Estos son los discos del mes: lo nuevo de Depeche Mode, Lana del Rey, Yves Tumor y otros ¨¢lbumes de marzo
Los cr¨ªticos musicales de ¡®Babelia¡¯ seleccionan los ¨¢lbumes m¨¢s destacados de las ¨²ltimas semanas
La muerte les sienta tan bien
Por Xavi Sancho
Depeche Mode?
Mute / Columbia
El 28 de mayo de 1996, Dave Gahan, vocalista de Depeche Mode, estuvo muerto durante dos minutos, v¨ªctima de una sobredosis de speedball en un hotel de Los ?ngeles. Cuando despert¨®, le pregunt¨® al doctor si hab¨ªa sufrido otra sobredosis. ¡°No, has estado muerto¡±, le respondi¨® el m¨¦dico. Casi un a?o m¨¢s tarde, Depeche Mode publicaban Ultra, acaso su ¨²ltimo gran ¨¢lbum, la obra que culminaba su exitosa traves¨ªa de los a?os noventa, una d¨¦cada que arrancaba en las ant¨ªpodas de su idiosincrasia, pero que terminaron no solo por domar, sino por dominar. Depeche Mode parecen hoy un grupo mucho m¨¢s joven de lo que realmente son porque, durante aquellos noventa, en vez de perder poco a poco seguidores, como hac¨ªan sus coet¨¢neos, ellos los fueron ganando.
El 26 de mayo de 2022, Andy Fletcher, miembro fundador de Depeche Mode, falleci¨® en su casa de Londres a los 60 a?os. Fletcher era el que deb¨ªa sobrevivir a Martin Gore y Dave Gahan, los dos componentes hoy vivos de la banda, y en cuya tormentosa relaci¨®n el finado siempre medi¨®, hasta el punto de que sus responsabilidades musicales resultaban cada vez m¨¢s difusas. En lo sonoro, tal vez las p¨¦rdidas anteriores de miembros clave como Vince Clarke o Alan Wilder se antojan m¨¢s relevantes en la biograf¨ªa del grupo. Pero, en lo emocional, la desaparici¨®n de Fletcher ha sido devastadora. Diez meses despu¨¦s de su fallecimiento, la banda lanza Memento Mori, su mejor disco desde aquel Ultra que lleg¨® tras la breve, pero se adivina intensa, experiencia de Gahan en el averno.
En el primer sencillo de adelanto del largo, ¡®Ghosts Again¡¯, la melod¨ªa era demasiado buena, las guitarras demasiado pr¨ªstinas. Pero tampoco cab¨ªa confiarse
El primer sencillo de adelanto del largo fue ¡®Ghosts Again¡¯, un maravilloso tema que llegaba acompa?ado de un v¨ªdeo crepuscular con homenaje a Ingmar Bergman incluido. La melod¨ªa era demasiado buena, las guitarras demasiado pr¨ªstinas. Pero tampoco cab¨ªa confiarse: la jugada del gran single como adelanto del mal disco llevaban perfeccion¨¢ndola los de Basildon desde el cambio de siglo. El segundo adelanto, aunque menos inmediato y espectacular, induc¨ªa a empezar a creer en este Memento Mori como algo realmente serio. ¡®My Cosmos Is Mine¡¯, ¨¢spera, chirriante y directamente conectada con el pasado pospunk de la banda, es tan buen tema como mal sencillo.
