El ¨®bolo de B¨¢rcenas

El sindicato del poder teje su discurso protector y lo extiende sobre sus afiliados, m¨¢s all¨¢ de contingencias ideol¨®gicas, para protegerlos del aguij¨®n de la justicia. En 2012, por ejemplo, el Gobierno central indult¨® en cuatro meses a 11 condenados por corrupci¨®n, todos ellos con penas de prisi¨®n: cuatro eran del Partido Popular y otros dos de CiU.

No se repara pues en sectarismos cuando de lo que se trata es de tener amplitud de miras. En las escasas semanas que llevamos de a?o, todo apunta a que en 2013 tampoco va a faltar generosidad. El subsecretario de Justicia, Juan Bravo, ha hallado tales ¡°inequ¨ªvocos signos de arrepentimiento¡± que ha logrado que el Gobierno conceda el indulto a Ram¨®n Jorge R¨ªos Salgado, quien tras conducir cinco kil¨®metros en sentido contrario por la AP-7 choc¨® frontalmente contra el veh¨ªculo de Alfredo Dolz, que result¨® muerto. El indultado ha sido defendido por un bufete en el que trabaja un hijo del ministro de Justicia, Ruiz-Gallard¨®n. El letrado del condenado es hermano del diputado del PP Ignacio Astarloa. La decisi¨®n se adopt¨® en contra de la opini¨®n de jueces, fiscales y familiares de la v¨ªctima. Trece a?os de prisi¨®n han quedado reducidos a 10 meses.

Se avecinan tiempos convulsos en los que los tribunales de justicia amenazan con tomar resoluciones que precisar¨¢n del paliativo del indulto. En apenas tres semanas, el PP se ha hecho con el liderazgo del ranking de la corrupci¨®n, despu¨¦s de que afloraran un total de 22 millones depositados en la neutral Suiza. Durante a?os, el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas ha pagado \[supuestamente\] sobresueldos en negro a la c¨²pula del partido. Ese donativo ten¨ªa \[presuntamente\] como objetivo aliviar la p¨¦rdida de poder adquisitivo respecto al sector privado que \[supuestamente\] sufre la c¨²pula del PP, dedicada en cuerpo y alma a servir a la colectividad. ?Qu¨¦ mejor t¨¦rmino que el de ¨®bolo para esa partida solidaria? El PP va tras la estela del ¨®bolo de san Pedro, con el que los fieles cat¨®licos muestran anualmente su comuni¨®n econ¨®mica con el Papa y con los hermanos necesitados. La generosidad de B¨¢rcenas no utiliz¨® siquiera el nombre de Espa?a en vano. Fue una firma paname?a la que instrument¨® \[presuntamente\] la regularizaci¨®n de los millones de euros gracias a la amnist¨ªa fiscal del ministro Crist¨®bal Montoro. El dinero de Suiza proced¨ªa [supuestamente] de constructoras y donaciones. Una melod¨ªa que en Catalu?a nos es familiar por el caso de [presunta] financiaci¨®n de Converg¨¨ncia Democr¨¤tica a trav¨¦s del Palau de la M¨²sica y con cargo [supuestamente] a constructoras, que le mantienen judicialmente embargada la sede a CDC por valor de tres millones de euros. De menor cuant¨ªa (unos centenares de miles de euros), pero sin presuntos ni supuestos y especialmente interesante es el caso Pallerols. Han tenido que pasar 14 a?os de investigaci¨®n judicial y un pacto con la fiscal¨ªa para que los corruptos de Uni¨® Democr¨¤tica no pisen la c¨¢rcel, pero por primera vez un partido ha devuelto el dinero sustra¨ªdo de la formaci¨®n de parados y ha admitido haberse financiado ilegalmente, una figura que no se encuentra en el C¨®digo Penal. Y eso que oportunidades no han faltado, pues desde 1995 el texto ha sufrido una docena de modificaciones en las c¨¢maras legislativas. El sindicato del poder siempre act¨²a en defensa de sus afiliados, y qu¨¦ mejor que el generoso ¨®bolo para mantener engrasada la maquinaria del partido.

El pasado fin de semana, una encuesta publicada por este diario situaba en el 92% el porcentaje de ciudadanos convencidos de que la justicia impide depurar responsabilidades en casos de corrupci¨®n. Un 95% opinaba que los partidos protegen y amparan a los acusados por ese mismo motivo. La pr¨¢ctica muestra que all¨ª donde la justicia ara?a al poder, el indulto resta?a la herida. Motivos de sospecha hay y m¨¢s que sobrados. Y es que Europa debe apretar en lo que a pol¨ªticas de austeridad se refiere, pero Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs de la UE con m¨¢s de un mill¨®n de habitantes que se resiste a tener una ley de transparencia. Y que nadie se llame a enga?o sobre (presuntas) superioridades morales: Catalu?a tampoco puede contar con esa ley que permite un mayor control social.