¡®El cuarto de los sombreros¡¯, de Gustavo Mart¨ªn Garzo: secretos del coraz¨®n

En El cuarto de los sombreros, Gustavo Mart¨ªn Garzo re¨²ne dos nouvelles distintas entre s¨ª, tanto en lo formal como en lo argumental, pero que tratan ambas de las relaciones y transformaciones que se establecen entre vida y escritura ¡ªo si se prefiere, realidad y ficci¨®n¡ª, a partir de la mentira, el enga?o o la manipulaci¨®n deliberada. El modo de proceder es tambi¨¦n distinto, pues hay ¡°dos tipos de mentirosos: el que se disfraza para amordazar la verdad, y el que lo hace para seguirla po...

En El cuarto de los sombreros, Gustavo Mart¨ªn Garzo re¨²ne dos nouvelles distintas entre s¨ª, tanto en lo formal como en lo argumental, pero que tratan ambas de las relaciones y transformaciones que se establecen entre vida y escritura ¡ªo si se prefiere, realidad y ficci¨®n¡ª, a partir de la mentira, el enga?o o la manipulaci¨®n deliberada. El modo de proceder es tambi¨¦n distinto, pues hay ¡°dos tipos de mentirosos: el que se disfraza para amordazar la verdad, y el que lo hace para seguirla por donde ¨¦sta quiera llevarle¡±, seg¨²n lo entiende el autor en un breve art¨ªculo sobre El Quijote.

En la primera de ellas, El cuarto de los sombreros, Carmi?a, tras asistir a la presentaci¨®n de La linda pelirroja ¡ªnovela p¨®stuma de Paulina Quiroga, con quien ella hab¨ªa mantenido una larga relaci¨®n de trabajo y amistad que deriv¨® en admiraci¨®n amorosa y dependencia mutua¡ª, decide escribirle una larga carta a la profesora que se ocup¨® de dicho acto, para esclarecerle la verdad de las mentiras, dado el secretismo y la ocultaci¨®n que rodearon los ¨²ltimos a?os de la vida de la escritora, y dado el trasfondo biogr¨¢fico de la novela. Van alternando as¨ª dos sendas narrativas, repletas cada una de ellas de m¨²ltiples historias enlazadas, que ensanchan y ahondan el sentido del relato.

En la m¨¢s cr¨ªtica y anal¨ªtica de ellas, Carmi?a revisa la novela de su amiga en lo que ata?e a la recreaci¨®n fiel de lo real o, por el contrario, en su desv¨ªo hacia la fabulaci¨®n, e incluso en los silencios y omisiones. En la otra, m¨¢s ¨ªntima y confesional, la narradora expresa emociones, sentimientos y reflexiones de corte existencial, al par que evoca pasajes de su vida que no est¨¢n en la novela o complementa el perfil de Paulina Quiroga, pues cree que ¡°no son las cosas que perdemos las que deber¨ªan preocuparnos, sino las que regresan a nosotros. El mundo de las preguntas y las apariciones¡±. Indirectamente, y evitando el socorrido y previsible modo en que se articula la metaficci¨®n en una novela, Mart¨ªn Garzo nos ofrece as¨ª una po¨¦tica del relato repleta de sugerencias.

En La mentirosa, es Bernadette Soubirous quien, 10 o 12 a?os despu¨¦s de haber presenciado las apariciones de la Virgen en la gruta de Massabielle (Lourdes), nos habla no tanto del suceso milagroso, sino de lo que padeci¨® a ra¨ªz de revelarlo. Articulado como un soliloquio, en este depurado y l¨ªrico relato, encontramos el hondo y verdadero sentir de una ni?a sometida a interrogatorios y castigos, que con el paso del tiempo descubre las mentiras urdidas para hacer de aquel maravilloso suceso, casi privado, un suculento negocio, con la gruta convertida en un escenario artificioso y la fabricaci¨®n de mercader¨ªas varias. La incredulidad corre en paralelo al asombro, y de ah¨ª la urgencia de Bernadette en revivir el pasado: para no sucumbir a la irrealidad. Y porque ¡°no hay nada m¨¢s callado que el coraz¨®n¡±.

Vuelve as¨ª a entregarnos Gustavo Mart¨ªn Garzo dos novelas que renuevan su anhelo y empe?o en explorar el misterio de lo femenino, sea a partir de mujeres reales o de figuras imaginadas, enriqueciendo a sus lectores.