreros encontraron una bomba de Cesio para el tratamiento de c¨¢ncer en un hospital abandonado: radiaci¨®n y perspectiva de la narraci¨®n se contagiar¨¢n de un personaje a otro, siguiendo m¨¢s una l¨®gica ¡°literaria¡± que una cronolog¨ªa de los hechos.

Son quiz¨¢ estos relatos los que dan a Ustedes brillan en lo oscuro una rara excelencia, donde mejor se reconoce la exactitud de la prosa de Colanzi, su falta de pomposidad y su capacidad para combinar la ambig¨¹edad propia de la poes¨ªa con la claridad de una revelaci¨®n.

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