Males y remedios
"Fer pa¨ªs¡¯, que antes era un ejercicio intelectual, es ahora una necesidad inaplazable"
Imbuido de mi optimismo casi patol¨®gico, poco antes del verano hall¨¦ en el libro de St¨¦phane Hessel Indignez-vous un modo de agitar la conciencia de los valencianos. La gran acogida que tuvo esa obra, escrita con un lenguaje directo, sin tecnicismos, me hizo creer que era posible que prendiese tambi¨¦n aqu¨ª la llama de la indignaci¨®n ante los abusos, la corrupci¨®n o, simplemente, la estupidez. Escrib¨ª entonces un art¨ªculo en estas p¨¢ginas convencido de que era posible que nuestro pueblo despertase de su mal sue?o, de que los males de los valencianos ten¨ªan remedio.
Como los hechos demuestran, con cotidiana tozudez, el remedio no es tan sencillo, ni esperable ninguna reacci¨®n inmediata. Me equivoqu¨¦ dej¨¢ndome llevar por el voluntarismo o las falsas ilusiones. Los males son m¨¢s profundos y los remedios que precisan ni son simples, ni tienen efecto a corto plazo. Un cierto ¡°encefalograma plano del alma colectiva¡± es el s¨ªntoma m¨¢s perceptible.
Quiz¨¢ el problema principal de los valencianos sea que una mera coexistencia ha sustituido a la convivencia de ciudadanos con un sentido de pertenencia a un pueblo con historia y proyecto de futuro. La aton¨ªa, la indiferencia, el sentimiento de ¡°a m¨ª no me afecta¡± son las consecuencias de esa ausencia de actitud colectiva. La b¨²squeda del enriquecimiento por el camino m¨¢s f¨¢cil, la exclusiva aspiraci¨®n al ¨¦xito individual han sido valores emergentes, frente a los que no hay una voz que diga basta a semejante irresponsabilidad social. Una yuxtaposici¨®n de intereses privados, individuales o de colectivos sociales, culturales o ling¨¹¨ªsticos divergentes, se impone y anula cualquier otro tipo de expectativa en com¨²n. Parece que ser valencianos solo ha de consistir en soportarse mutuamente y compartir la suerte de vivir en una tierra maravillosa. Unos contra otros, prolongando lo peor de nuestra historia pasada y olvidando tanto como de bueno tuvo. Ese podr¨ªa ser el diagn¨®stico de los males, pero, ?qu¨¦ remedios existen?
Vivre ensemble. Esta afirmaci¨®n sintetiza la voluntad colectiva del pueblo franc¨¦s, el valor principal que sustenta la Rep¨²blica Francesa. ?Cu¨¢les ser¨ªan las razones que tendr¨ªan los valencianos para coincidir con ellos? En un art¨ªculo reciente de Daniel Antony se destaca que la ciudadan¨ªa es m¨¢s que la reivindicaci¨®n de unos derechos y que la convivencia est¨¢ fundada en valores de alcance universal, en la superioridad del inter¨¦s general sobre los intereses particulares y la garant¨ªa de los derechos sociales. Ya en 1875, V¨ªctor Hugo dec¨ªa que ¡°la libert¨¨, c¡¯est le droit; l¡¯¨¦galit¨¦, c¡¯est le fait; la fraternit¨¦, c¡¯est le devoir¡±. Si el lector, benevolente, acepta el diagn¨®stico previo, convendr¨¢ con facilidad en que este puede ser un remedio eficaz.
?Nos diferencia como pueblo alg¨²n atavismo insalvable? Fer pa¨ªs, como dec¨ªamos de manera machacona, antes era un ejercicio intelectual, ahora es una necesidad inaplazable. La superioridad del inter¨¦s general sobre los intereses particulares y la preservaci¨®n de los derechos sociales de todos los ciudadanos pueden sintetizar el paso de la coexistencia a la convivencia como modo de entender el futuro de nuestro pueblo.
Pero no se trata solo de la tradici¨®n republicana francesa. Dolf Stenberg en 1979 enunci¨® el principio del patriotismo constitucional en Alemania, que posteriormente J¨¹rgen Habermas lo sistematiz¨® e interpret¨® como una mayor participaci¨®n ciudadana y una identificaci¨®n de los individuos con los contenidos universales recogidos en las constituciones. Es el patriotismo de la ciudadan¨ªa activa, que tan bien se adapta a los sentimientos europe¨ªstas. El patriotismo de los europeos, que se fundamenta en el humanismo y la racionalidad.
La concepci¨®n participativa de la ciudadan¨ªa, entendida como el pleno ejercicio de los valores democr¨¢ticos y los derechos humanos puede convertirse en otro modo de combate eficaz de la degradaci¨®n de los h¨¢bitos de convivencia que padecemos. ?sta se contrapone al nacionalismo de v¨ªa estrecha, y al regionalismo cultural, tan propio del folclore valenciano, que solo es una versi¨®n ramplona o poco cultivada del chovinismo franc¨¦s. ¡°De esp¨ªritu burl¨®n y alma quieta¡±, que dec¨ªa Antonio Machado.
Otro punto sobre el que apoyar el proyecto com¨²n de los valencianos es lo que denominaba Javier Tusell en el a?o 2011 el ¡°patriotismo de la pluralidad¡±. No puede ser de otra forma, para un pa¨ªs con nuestra ubicaci¨®n geogr¨¢fica y nuestra historia. La visi¨®n de Europa desde un pueblo mediterr¨¢neo como el nuestro no puede ser m¨¢s que plural y abierta; de acogida, en suma.
?Se dan las circunstancias en el Pa¨ªs Valenciano para que se puedan asimilar los valores anteriores en un proyecto colectivo? Si esto fuese as¨ª, no cabe duda que representar¨ªa un punto de partida para recuperar el optimismo y el orgullo tan pisoteado en nuestros d¨ªas. Ya no sirve aquello del dicho popular del pensat i fet, ni el vitalismo que se queda en lo superficial, del corto plazo o del ambiente festivo, para afrontar una situaci¨®n como la actual. En un extraordinario art¨ªculo titulado Tierra de saqueo, Josep Torrent describ¨ªa d¨ªas atr¨¢s en este peri¨®dico con clarividencia la realidad actual de los valencianos, c¨®mo de bajo ha ca¨ªdo su reputaci¨®n colectiva y esquilmado su riqueza. Con la firmeza y con la convicci¨®n que dan los valores, ha llegado el momento de decir: basta.
Para salir adelante, para superar las adversidades actuales y sustituir la aton¨ªa por el pulso firme, la coexistencia por la convivencia y los intereses exclusivamente privados por el proyecto colectivo, es necesario que los pol¨ªticos valencianos tengan altura de miras. Que asuman sus responsabilidades, que su comportamiento venga guiado por la racionalidad, la honradez y la inteligencia, y que den un car¨¢cter pedag¨®gico a su acci¨®n de gobierno.
Francisco Michavila es catedr¨¢tico de Matem¨¢tica Aplicada y director de la C¨¢tedra Unesco de Gesti¨®n y Pol¨ªtica Universitaria de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid.
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