El Calder¨®n celebra medio siglo de f¨²tbol y se despide
El dos de octubre de 1966 los rojiblancos se trasladaron desde Cuatro Caminos al nuevo estadio de la Ribera del Manzanares
El Atl¨¦tico de Madrid celebra hoy el 50 aniversario del estadio Vicente Calder¨®n, mientras sus seguidores se entristecen por la marcha del club al final de la temporada. La venta de los terrenos del Manzanares, donde se van a destinar 129.000 m2 a viviendas y 79.900 m2 a zonas verdes, van a implicar una profunda transformaci¨®n urban¨ªstica y la p¨¦rdida de una estrecha relaci¨®n sentimental con muchos vecinos del barrio. Este ser¨¢ el cuarto traslado de los rojiblancos en m¨¢s de un siglo de vida, habiendo pasado previamente por Retiro, O'Donnell y Metropolitano.
Fue un gol de cabeza de Luis Aragon¨¦s el que abri¨® el marcador del nuevo estadio. La hinchada rug¨ªa a pesar del trauma que hab¨ªa supuesto el traslado desde la bulliciosa zona de Reina Victoria a aquel yermo fabril junto al r¨ªo. Corr¨ªa el dos de octubre de 1966, hoy hace cincuenta a?os, y la revista Atl¨¦tico de Madrid ya advert¨ªa a los aficionados de algunos inconvenientes que podr¨ªan encontrarse: ¡°Se espera de todos los atl¨¦ticos la necesaria colaboraci¨®n para las incomodidades de principio¡±.
No fue f¨¢cil. El Metropolitano, el antiguo campo situado en Cuatro Caminos, contaba con una s¨®lida red de transportes y una historia de 43 a?os a sus espaldas alojando partidos colchoneros. Sin embargo, aquel estadio, propiedad del club desde 1950, se fue haciendo cada vez m¨¢s peque?o. Sus cerca de 35.000 plazas no eran suficientes para albergar a los simpatizantes rojiblancos. ¡°La afici¨®n atl¨¦tica hab¨ªa crecido de forma exponencial con la magn¨ªfica generaci¨®n de finales de los cuarenta y principios de los cincuenta¡±, explica el historiador ?ngel Iturriaga, autor del reciente Diccionario de jugadores del club Atl¨¦tico de Madrid. ¡°El Manzanares ten¨ªa una capacidad que superaba los 62.000 espectadores y pod¨ªa ser ampliada, algo que se antojaba fundamental en aquel momento¡±. Tuvo que ser Vicente Calder¨®n el encargado de reactivar la construcci¨®n del coliseo, parada entre 1961 y 1965 por falta de liquidez econ¨®mica.
Una conquista social
¡°Cuando mi padre entra en la presidencia yo tengo 26 a?os¡±, cuenta un l¨²cido Vicente Calder¨®n Su¨¢rez, hijo del presidente atl¨¦tico. ¡°Recuerdo que intent¨® mantener al equipo en el Stadium Metropolitano, pero ya no hab¨ªa marcha atr¨¢s. En aquella ¨¦poca el dinero era muy escaso y lo sacaron adelante con mucho esfuerzo¡±. Fue el primer estadio europeo donde todo el p¨²blico pod¨ªa ver el partido sentado.
Calder¨®n hijo evoca la dura batalla que el entonces alcalde de la ciudad, Carlos Arias Navarro, mantuvo con el club por la falta de un expediente de obras. Al final el estadio sali¨® adelante y el d¨ªa de su inauguraci¨®n varios socios pudieron desplegar una pancarta que rezaba: ¡°Ya estamos en nuestro campo y nadie nos ha humillado. Mientras ellos van de pie nosotros todos sentados¡±, en clara alusi¨®n al rival madridista. Cinco a?os m¨¢s tarde, la casa rojiblanca adoptar¨¢ el nombre de Estadio Vicente Calder¨®n, en honor a su m¨¢ximo dirigente.
En estas ¨²ltimas cinco d¨¦cadas han conquistado 22 t¨ªtulos con grandes figuras como G¨¢rate, Hugo S¨¢nchez, Futre, Pantic, Simeone, Ag¨¹ero y los recientes God¨ªn, Filipe Luis y Griezmann. Aunque tambi¨¦n tendr¨¢n que vivir dos a?os en la Segunda Divisi¨®n, ¡°el infierno¡± como fue denominada. La nota tr¨¢gica la pondr¨¢ la muerte de dos aficionados rivales: Aitor Zabaleta, apu?alado en el coraz¨®n, y Francisco Romero, alias Jimmy, muerto por un traumatismo craneoencef¨¢lico tras una pelea con ultras del atleti.