Este Memento Mori, producido por James Ford (Arctic Monkeys, Simian Mobile Disco) y Marta Salogni (Bj?rk, Frank Ocean), y en el que Richard Butler (Psychedelic Furs) colabora como compositor en cuatro temas, fluct¨²a entre el esp¨ªritu triste pero juguet¨®n del primer sencillo y el rugoso, oscuro e industrial del segundo. Dos formas de ver y tratar de entender la muerte. Por un lado, ese mel¨®dico y ochentero ¡®Wagging Tongue¡¯ ¡ª?primera composici¨®n de Gore y Gahan juntos, Fletcher estar¨ªa orgulloso¡ª, la apabullante ¡®People Are Good¡¯, tan grandiosa que lleva al oyente directamente a aquella hist¨®rica noche de 1988 en Pasadena (California) donde la banda grab¨® su directo 101. Por el otro lado del cuadro, transitan cortes como ¡®Caroline¡¯s Monkey,¡¯ a medio camino entre Nick Cave y Eurythmics, y tal vez la mejor canci¨®n del disco, o ¡®Speak to Me¡¯, que es algo as¨ª como un ¡®A Day in the Life¡¯ reinterpretado para una nueva versi¨®n de Blade Runner rodada en un ascensor. Con ella termina el ¨¢lbum, y tal vez la carrera discogr¨¢fica de Depeche Mode. Hay formas peores de morir.
Un continente por canci¨®n
Por Laura Fern¨¢ndez
Lana del Rey?
Polydor / Universal
A algo sagrado, majestuoso, profundo e inabarcable. A eso suena el ambicioso noveno ¨¢lbum de la cada vez m¨¢s incomparable Lana del Rey. Edifica una obra magna ¡ªmagn¨¢nima¡ª que parte, esta vez m¨¢s que nunca, de su yo mayest¨¢tico, herido aqu¨ª, roto y rehecho a partir de los pedazos, sin tratar de disimular que una vez fueron pedazos, como parece decir en la intimista ¡®Kintsugi¡¯. Desde el estallido soul a cappella del tema que abre el disco, ¡®The Grants¡¯, hasta el cierre con ¡®Taco Truck x VB¡¯ ¡ªuna versi¨®n mugrienta y casi irreconocible de su cl¨¢sico ¡®Venice Bitch¡¯¡ª, el ¨¢lbum no deja de crecer, de derramarse por todas partes, consciente de su condici¨®n incontenible. Porque s¨ª, Lana del Rey parece fundar casi un continente por explorar en cada canci¨®n. Y as¨ª, hay, ya desde su propio t¨ªtulo, cuentos de hadas delicadamente tormentosos (¡®Fingertips¡¯), peque?os universos de elegant¨ªsimo alt folk de intensidad deliciosamente variable (¡®Let the Light In¡¯, con Father John Misty) y valses con aspecto de suntuosos y desmitificadores viajes (¡®Paris, Texas¡¯).
El suelo que la artista pisa es, cada vez, ella misma. Si mira alrededor en alg¨²n momento, contempla aquello que ha sido y sale disparada en una nueva direcci¨®n (ah¨ª est¨¢ ¡®A&W¡¯ y la forma en que enloquece, y se vuelve pop industrial y luego rap metarreferencial). Ajena a lo trendy, Lana del Rey solo construye. Con una generosidad nada corriente en estos tiempos, la cantante ampl¨ªa, no abandonando su hond¨ªsima americana pop, las posibilidades de lo contempor¨¢neo, tan a menudo limitado por aquello que se lleva, en este metaverso de gustos que son como mareas que se mueven, en masa, siempre en la misma direcci¨®n. Y hay reflexi¨®n, futuro inminente y calma en la apasionante ¡®Sweet¡¯, ir¨®nicos manifiestos ¡ªcon risas de fondo¡ª en forma de interludios, pr¨¦stamos ¡ª'Margaret¡¯ o la ¡°canci¨®n sencilla¡± que le escribe a la novia de Jack Antonoff, su productor¡ª, y la sensaci¨®n de que esta vez ha llegado tan lejos que solo ella, en alg¨²n otro momento, podr¨¢ superarse. S¨ª, es su obra maestra, y tambi¨¦n una de las de la d¨¦cada.
Sobre el deseo y la huida
Por Beatriz G. Aranda
Yves Tumor?
