El drag¨®n y la perla en llamas
El gran resplandor de la China de los Ming se despliega en Caixaforum


Un recorrido lleno de belleza, misterio, exotismo e historia por un imperio dorado. Dragones que persiguen la perla en llamas de la perfecci¨®n y la sabidur¨ªa, el mart¨ªn pescador que esp¨ªa sobre los juncos los amores de los patos mandarines, pavos reales entre peonias, un gran plato ritual que muestra el azul ji quing, el maravilloso azul sombr¨ªo, el del aspecto del cielo cuando cesa la lluvia; objetos tan delicados como una min¨²scula cigarra de oro que descansa sobre una hoja de jade, la cer¨¢mica inconfundible blanca y azul decorada con los motivos qui han san you, ¡°los tres amigos de la estaci¨®n fr¨ªa¡±: pinos, bamb¨²s y flores de ciruelo¡ Adentrarse en la exposici¨®n Ming, el imperio dorado, que se despliega en Caixaforum hasta el 2 de octubre, con 126 piezas excepcionales de esa dinast¨ªa china procedentes del Museo de Nank¨ªn, es asomarse a un mundo de un refinamiento asombroso que emana poes¨ªa por todos sus poros.
En el recorrido conoceremos al Van Gogh de los Ming, que tambi¨¦n enloqueci¨®, y a la Mona Lisa china, nada menos, pintada por el maestro Tang Yin. Pero la exposici¨®n es al mismo tiempo una lecci¨®n de historia en la que laten rebeliones, muertes de emperadores, procesos econ¨®micos, cambios sociales, exploraciones y en suma una brillante s¨ªntesis de uno de los per¨ªodos m¨¢s interesantes del pasado de China. Si bien todas las dinast¨ªas chinas resuenan en nuestros o¨ªdos con la magia de viejas monedas de bronce en jarrones de porcelana ¨Clos Han, los luminosos Tang, los Sung-, los Ming, sedientos de plata, parecen compendiar en el imaginario popular todo lo m¨¢s definitoriamente chino imperial.

Llegados al poder en 1368 tras la ca¨ªda de la dinast¨ªa mongola ¨Clos Yuan de Kublai Kan y Marco Polo-, los Ming, 16 emperadores de la misma familia (aunque a menudo con muchas pendencias) significaron una restauraci¨®n nacional que qued¨® emparedada a su final, en 1644, con otra dinast¨ªa extranjera, la de los manch¨²es, los Ching (la del ¨²ltimo emperador). La ¨¦poca Ming, de gran prosperidad y riqueza, vio el traslado de Nank¨ªn a la nueva capital, Pek¨ªn, una vida cultural riqu¨ªsima y que se populariz¨®, los viajes de la flota imperial del almirante Zheng He con sus juncos de alta mar hasta ?frica y la reconstrucci¨®n en piedra de la Gran Muralla (esencialmente hasta entonces de arcilla), que es la que ahora se ve.
Elisa Dur¨¢n, directora general adjunta de la Fundaci¨®n La Caixa, ha destacado esta ma?ana al presentar la exposici¨®n que la cultura china ya ha sido objeto de otras muestras de la entidad como China, cielo y tierra, en 2001 o Confucio, en 2004 y ha recalcado, usando varias veces la palabra, lo extraordinario de la de los Ming. Lo es, ha explicado, por la calidad de las obras, con alt¨ªsimas piezas de cer¨¢mica pero no solo; por el discurso expositivo sobre una de las dinast¨ªas chinas m¨¢s importantes y que despiertan m¨¢s admiraci¨®n; y porque, por primera vez, se exhiben en nuestro pa¨ªs colecciones del museo de Nank¨ªn, la segunda gran ciudad del sur de China tras Shangh¨¢i, con 10 millones de habitantes y primera capital de los Ming. Tambi¨¦n, que es la primera itinerancia de esta exposici¨®n, producida por Nomad Exhibitions, que solo ha recalado en R¨®terdam y Edimburgo, adem¨¢s de en Barcelona.
Dur¨¢n ha subrayado lo que tuvo la ¨¦poca Ming de ¡°irradiaci¨®n de la belleza¡± con la difusi¨®n de la alta cultura china por diferentes capas sociales y su internacionalizaci¨®n a trav¨¦s del comercio, causando gran admiraci¨®n en Europa. El recorrido presenta diferentes ¨¢mbitos: palacios y murallas, en el que se muestran objetos rituales y aristocr¨¢ticos y elementos constructivos, incluso varios ladrillos de la famosa muralla de Nank¨ªn, de 48 kil¨®metros de per¨ªmetro; la sociedad ideal, que explica la minuciosa organizaci¨®n social encabezada por los funcionarios de Estado; la buena vida, que se refiere al mundo del confort y el placer de los sentidos, aunque no hay menciones al erotismo ni a la fuente de jade ¨Cla saliva del beso- , sino a goces menos mundanos como la contemplaci¨®n est¨¦tica, la m¨²sica, la poes¨ªa o la amistad; y la relaci¨®n entre China y el resto del mundo.

