¡®Horas muertas¡¯, en un Dubl¨ªn hipn¨®tico

Quienes, como es el caso, se sientan fatigados ante el c¨²mulo de novelas pegadas a una realidad pr¨®xima y reconocible, hasta el punto de dudar si estamos ante una ficci¨®n o una cr¨®nica o un reportaje o unos apuntes personales, agudizado el desinter¨¦s lector por el hecho de que a menudo tales obras carecen de designio ¡ªest¨¦tico, narrativo o estil¨ªstico¡ª, escudadas con frecuencia tras el celebrado y desgastado marbete de ¡°autoficci¨®n¡±, celebrar¨¢n la lectura de Horas muertas: una verdadera fiesta de la imaginaci¨®n y de la literatura aplicada a la realidad.

Es un rasgo que caracteriza la obra de Garriga Vela (Barcelona, 1954), que a tantos nos deslumbr¨® con Muntaner, 38 ¡ªPremio Ja¨¦n 1996¡ª, en la que trazaba una visi¨®n de la Barcelona de los a?os sesenta ajustada a la mirada de un ni?o que con toda naturalidad acoplaba en un mismo plano el mundo exterior objetivo y el interior de la fantas¨ªa y los sue?os. En posteriores obras ¡ªLos que no est¨¢n (2001), Pac¨ªfico (2008) y El cuarto de las estrellas (2014), reconocidas con afamados premios¡ª, el autor ahond¨® en su peculiar modo de entender la novela como relato donde la fantas¨ªa se adue?a de la realidad ¡ªy en ocasiones al rev¨¦s¡ª, donde caben la mezcla de g¨¦neros o moldes narrativos, incluidas la metaficci¨®n y la autoficci¨®n ¡ªmuy bien tramadas, eso s¨ª¡ª, sin descuidar una mirada atenta al fondo ¨ªntimo de los personajes.

Ahora, Garriga Vela ¡ªque form¨® parte de la Orden del Finnegans, integrada entre otros por Enrique Vila-Matas y Jordi Soler, y que cada 16 de junio se reun¨ªan para rendir homenaje a Joyce en el c¨¦lebre Bloomsday¡ª nos traslada a Dubl¨ªn, donde un hombre que recorre sus calles ¡ªel narrador¡ª reconoce de pronto a otro paseante suicidado siete a?os atr¨¢s. Es Krauel, con quien hab¨ªa trabajado como guionista para una productora de series de televisi¨®n especializada en cr¨ªmenes. La sorpresa desata los nudos de la memoria y el relato se encauza inicialmente por el recuerdo de los a?os y labores compartidos, abri¨¦ndose a personajes como Sof¨ªa y Virginia ¡ªmujer y compa?era de uno y otro¡ª, el productor Strachan y su hijo Ulises, el director Stals y el actor Bryan, entre otros. Como la condici¨®n sine qua non de la serie era reflejar lo que a los guionistas les suced¨ªa en su vida real, el narrador aprovecha la ocasi¨®n para vengar a su padre, que muri¨® despu¨¦s de ser despedido por un ejecutivo sin escr¨²pulos. Y as¨ª van alternando ambos planos hasta fundirse progresivamente en un relato hipn¨®tico. Y dado que el narrador, para escribir sus historias, ¡°necesitaba que el argumento arrancara con un detalle biogr¨¢fico aunque fuera ¨ªnfimo, una simple an¨¦cdota personal que me permitiera tirar del hilo de la imaginaci¨®n¡±, ciertas dosis de autoficci¨®n conforman tambi¨¦n la intriga de Horas muertas.

Hay en estas p¨¢ginas mucha errancia porque esta novela de Garriga Vela contiene asimismo un decidido homenaje a James Joyce y su Ulises

Esta l¨ªnea argumental propicia reflexiones muy medidas y pertinentes sobre la escritura o el oficio de escribir. Tambi¨¦n sobre la intervenci¨®n del azar en el transcurso de este y otros viajes. Y desde luego hay en estas p¨¢ginas mucha errancia porque esta novela de Garriga Vela contiene asimismo un decidido homenaje a James Joyce y su Ulises: comparecen en estas p¨¢ginas el escritor irland¨¦s y la inolvidable Molly, entramos en los pubs u otros espacios emblem¨¢ticos de la novela, nos divierte el gui?o hacia alg¨²n pasaje significativo, y reconocemos asimismo la mezcla de atm¨®sfera naturalista y simbolismo on¨ªrico.

No en vano la serie de Krauel y el narrador se titulaba Los encantados.

Horas muertas?

Autor: Jos¨¦ Antonio Garriga Vela.

Editorial: Galaxia Gutenberg, 2021.

Formato: tapa blanda (189 p¨¢ginas. 18 euros) y e-book (11,99 euros).

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