¡®Vallesordo¡¯, peripecias rurales de un futuro bailar¨ªn
El debut literario de Jonathan Arribas, que elige como narrador a un ni?o de doce a?os, evita caminos triviales y anuncia a un escritor al que apetece seguir leyendo
No es un reto sencillo el que se ha planteado Jonathan Arribas en Vallesordo al elegir, para su ¨®pera prima, un narrador infantil de solo 12 a?os. Un reto que podr¨ªa ser un ejercicio de perspectivismo propio de las escuelas de escritura creativa y que requiere una notable habilidad t¨¦cnica para que el narrador d¨¦ a entender al lector lo que ¨¦l es incapaz de interpretar, adem¨¢s de una aguda sensibilidad para fraguar la mente d¨²ctil y vulnerable de un ni?o. Recuerdo logros felices como el Quico de El pr¨ªncipe destronado, de Delibes, o el cuento Los aposentos del aire, de la ...
No es un reto sencillo el que se ha planteado Jonathan Arribas en Vallesordo al elegir, para su ¨®pera prima, un narrador infantil de solo 12 a?os. Un reto que podr¨ªa ser un ejercicio de perspectivismo propio de las escuelas de escritura creativa y que requiere una notable habilidad t¨¦cnica para que el narrador d¨¦ a entender al lector lo que ¨¦l es incapaz de interpretar, adem¨¢s de una aguda sensibilidad para fraguar la mente d¨²ctil y vulnerable de un ni?o. Recuerdo logros felices como el Quico de El pr¨ªncipe destronado, de Delibes, o el cuento Los aposentos del aire, de la mexicana Socorro Venegas (en La memoria donde ard¨ªa, 2019), pero incluso en esos y otros casos de resultado plausible existe el riesgo de que el artificio evidente estropee la eficiencia literaria del relato. Hacer que la voz infantil cobre verosimilitud (o cuando menos sea aceptable por el lector) se convierte en condici¨®n necesaria de esa eficiencia.
El narrador de Vallesordo es Nico, que a sus 12 a?os relata lo que le sucedi¨® dos a?os atr¨¢s, instado por su profesora de Lengua, que ha pedido un ejercicio sobre ¡°el verano m¨¢s importante de vuestras vidas¡± (ya es pedir a esa edad). Antes de poner por escrito que fue aquel verano de sus 10 a?os, para entrenarse ¡ªseg¨²n le ha aconsejado la docente¡ª, cuenta de viva voz sus recuerdos. Es este discurso oral el que constituye la novela de Arribas, como una imitaci¨®n del habla infantil ¡ªlo que los formalistas rusos llamaron skaz¡ª y del modo en que ese narrador inocente observa y procesa el mundo que lo rodea, proyectando en ¨¦l unos determinados orden y l¨®gica interna. A pesar de la dificultad t¨¦cnica, hay que decir que el resultado no es desafortunado y en muchos momentos se logra comunicar el universo emocional y la aprehensi¨®n de la realidad de Nico. Sin embargo, el t¨² al que se dirige Nico ¡ªel oyente misterioso con el que ensaya su relato¡ª, que podr¨ªa haber ofrecido muchas posibilidades, me temo que es una funci¨®n desaprovechada y cuando al fin se entrev¨¦ su identidad resulta algo decepcionante, por mucho que sirva ¡ªsi se quiere¡ª como un subrayado de la soledad del muchacho.
Para la escenograf¨ªa, Arribas recurre a la ambientaci¨®n campestre de la reciente narrativa neorrural: el padre agricultor, la granja familiar, la abuela protectora, la t¨ªa curandera (t¨ªa Justi), las gallinas y los perros campando a sus anchas¡ Nico es un ni?o de pueblo y el contorno de sus vivencias es Vallesordo (lo que explica el t¨ªtulo), pero ello no tendr¨ªa por qu¨¦ determinar literariamente la previsibilidad de muchas escenas o el perfil estereotipado de sus progenitores, ¨¦l un hombre tosco y ella una mujer deprimida. Los amigos de Nico, Izan y Telma, comparten con ¨¦l la fascinaci¨®n por el baile que alimentan en un programa televisivo presentado por Paula V¨¢zquez. Ah¨ª nace el sue?o de presentarse al casting de Fama Kids, pero eso no requer¨ªa describir prolijamente lo que los cr¨ªos ven en la tele. De hecho, hay algunos elementos del relato de Nico que no desempe?an una funci¨®n clara en el conjunto, salvo la de dejar constancia de una existencia apegada a una naturaleza primaria que va de la funci¨®n excretora a la impiedad con los animales. Tampoco se aprovecha narrativamente que Nico, tras un juego agitado (a polis y cacos), sufra un episodio de ahogo y se le diagnostique asma, lo que podr¨ªa ser un obst¨¢culo para la consecuci¨®n de su sue?o de ser bailar¨ªn.
Aunque no estemos ante una novela plenamente lograda, s¨ª estamos ante un empe?o literario que evita caminos triviales y consabidos y que, por tanto, anuncia a un escritor al que apetece seguir leyendo.
Vallesordo
Libros del Asteroide, 2025
210 p¨¢ginas, 18,95 euros