Madrid de noche
Incluso cuando viajo fuera me cuesta abandonar la costumbre de salir a cenar y de fiesta tarde
Aprovechando el puente, me escap¨¦ de Madrid con unas amigas. La verdad es que nunca he entendido eso de viajar durante las vacaciones; viajar siempre me ha producido m¨¢s estr¨¦s que quedarme en casa reviendo un marat¨®n de Daria, pero hace poco le promet¨ª a un test aleatorio de Buzzfeed que har¨ªa todo lo posible para salir de mi zona de confort.
Y eso hice. No s¨¦ si os ocurre lo mismo, que cuando viaj¨¢is fuera y conoc¨¦is otras ciudades llev¨¢is las costumbres que ten¨¦is de cenar tarde y salir de fiesta tarde, vamos, practicar la vida nocturna de Madrid en pa¨ªses y ciudades cuyas costumbres difieren. ¡°?Pero c¨®mo es posible que no haya lugares donde podamos salir a un radio de 2 kil¨®metros? ?Si son las tres!¡±. ¡°Me he metido en Yelp y la mayor¨ªa de los restaurantes ya est¨¢n cerrados¡±. Esos momentos de problemas primermundistas me produden una profunda a?oranza por la vida en Madrid, y espec¨ªficamente, Madrid, de noche. Pasear y ver las luces de las fachadas m¨¢s emblem¨¢ticas, pasar por el C¨ªrculo de Bellas Artes y reproducir la escena y el di¨¢logo de Kika en tu cabeza (¡°Matar es como cortarse las u?as de los pies¡¡±), ver la ciudad sin los ruidos abrumadores del mar de coches desenfrenados, cruzar por la Gran V¨ªa pregunt¨¢ndote si te cruzar¨¢s con los heavies de la Gran V¨ªa¡ Siento que, de noche, Madrid se deja escuchar, mientras te zampas un kebab a las 4 de la ma?ana o esperas al nocturno de vuelta a casa.
Las amistades que creas en filas interminables en las puertas de las discotecas, entremeti¨¦ndote en conversaciones ajenas de personas que te piensas que nunca volver¨¢s a ver pero acabar¨¢s viendo la semana que viene, porque al final somos los mismos de siempre. De pronto el tiempo se para y te vuelves consciente del presente. Ves las costuras de la ciudad con claridad, aquellas que se camuflan detr¨¢s de la velocidad a la que nos movemos. Quiz¨¢s la raz¨®n por la que siento gran afinidad a la noche madrile?a es porque la desconozco. El miedo que ten¨ªa a salir de noche me cohibi¨® conocerla. Mi primera experiencia nocturna fue en Kapital ¡ªj¨²nior, adem¨¢s¡ª a los 16 a?os cuando llevaba pantalones cagados, flequillo emo, ten¨ªa Tuenti y mi cuenta de Messenger era erchinodelbarrio.
Y me acuerdo perfectamente de la humillaci¨®n que te hac¨ªan sentir los puertas, el intercambio de miradas perdidas con otros adolescentes que tampoco entend¨ªan por qu¨¦ estaban ah¨ª y eran testigos de la verg¨¹enza ajena, la m¨¢quina de videojuegos que hab¨ªa al lado del ba?o, estar acompa?ado de amigos de amigos que estaban m¨¢s pendientes en liarse y sentirse socialmente aceptados que en pas¨¢rselo bien.
No volv¨ª a salir hasta que entr¨¦ en la uni. Y descubr¨ª que, para m¨ª, no hay mejor plan que salir con planes incumplidos que acaban en divagaciones por la ciudad, sin rumbo, entrando en alg¨²n bar para matar el tiempo, esperando a que abran las puertas del metro.
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