Un club y un barrio humildes
El Atl¨¦tico de Madrid era considerado el equipo modesto de la ciudad, pero tras su partida a la ribera del Manzanares se va a mimetizar de manera m¨¢s pronunciada con el entorno que le rodea, plagado de trabajadores del sector industrial debido a las carboneras, las papeleras Madrile?a y Peninsular o el Gasometro. ¡°Ten¨ªa muy mala fama. La urbanizaci¨®n de toda esa zona era muy precaria en esa ¨¦poca. Cuando lleg¨® el Atl¨¦tico empez¨® a desarrollarse. La prueba est¨¢ en que ahora la gente que llena el estadio es la que vive en los alrededores, bajan caminando¡±, aclaran Javier Ruiz y ?lvaro Ardura, urbanistas y profesores de la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura de Madrid.
Jornada de puertas abiertas para socios (gratis) y seguidores (16 euros para adultos y 8 euros para menores de 12 a?os) entre las 10 y las 19 horas.
¡°Vi poner la primera piedra del estadio¡±, relata una vecina que empez¨® a vivir en el barrio a finales de los cincuenta. ¡°Cuando nacieron mis hijos les hice socios¡±. El club triplic¨® el n¨²mero de abonados durante los setenta y los ochenta gracias a la afici¨®n de las ¨¢reas colindantes: Usera, Carabanchel, Puerta del ?ngel¡ La ac¨²stica del r¨ªo y un ¨¢rea sin demasiados edificios a su alrededor ayudar¨¢ a que los c¨¢nticos y los goles se oigan a varios kil¨®metros de distancia. ¡°A las se?oras de aqu¨ª les tira el equipo del barrio¡±, confiesa Javier, due?o de una pescader¨ªa situada en el Paseo de los Melanc¨®licos, la v¨ªa donde tambi¨¦n se encuentra el estadio. La mayor¨ªa de entrevistados coinciden en la profunda transformaci¨®n que han sufrido los terrenos pr¨®ximos a la ribera. ¡°Antes era una barriada muy aislada. Todo lo que ves a tu alrededor era descampado¡±, se?ala una mujer nacida en 1980.
Los bares de la zona tambi¨¦n se nutren de la actividad del campo, no solo futbol¨ªstica. Durante las siguientes d¨¦cadas se producen algunos de los directos m¨¢s emblem¨¢ticos de la capital: Rolling Stones, Bon Jovi, Pink Floyd, U2, Michael Jackson, Madonna o Paul McCartney, organizado por EL PA?S. ¡°Aqu¨ª pude ver dos d¨ªas seguidos a los Rolling, el 7 y el 9 de julio de 1982, tras la suspensi¨®n de su concierto en Barcelona. Alucinante¡±, cuenta Virgilio, vecino del Alto de Extremadura y simpatizante del equipo debido a la proximidad del club con su casa.
Construyendo ciudad de forma equivocada
Los urbanistas Ardura y Ruiz indican que el barrio sufre desde comienzos de los noventa una continua alteraci¨®n de su tejido urbano, a la que no es ajena el club colchonero, que ir¨¢ monetizando muchos de los terrenos cercanos al estadio. El Pasillo Verde, a comienzos de los noventa, ser¨¢ la primera gran operaci¨®n que obliga a un cambio radical del distrito, luego vendr¨¢ Madrid R¨ªo y ahora el proyecto Mahou-Calder¨®n, con la venta del suelo que le queda al equipo y la mudanza la pr¨®xima temporada al Estadio Ol¨ªmpico, m¨¢s conocido como La Peineta, en el distrito de San Blas-Canillejas.
¡°Me da mucha pena¡±, comenta la mayor¨ªa de seguidores y vecinos sobre la operaci¨®n orquestada por el antiguo Ayuntamiento y los actuales dirigentes del club. ¡°Vivimos en un mundo del f¨²tbol en el que el deporte ha pasado a ser algo secundario y los movimientos para sacar r¨¦dito econ¨®mico est¨¢n a la orden del d¨ªa. En este contexto, la operaci¨®n Calder¨®n me parece una maniobra que probablemente ser¨¢ muy lucrativa desde el punto de vista monetario, si bien restar¨¢ identidad al equipo¡±, sentencia el historiador ?ngel Iturriaga, quien adem¨¢s explica c¨®mo los clubes han pasado de manos de los seguidores a manos de inversores espa?oles, rusos o asi¨¢ticos. El f¨²tbol est¨¢ cambiando y el cierre del Vicente Calder¨®n es un s¨ªntoma de ello. No hay vuelta atr¨¢s.?
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