La RFG inaugura la temporada con un concierto dedicado a la ¨®pera

La Real Filharmon¨ªa de Galicia ha celebrado el concierto inaugural de su temporada de abono con una gala l¨ªrica organizada en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n de Amigos da ?pera de Santiago de Compostela. Dirigida por Oliver D¨ªaz, acompa?¨® a la soprano Mariola Cantarero y al bar¨ªtono Sim¨®n Orfila en un programa dedicado al belcanto que repas¨® piezas de tres de los compositores m¨¢s representativos del g¨¦nero, presentes en el disco que cantantes, director y orquesta han venido grabando los ¨²ltimos d¨ªas.

La habitual obertura de inicio fue en esta ocasi¨®n la de Don Giovanni de Mozart. Alguna imprecisi¨®n inicial en las entradas dej¨® paso a una buena expresi¨®n y al adecuado color mozartiano que suele proporcionar la RFG, como hizo tambi¨¦n en las dos arias y un d¨²o de la misma ¨®pera que siguieron. La primera fue Crudele, ah no, miobene / Non di mir, aria de Donna Elvira, a cargo de Mariola Cantarero, que evidenci¨® sus cualidades y alguna carencia

En su haber, su bello timbre de voz, su capacidad de hacerla llegar al ¨²ltimo rinc¨®n de la sala, favorecida por la excelente ac¨²stica del Auditorio de Galicia y su buena expresividad y presencia esc¨¦nica. En el debe, un vibrato algo molesto, extra?o en una voz tan joven como la suya, y unos apoyos de voz bastante irregulares que lastran notablemente las caracter¨ªsticas y necesarias agilidades belcantistas, en las que Cantarero parece tener una voz de m¨¢s peso del necesario para el repertorio.

Sim¨®n Orfila atac¨® el aria de Leporello, Madamina! Il catalogo ¨¨ questo, con una gran ligereza de tempo. Los problemas vocales que le obligaron a aplazar este concierto del jueves 19 a este lunes 23, unidos a una cierta frialdad inicial de la voz, pudieron causar una insuficiente proyecci¨®n que corrigi¨® ampliamente a lo largo de la noche. En el d¨²o L¨¤, ci darem la mano, sin embargo, ambos cantantes manifestaron una cierta irregularidad de apoyo vocal y algunos desajustes en entradas.

El resto del programa sigui¨® la misma l¨ªnea, con una expresi¨®n vocal y esc¨¦nica de ambos cantantes en continuo crecimiento y los mismos problemas de ajuste, en los que Oliver D¨ªaz se mostr¨® como un poco avezado concertador. El dramatismo de la Semiramide, rossiniana y de las ¨®peras de Donizetti Lucrezia Borgia y Anna Bolena tuvieron su traducci¨®n sonora y visual en la interpretaci¨®n de la soprano granadina y el bar¨ªtono menorqu¨ªn. Estos correspondieron a la c¨¢lida ovaci¨®n final del p¨²blico con una acertada versi¨®n del d¨²o de Adina y Dulcamara en L¡¯elisir d¡¯amore, de este ¨²ltimo autor.