¡®El baile de los p¨¢jaros¡¯, el fervor de lo vivo

Los poemas que Basilio S¨¢nchez (C¨¢ceres, 1958) ha escrito en 40 a?os y una docena de libros dibujan el diagrama de flujo de una escritura capaz de presentar procesos complejos con sencillez, las variaciones, armon¨ªas y simetr¨ªas de una suma po¨¦tica de creciente limpidez que, en este ¨²ltimo libro, definen bien el temple de su voz: ¡°Pertenezco al linaje de los t¨ªmidos, / al de los pusil¨¢nimes, / al de los constructores silenciosos. / Percibo lo completo en lo menudo, el universo / bajo la filigran...

Los poemas que Basilio S¨¢nchez (C¨¢ceres, 1958) ha escrito en 40 a?os y una docena de libros dibujan el diagrama de flujo de una escritura capaz de presentar procesos complejos con sencillez, las variaciones, armon¨ªas y simetr¨ªas de una suma po¨¦tica de creciente limpidez que, en este ¨²ltimo libro, definen bien el temple de su voz: ¡°Pertenezco al linaje de los t¨ªmidos, / al de los pusil¨¢nimes, / al de los constructores silenciosos. / Percibo lo completo en lo menudo, el universo / bajo la filigrana de una hoja¡±. Una po¨¦tica sutil capaz de encontrar un lugar para la restituci¨®n, para captar las cosas y pronunciarlas en un mundo incierto y ¨¢spero consecuencia de una pandemia que aqu¨ª est¨¢, pero fuera de foco, nunca evidente pues, aunque ¡°todo sigue su curso, todo vive su ruina inabarcable¡±.

Definitivamente de parte del sosegado ¡°fervor de lo vivo¡±, como ya se?alaba en He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes (Premio Internacional Fundaci¨®n Loewe 2018), es esa ¡°humildad de los p¨¢jaros¡± y ese ¡°flujo secreto de la vida / que nos invita a la modestia¡± lo que ahora alcanzan verdad existencial: el recogimiento, la concisi¨®n afor¨ªstica, su ritmo detenido, la figuraci¨®n reflexiva sobre el espacio y el tiempo de los poemas y el hecho mismo de escribirlos, dan entidad renovada a ese ¡°pensamiento humilde de las cosas¡± que lima distancias, conforta y apacigua, alienta y mitiga frente a la ¡°suma infinita / de presencias y ausencias que habitamos¡±.

Junto a la casa, los ¨¢rboles, el bosque, a la noche y la dominante revelaci¨®n de la naturaleza, toman presencia dentro del ¡°espacio / secreto de los signos¡± de la escritura, la suspensi¨®n de la muerte, la blancura de la nieve (su fina randa de palabras) o el cuidado jard¨ªn (donde el m¨¦dico intensivista encuentra refugio y raz¨®n de vida) como ecos que se a?aden a ese otro jard¨ªn de papel que cultiva el libro. Poemas que surgen del interior de lo cotidiano y lo peque?o, de la inmediatez de lo familiar y dom¨¦stico, que son una ¡°apuesta /moral¡±, ¡°un rel¨¢mpago¡±, semillas robadas a los p¨¢jaros que, como este libro, el lector habr¨¢ de saber merecer.

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