¡°Chile se caracteriza por decir s¨ª al cambio y luego asustarse cuando los cambios llegan¡±
El acad¨¦mico chileno, que integra la convenci¨®n constituyente, asegura que el texto que se plebiscitar¨¢ en septiembre no es ¡°para nada refundacional, solo transformador. Y por fortuna¡±
El intelectual chileno Agust¨ªn Squella (78 a?os) ¨Cautor de contundentes t¨ªtulos, sobre todo de ensayo¨C, se ha zambullido el ¨²ltimo a?o, como nunca, directamente en la pol¨ªtica. Desde julio pasado forma parte de los 154 convencionales que redactan una nueva Constituci¨®n, un ¨®rgano que se encuentra en la ¨²ltima etapa de su trabajo. El 4 de julio los constituyentes le entregar¨¢n el texto definitivo ...
El intelectual chileno Agust¨ªn Squella (78 a?os) ¨Cautor de contundentes t¨ªtulos, sobre todo de ensayo¨C, se ha zambullido el ¨²ltimo a?o, como nunca, directamente en la pol¨ªtica. Desde julio pasado forma parte de los 154 convencionales que redactan una nueva Constituci¨®n, un ¨®rgano que se encuentra en la ¨²ltima etapa de su trabajo. El 4 de julio los constituyentes le entregar¨¢n el texto definitivo al presidente Gabriel Boric y, luego, la convenci¨®n dejar¨¢ de funcionar. Observador agudo de la sociedad chilena, en esta entrevista realizada en su casa de Santiago, en la zona oriente de la ciudad, Squella analiza esta ¨²ltima etapa del proceso y el momento que vive Chile, a menos de tres meses del plebiscito del 4 de septiembre que debe ratificar o rechazar la propuesta.
Pregunta. ?C¨®mo observa a la gente y el ¨¢nimo social?
Respuesta. Alterada la gente, mal el ¨¢nimo social. Veo actitudes y expresiones desmesuradas, por lado y lado, de todo lo cual tiendo a culpar m¨¢s a la pandemia que a nuestros actuales problemas pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos. La pandemia y sus efectos son insidiosos y nadie sabe bien todav¨ªa cu¨¢les son sus consecuencias neurol¨®gicas en las personas incluso no contagiadas con el virus. Por mencionar una menor, ?no has visto lo locuaces que nos hemos puesto todos? Estamos hablando mucho, en voz muy alta, atropell¨¢ndonos unos a otros al hablar.
P. Para la acad¨¦mica Kathya Araujo, hab¨ªa una promesa de di¨¢logo social en el proceso constituyente que no se cumpli¨®. ?Concuerda?
R. Concuerdo con ella y lamento que las cosas hayan sido as¨ª. Igual me pregunto si en realidad pod¨ªan ser de otra manera. Creo que nos tomamos demasiado literalmente que la nueva Constituci¨®n iba a ser la casa de todos. La ¨²nica casa de todos en pr¨¢cticamente la totalidad de los pa¨ªses parece ser la selecci¨®n nacional de f¨²tbol. La nueva Constituci¨®n, en caso de aprobarse, ser¨¢ la casa de todos, lo cual no significar¨¢ que sea del gusto o aprobaci¨®n pareja de todos. Los integrantes de una familia numerosa que habitan una casa com¨²n no por eso la valoran en la misma forma. Una sociedad democr¨¢tica y abierta es un avispero de diferentes y encontradas creencias, ideas, visiones del pasado, planteamientos sobre el futuro, modos de pensar, maneras de vivir, intereses. ?C¨®mo es posible dar en el gusto a todos con un texto constitucional?
P. ?Cu¨¢l es su opini¨®n sobre el texto que afina la convenci¨®n?
R. A pesar del buen trabajo hecho por la Comisi¨®n de Armonizaci¨®n, el texto sigue estando sobrescrito. Demasiadas disposiciones, demasiados incisos en cada disposici¨®n, demasiadas palabras en cada inciso. Esa grafoman¨ªa constitucional pudo provenir de la desconfianza que la mayor¨ªa de la convenci¨®n mostr¨® abiertamente con los actuales y futuros legisladores, a los que llam¨® muchas veces, despectivamente, ¡°poderes constituidos¡±. Algo as¨ª como unos poderes impuros rayanos en la ilegitimidad y que contrastaban con la pureza de los constituyentes y la impecable representatividad que nos atribuimos.
