Ketama: como dec¨ªamos ayer

Tras catorce a?os de silencio Ketama est¨¢ otra vez en la carretera como si el tiempo no hubiera transcurrido. En el auditorio del F¨°rum arrasaron en la noche del viernes utilizando el manido como dec¨ªamos ayer ante un p¨²blico que no llen¨® la sala (se vendieron unas 1.900 entradas) pero que se entreg¨® en cuerpo y alma a la propuesta del tr¨ªo madrile?o.

Una entrega total que hab¨ªa comenzado mucho antes en los aleda?os de la sala donde se respiraba aire de fiesta grande y donde payos y gitanos, excitados por igual, conviv¨ªan ruidosamente y luchaban por conseguir una bebida, cosa dif¨ªcil en el bar del auditorio, y cualquier otro pilla a trasmano. Colorido en los atuendos, con toques de gala, risas, muchos abrazos y las primeras c¨¢maras de m¨®vil empezando a trabajar.

Un poco de retraso en el inicio y Karta canci¨®n, un tema de 1997, abri¨® fuego dejando ya claros los par¨¢metros que iban a marcar toda la velada. Una cierta confusi¨®n esc¨¦nica, ba?o de masas para Antonio Carmona que comenz¨® entre el p¨²blico provocando un aluvi¨®n de m¨®viles a su alrededor, un repertorio sin ninguna novedad, m¨²sicos magn¨ªficos y el p¨²blico en pie sin dejar de moverse.

Ketama iguales a s¨ª mismos, nada ha cambiado en estos catorce a?os. Solo en la voz de Antonio se nota el paso del tiempo, y probablemente el recuerdo de su enfermedad de hace un a?o. Problema vocal que compensa con carisma, sin miedo, y que acaba no siendo un problema. El gran problema est¨¢ en la ausencia total de novedades, Ketama han regresado simplemente para explotar su ilustre pasado y, por ahora, nada m¨¢s. Tampoco se les puede tirar en cara porque ese pasado es suyo y el p¨²blico lo estaba esperando, pero no es el regreso que ese mismo pasado glorioso se merec¨ªa. Y a eso se a?ade la sensaci¨®n de improvisaci¨®n constante sobre el escenario, como si muchas cosas no estuvieran ni ensayadas.

En esa l¨ªnea de recuperaci¨®n hist¨®rica fueron desfilando temas tan emblem¨¢ticos y contagiosos como Djamana Djana, Loko, Flor de lis o Loko de amor, antes de desembocar en un Vente pa Madrid convertido en un peque?o desmadre esc¨¦nico favorecido por la colaboraci¨®n del expansivo Macaco, invitado para la ocasi¨®n. Y, claro, No estamos lokos ofrecido como bis con todos los asistentes coreando y bailando.

Entre los temas populares de la banda se incluyeron tres interpretaciones solistas de cada uno de sus componentes. Luci¨® la de Antonio con una rumba catalana dedicada a ¡°Barcelona, Catalu?a, que es como nuestra tierra¡±. Como an¨¦cdota apareci¨® Sole¨¢ Morente para una canci¨®n de Antonio Vega pero hasta olvid¨® la letra y se qued¨® por segundos bloqueada. Y Antonio pudo haberse ahorrado una versi¨®n desorganizada, pura improvisaci¨®n, de Aquellas peque?as cosas de Serrat.

Ketama ha regresado. Si organizan un poco mejor las cosas esc¨¦nicas seguir¨¢n arrasando porque el peso de su repertorio es muy grande pero, en el mundo la m¨²sica actual, no puede vivirse solo del pasado sin caer en el riesgo de convertirse en una banda homenaje. El futuro de este regreso, por ahora, es incierto.