Warp / Music as Usual
Im¨¢genes inquietantes adornan las portadas de los discos de Sean Bowie. Pero el m¨²sico conocido como Yves Tumor no venera la oscuridad, sino la imaginaci¨®n desbocada. Creador exuberante, apasionado de las transferencias entre g¨¦neros, Tumor dise?a un ejercicio de guitarras grumosas, artificios vocales y versos sobre el deseo y la huida, donde no hay canciones en el sentido convencional, sino paisajes cercanos al shoegaze y al grunge, subg¨¦neros que tambi¨¦n supieron convertir el ruido en melancol¨ªa y en ira. El artefacto resultante es uno de los discos del a?o, producido por Noah Goldstein, mano derecha del malogrado Kanye West, y Alan Moulder, m¨ªtico colaborador de My Bloody Valentine y The Smashing Pumpkins.
Chispa para las melod¨ªas
Por Carlos Marcos
Ginebras?
Vanana Records
Ginebras es un caso paradigm¨¢tico de grupo por el que suspiran festivales, plataformas digitales y marcas de refrescos y cervezas: gente joven haciendo pop ligero con mensajes despreocupados para toda la familia. Los pap¨¢s solo tendr¨¢n que tapar los o¨ªdos a sus peques cuando el grupo diga ¡°follar¡± o ¡°cojones¡±. Lo dem¨¢s podr¨ªa consistir en una versi¨®n gamberrilla de Parch¨ªs. El nuevo indie. Este es el segundo disco de estas cuatro chicas de aqu¨ª y de all¨¢ que se formaron en Madrid durante la pandemia. Son 11 canciones que encajan en 32 minutos y donde exhiben una indudable chispa para las melod¨ªas. ¡°Estar en bolas en la cocina es mi placer favorito de la vida¡±, cantan en un tema. ?C¨®mo lo van a disfrutar los peque?os de la casa!
Arrobadora quietud
Por Javier Losilla
Arooj Aftab ?
Verve / Universal
El amor y el exilio provocan la misma desaz¨®n, viene a decirnos este disco armado a tr¨ªo por Arooj Aftab, cantante paquistan¨ª residente en Estados Unidos, el pianista Vijay Iyer y el multiinstrumentista Shahzad Ismaily. Es el resultado de una relaci¨®n iniciada en 2018 y desarrollada b¨¢sicamente sobre el escenario. Arooj, que canta en urdu, tiene una voz espl¨¦ndida que se desliza por la versi¨®n m¨¢s contempor¨¢nea de las notas largas de la m¨²sica ghazal, aunque en ocasiones se acerque sutilmente a los melismas del canto devocional (¡®To Remain/To Return¡¯). Con ella, las vibrantes improvisaciones del piano minimalista de Iyer y las atm¨®sferas de bajos saturados y zumbidos del sintetizador moog de Ismaily componen un paisaje sonoro de arrobadora quietud.
Revisionista, no revivalista
Por Yahv¨¦ M. de la Cavada
Christian McBride¡¯s New Jawn?
Mack Avenue / Distrijazz
Si nos remitimos a la confluencia de excelencia instrumental, versatilidad, personalidad y consistencia art¨ªstica, hay pocos jazzistas vivos con la talla de Christian McBride. Su m¨²sica es tan s¨®lida como brillante: sin altibajos, pero siempre evitando lo rutinario. Para ello alterna entre diferentes grupos: su Big Band, su tr¨ªo, su quinteto Inside Straight o este New Jawn, un cuarteto sin piano que en su segundo ¨¢lbum se revela como una banda colosal. El mayor m¨¦rito de Prime es que bebe de todo tipo de tradiciones, desde la ortodoxia bop hasta lo modal, el calipso, el funk o la vanguardia ¡ªese East Broadway Rundown de Sonny Rollins¡ª, para entregar algo muy compacto. Revisionista, que no revivalista, pero modelado a partir de la carism¨¢tica visi¨®n de McBride.
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