Un Macbeth mental

Un Macbeth deliberadamente est¨¢tico y ¨¢tono, sin el ruido y la furia de la famosa cita de su protagonista, contado desde una l¨®gica interna tremendamente austera. Y la austeridad no es esc¨¦nica, sino conceptual. Esta es la apuesta de ?lex Rigola. Su versi¨®n libre es un ejercicio intencionado de sustracci¨®n que le lleva a dar por hecho y por conocido el argumento de la obra; un minucioso trabajo de depuraci¨®n del texto, de las acciones, de los sentimientos y las emociones; un mon¨®logo interior de casi dos horas que se reparten seis ¨²nicos int¨¦rpretes. Todo un desaf¨ªo para los m¨¢s versados en la materia y, desde luego, no apto para principiantes (ni para el p¨²blico familiar, como anuncia por error, imagino, un cartel del festival).

La primera parte del espect¨¢culo, que compendia los cuatro primeros actos, se desarrolla en un impresionante bosque de abetos entre los que aparecen una butaca y un sof¨¢. El castillo de los Macbeth es como la caseta de madera de uno de los tres cerditos y el conjunto nos remite a Twin Peaks. Las tres brujas (M¨ªriam Iscla, Llu¨ªs Marco, Marc Rodr¨ªguez) llevan caretas de Mickey Mouse. Aqu¨ª los int¨¦rpretes dicen el texto sin declamar y doblan personajes sin moverse. De hecho, ninguno de ellos se desplaza hasta que el rey Duncan (Llu¨ªs Marco) y los suyos llegan al castillo de los protagonistas y anfitriones. Lady Macbeth (Al¨ªcia P¨¦rez) reza su mon¨®logo a ritmo de rosario y anticipa el asesinato del rey de Escocia chillando en voz baja, si esto no es un ox¨ªmoron. Hay pausas y acelerones, todo premeditado y siempre atonal, que dota a esta primera hora larga de un forzado ritmo discordante. Hay varios referentes actuales (los Celtic de Glasgow), m¨¢s gui?os (El se?or de los anillos) y alguna broma que, sin embargo, en semejante partitura no acaban de cuajar. La segunda parte, de apenas 20 minutos, tiene lugar en un espacio indeterminado plastificado en blanco en el que destaca una enorme mancha de sangre, y que nos remite a otra serie y a otro asesino, Dexter. ?Estamos en la mente torturada del protagonista (Joan Carreras)? Ahora la intenci¨®n es otra y aqu¨ª Lady Macbeth da rienda suelta a su locura, y ¨¦l a sus propias contradicciones. A pesar de la desesperaci¨®n de ella y de la impotencia de ¨¦l, el hecho de que al menos haya acci¨®n en este nuevo contexto supone un alivio, pero sigue pesando el planteamiento anterior, con lo que la recepci¨®n a la salida ¡ªentre discursos institucionales, copas, canap¨¦s y un mont¨®n de caras conocidas¡ª fue un poco de desconcierto un¨¢nime.

Y es que con este estreno se inauguraba la 21 edici¨®n del Festival Temporada Alta de Girona y la nueva sede de El Canal-Centre d¡¯Arts Esc¨¨niques de Salt/Girona en la antigua f¨¢brica textil Coma Cros. Su sala de exhibici¨®n, que recuerda a la del Mercat de les Flors, est¨¢ pensada para acoger todo tipo de montajes y cuenta con una grader¨ªa retr¨¢ctil para unos 300 espectadores.