Una ¡®estrella Michel¨ªn¡¯ amenazada por la piqueta
Una sentencia aboca al cierrre temporal al laureado restaurante Culler de Pau de O Grove
¡°Es el mundo al rev¨¦s¡±, lamenta el cocinero Javier Olleros, propietario del laureado restaurante Culler de Pau de O Grove, en alusi¨®n a la sentencia del Tribunal Superior de Galicia que ha obligado al empresario a derribar una parte del ¨¢tico del edificio destinado a vivienda en cuyo bajo abri¨®, hace cinco a?os, su ya c¨¦lebre negocio de hosteler¨ªa. El contenido del fallo ha sido una noticia inesperada para el chef, despu¨¦s de ganar el pleito en primera instancia contra el empresario de la localidad que lo denunci¨®. Pero lo m¨¢s sorprendente ha sido la decisi¨®n del ayuntamiento de precintar el restaurante el 31 de diciembre. Un cierre irrevocable para el gobierno local, que da cumplimiento a la sentencia, pero arbitrario para Javier Olleros que entiende que la resoluci¨®n judicial no habla de cierres ni de precintos si no de reposici¨®n de la legalidad con un proyecto nuevo que no afecta al local p¨²blico.
Situado frente al mar, en la franja costera menos masificada de la pen¨ªnsula de San Vicente, el restaurante Culler de Pau, fue galardonado con una estrella Michel¨ªn dos a?os despu¨¦s de abrir sus puertas. Los m¨¦ritos culinarios de Olleros, que mezcla una cocina de vanguardia con los ingredientes tradicionales de su entorno, le han colocado de nuevo, este a?o, en la selecta gu¨ªa.
Aunque el empresario reconoce que por parte del ayuntamiento ¡°hay buena voluntad¡± de agilizar los tr¨¢mites urban¨ªsticos para levantar cuanto antes el precinto, cree que la medida de cerrar el restaurante ha sido ¡°desproporcionada¡±. Olleros conf¨ªa que antes de tres meses pueda funcionar de nuevo. ¡°Espero estar cocinando en marzo porque esta denuncia es un chanchullo con fines de venganza pol¨ªtica que nada tiene que ver conmigo ni con mi negocio de restauraci¨®n y lo m¨¢s grave es que hay diez familias que tambi¨¦n se han quedado ahora en la calle¡±, se?ala el cocinero.
La ilegalidad urban¨ªstica del edificio se remonta a los a?os ochenta, mucho antes de que Olleros lo comprara. El tiempo fue pasando hasta que un constructor de la localidad, ?scar Mini?o, comenz¨® su guerra particular contra el anterior gobierno presidido por el socialista Jos¨¦ Antonio Cacabelos, al que tambi¨¦n denunci¨® por la gesti¨®n del edificio administrativo del pueblo. De aquel gobierno form¨® parte el hermano del restaurador, Jorge Olleros, exconcejal de Turismo.
¡°Lo m¨ªo no es la pol¨ªtica, lo m¨ªo es cocinar pero he sido v¨ªctima de esta persona que se dedic¨® a disparar contra todo lo que se mov¨ªa en el ayuntamiento¡±, comenta Olleros. ¡°El resultado es esperp¨¦ntico, una pesadilla para m¨ª que estoy deseando que termine cuando antes¡±, comenta.
Aunque abatido por el desenlace de la sentencia, Javier Olleros afirma que en medio de este trance ha tenido una recompensa impagable: El multitudinario apoyo de los vecinos, los que est¨¢n cerca o lejos; clientes y ciudadanos que no conoce pero que le han acompa?ado estos d¨ªas. ¡°Es impresionante sentir el aprecio de la gente que por encima de otras cuestiones, valora lo que haces y c¨®mo lo haces, desde luego se han desbordado conmigo y estos gestos me conmueven¡±, apunta el empresario. Este movimiento vecinal ha organizado una concentraci¨®n de apoyo a Javier Olleros el 10 de enero. ¡°Los ciudadanos de este pueblo son unos luchadores pero est¨¢n cansados de las batallas pol¨ªticas, de la gente que est¨¢ empe?ada en no construir si no en destruir¡±, a?ade el chef.
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