El sue?o de correr la San Silvestre con los grandes
Un polic¨ªa y dos bomberos, residentes en Madrid, cuentan c¨®mo se preparan para participar en la afamada ¨²ltima carrera del a?o
¡°Quiero disfrutar de la carrera, del ambiente, de correr al lado de gente tan buena. Pero s¨¦ que lo voy a pasar mal. Me han recomendado que salga sufriendo y termine sufriendo¡±. Jos¨¦ Pedro Mart¨ªnez, polic¨ªa cordob¨¦s de 34 a?os destinado en la capital, afronta este lunes su primera San Silvestre Internacional. Lo har¨¢ acompa?ado de David Mart¨ªn y Javier Garc¨ªa, dos bomberos madrile?os de 43 y 38 a?os que en los ¨²ltimos 12 a?os han participado en la prueba. ¡°En cuanto pruebe el gusanillo de la Internacional, ya no sale de aqu¨ª¡±, afirma Mart¨ªn minutos despu¨¦s de acabar uno de sus ¨²ltimos entrenamientos antes del d¨ªa 31 de diciembre. Como muchos corredores aficionados, ambos participaron durante varios a?os en la carrera popular antes de dar el salto al territorio de los profesionales.
A partir de las 20.00 mirar¨¢n a la cara, antes del pistoletazo de salida, al ugand¨¦s Joshua Cheptegei, subcampe¨®n del Mundo al aire libre de 10.000 metros este verano en Londres, solo superado por Mo Farah. Tambi¨¦n estar¨¢n la keniana Brigit Kosgei, ganadora del marat¨®n de Chicago en 2018, o la plusmarquista nacional de media marat¨®n, la espa?ola de origen et¨ªope Trihas Gebre, considerada la mejor fondista espa?ola de la actualidad, entre otras muchas figuras del atletismo. No se plantean intentar seguirles, ni siquiera en los primeros metros. ¡°Seg¨²n sales, ya ni los ves. Son inalcanzables¡±, asegura Javier. ¡°Yo un a?o lo intent¨¦. Dije: voy a salir en la foto. Y luego lo pagu¨¦¡±, reconoce David entre risas. ¡°No estamos acostumbrados a unos ritmos tan altos como los que alcanzan. El ritmo que nosotros llevamos ya es muy bueno, y ellos nos sacan siete u ocho minutos en 10 kil¨®metros¡±. En estos 12 a?os, han tenido tiempo de correr al lado de atletas como Chema Mart¨ªnez, Paula Radclife o el actual plusmarquista mundial de marat¨®n, Eliud Kipchoge, aut¨¦nticos referentes del atletismo.
Solo las uvas para el Fin de A?o
Participar en una carrera tan exigente como la Internacional de la San Silvestre vallecana tambi¨¦n tiene sus inconvenientes. ¡°En estas fechas, controlarse con las comidas y las cenas es muy dif¨ªcil. No somos profesionales, y podemos darnos un lujo, pero no puedes estar comiendo y bebiendo mal todo el rato. Llevamos un a?o a?o entrenando y cuid¨¢ndonos, y si ahora te descuidas, lo fastidias todo¡±, cuenta Jos¨¦ Pedro.
Pero en lo que a cuidados respecta, hay un antes, pero tambi¨¦n un despu¨¦s. ¡°Nuestra carrera acaba muy tarde. Llegas a casa corriendo y, despu¨¦s del esfuerzo tan grande que haces, no tienes ni ganas de cenar. Solo quiero tomarme las uvas y acostarte. El d¨ªa de A?o Nuevo ya es otra cosa¡±, aseguran ambos bomberos.
Por ello, participar en esta carrera supone algo muy especial para los tres: ¡°Te juntas con atletas de un nivel alt¨ªsimo. A m¨ª me motiva mucho el estar al lado de los profesionales. Vivir ese ambiente desde el calentamiento, que es indescriptible, y competir con esa gente... Te sientes uno de ellos por un d¨ªa¡±, reflexionan ambos bomberos. A diferencia de la carrera popular, en la que participan 40.000 personas, en la internacional los corredores disponen de mucho m¨¢s espacio por las calles de la capital. ¡°Correr de noche por mitad de Madrid, sin tr¨¢fico, y con la poca gente que compite en ella, es maravilloso. Puedes poner tu ritmo y disfrutar dentro del sufrimiento. Para m¨ª, como madrile?o, es como un sue?o, es algo muy grande¡±, confiesa Javier.
No son profesionales, ni ganan nada por ello, pero se preparan cada d¨ªa como si lo fueran. ¡°Necesitas una marca muy alta, y eso hace que solo participe gente con un gran nivel. Para estar ah¨ª hay que curr¨¢rselo mucho¡±, explica David. Durante el a?o, participan en carreras y organizan sus entrenamientos, que compaginan con los propios de su trabajo. ¡°Me encanta el deporte y al final lo conviertes en tu forma de vida. Sabes que cada d¨ªa tienes que dedicar un par de horas a entrenar, y no siempre apetece, pero tambi¨¦n te viene bien para el trabajo¡±. cuenta Javier.
Todo ello para acreditar el tiempo m¨ªnimo por debajo de los 39 minutos, en caso de los hombres, o los 45, en el caso de las mujeres, necesario para poder inscribirse en la prueba. ¡°Yo hace dos semanas estaba entrenando a las 10 de la noche haciendo series en un parque con el frontal (linterna que se coloca en la cabeza) y sin parar de llover¡±, les dice Jos¨¦ Pedro a sus compa?eros. ¡°Quien me viera tuvo que pensar: ¡®Pero el loco este, ?qu¨¦ hace?' Sin un objetivo, como es hacer una buena marca en la San Silvestre, es muy duro. Y no se podr¨ªan hacer estas cosas¡±.
¡°Cuando nosotros empezamos a correr en la internacional, solo corr¨ªamos 500. Ahora esos n¨²meros se han multiplicado por cuatro. Este deporte cada vez crece m¨¢s, y la gente se lo toma muy en serio¡±, explica David. Mientras que Jos¨¦ Pedro s¨ª que cuenta con un entrenador que le marca los pasos para llegar en la mejor condici¨®n a su primera participaci¨®n en la prueba, David y Javier prefieren prepararse por su cuenta. ¡°Tuvimos bastantes a?os, pero a la larga aprendes a controlarte y planificar tus propios entrenamientos. Son ya varios a?os de experiencia y sabes lo que tienes que hacer¡±, reconocen.
Llegar al estadio
El objetivo de los tres es llegar al estadio de Vallecas y disfrutar de unos ¨²ltimos metros reservados para los atletas de la prueba internacional. Aunque no lo har¨¢n juntos. ¡°Entrar en el estadio del Rayo, y correr por el c¨¦sped, ver la meta mientras la gente te anima, es algo ¨²nico. Y cuando ves el crono y certificas que has logrado el objetivo que te marcas, piensas que todo el entrenamiento ha merecido la pena¡±, dice David, que este a?o aspira a bajar de 35 minutos. Sus compa?eros, por su parte, calculan que necesitar¨¢n cerca de tres minutos m¨¢s. ¡°Le he pedido que me espere en la meta, porque me va a dar el ¨²ltimo subid¨®n, y me va a resultar muy emocionante. Va a ser necesario para aguantar esos dos ¨²ltimos kil¨®metros que pican hacia arriba¡±, concluye Jos¨¦ Pedro.
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