La exposici¨®n viene acompa?ada de una serie de actividades (en colaboraci¨®n con Casa Asia) que incluyen desfiles de tambores y dragones, sesiones gastron¨®micas y ceremonias como la del t¨¦. El subdirector del Museo de Nank¨ªn, Qizhi Wang, ha explicado que el centro, fundado en 1933, guarda 400.000 piezas, sobre todo de la dinast¨ªa Ming, y compone una de las colecciones m¨¢s completas de China. ¡°Hemos seleccionado piezas extraordinarias de nuestro fondo¡±, ha recalcado, y ha destacado entre ellas el ¡°mapa de los numerosos pa¨ªses del mundo¡±, una de las copias a mano del mapa de Matteo Ricci que encarg¨® el emperador Wanli hacia 1605 y que muestra la China Ming en el centro, las numerosas obras maestras de pintura y caligraf¨ªa o la pintura en rollo. Wang ha expresado el deseo de poder ver en su museo obras occidentales.
Preguntado por lo que supuso para el museo y el patrimonio de la ciudad la invasi¨®n japonesa y sobre todo el episodio brutal conocido como la Violaci¨®n de Nank¨ªn, en 1937, Wang ha explicado que las piezas fueron evacuadas hacia el oeste con un gran esfuerzo, bajo las bombas de la aviaci¨®n japonesa, y no regresaron hasta diez a?os despu¨¦s. Tim Pethick, de Nomad, ha dicho que han tardado siete a?os en preparar la muestra, que ilustra casi todas las facetas del imperio Ming que es mucho m¨¢s que los grandes jarrones de porcelana tan conocidos y apreciados.
La visita se abre con una superposici¨®n de retratos de los emperadores Ming y sus apodos oficiales, y un fabuloso ejemplo de vaso de porcelana de la dinast¨ªa, denominada Da Ming, ¡°gran resplandor¡±. Figuran en la exposici¨®n un plato de cobre esmaltado con dos dragones persiguiendo una perla en llamas, s¨ªmbolo de la b¨²squeda de la perfecci¨®n, un vaso amarillo, el color reservado al uso imperial, tejas con relieve de drag¨®n joven (chi) que proteg¨ªan del fuego, retratos de hombres eminentes, entre ellos, el citado Van Gogh Ming, el erudito Xu Wei, preso por matar a su esposa tras enloquecer, tocados de hilo de oro para recogerse el cabello los hombres (cortarse el pelo estaba visto como una forma de mutilaci¨®n), la mencionada cigarra de oro, pieza funeraria (a menudo se colocaba un modelo de cigarra en la boca de los difuntos), una c¨ªtara de siete cuerdas y la mencionada Mona Lisa, que toca la flauta envuelta en todo su misterio y elegancia. La mujer, no obstante, no gozaba de gran consideraci¨®n. No solo se la relegaba a ¡°las tres obediencias¡±, sucesivamente la del padre, el marido y el hijo, sino que una cita de Dong Quichang (1555-1636), que ser¨ªa un genio pero un berzotas mis¨®gino, establece que cuando muestres caligraf¨ªa o pintura ¡°conviene evitar cinco cosas: no la exhib¨¢is bajo foco de luz, ni en un d¨ªa de lluvia, ni si hab¨¦is bebido, o en presencia de una persona vulgar, o de una mujer¡±.
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