P. ?Es un texto refundacional, como opinan los cr¨ªticos, o recoge lo mejor de Chile, de sus instituciones y de la trayectoria constitucional del pa¨ªs?
R. Para nada refundacional, solo transformador. Y por fortuna. No iba a ser un texto tipo maquillaje ni tampoco una reforma: solo pod¨ªa ser transformador o revolucionario, y fue claramente lo primero. En lo que a m¨ª respecta, no quiero otro Chile, sino un mejor Chile. Los aires refundacionales que inflaman los esp¨ªritus de algunos pueden estar tan inflamados que corren el riesgo de incendiar la pradera.
P. ?Cu¨¢les son las fortalezas de la propuesta constituyente?
R. Estado democr¨¢tico, con democracia representativa y reforzada con modalidades de democracia directa que en el pa¨ªs no hemos conocido nunca; Estado social de derecho; derechos sociales, puesto que como dice El¨ªas D¨ªaz, ¡°un Estado de derecho sin derechos sociales es un Estado de derechas¡±; protecci¨®n de una naturaleza de la que formamos parte; descentralizaci¨®n del pa¨ªs. Eso a nivel de las disposiciones de la propuesta constitucional, o sea, del deber ser, y ya veremos qu¨¦ pasa en la realidad.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque una Constituci¨®n es como una partitura que se pone delante de las actuales y futuras autoridades para que la ejecuten con talento y fidelidad, con un p¨²blico que permanecer¨¢ en la plantea y que exigir¨¢ una buena interpretaci¨®n.
P. ?Hay algo del texto que le preocupe a un liberal de izquierda como usted?
R. Por definici¨®n, un liberal est¨¢ siempre insatisfecho, al rev¨¦s de lo que pasa con los siempre complacientes neoliberales. Aunque lo sabemos perfectamente, ?en qu¨¦ momento trajimos a Chile la versi¨®n m¨¢s pobre y discutible de la doctrina liberal, la de Hayek, Friedman y Gary Becker, convirti¨¦ndose nuestras ¨¦lites alegremente a ella? Y en cuanto a un liberal de izquierda, mayor preocupaci¨®n incluso, puesto que tiene que lidiar con esa parte de una izquierda redentora del mundo y que fantasea con el hombre nuevo, la sociedad ideal, el poder de la voluntad para cambiarlo todo, y una suerte de sabidur¨ªa perenne que emerger¨ªa de manera espont¨¢nea desde el centro de la tierra y que hombres y mujeres de esta modernidad ¨Co posmodernidad, anda a saber t¨²¨C no hemos sabido escuchar y menos interpretar correctamente.
P. ?Cree que la ciudadan¨ªa lea el texto antes de votar o se decidir¨¢ por otros factores?
R. Lo creo, aunque m¨¢s bien lo espero. ?C¨®mo si no votar responsablemente en el plebiscito del 4 de septiembre? Pero ya sabemos de nuestra pobre capacidad lectora. Ten¨ªa una prima que dec¨ªa leer todas las noches algo para conciliar el sue?o, ?y sabes qu¨¦ le¨ªa?
P. ?Qu¨¦ le¨ªa su prima?
R. Una estampilla postal que dec¨ªa ¡°Correos de Chile¡±. No terminaba la palabra ¡°correos¡± y ya estaba dormida.
P. La Constituci¨®n vigente en Chile se redact¨® en 1980, en la dictadura de Pinochet, pero en democracia sufri¨® decenas de cambios sustanciales, como las reformas del socialista Lagos en los 2000, que firm¨® la actual Carta Magna. ?Para usted sigue siendo la Constituci¨®n de Pinochet?
R. Claro que s¨ª. Hubo cambios constitucionales muy importantes, pero tambi¨¦n extremadamente lentos y siempre sujetos al veto de un tercio de los votos de los defensores de la Constituci¨®n de Pinochet en nuestro Congreso Nacional. Las principales reformas, de 1989 y 2005, fueron eso, reformas importantes y, en cuanto a las segundas, largamente postergadas. No se trat¨® de nuevas Constituciones. Est¨¢ bien que se diga que es posible hacer cosas con palabras, pero sin exagerar.
P. ?Usted va a aprobar la propuesta en el plebiscito?
R. Aprobar¨¦. ?Podr¨ªa hacer otra cosa si vot¨¦ favorablemente la mayor¨ªa de las normas de la propuesta constitucional? Adem¨¢s, doy por hecho que en los defectos podr¨¢ intervenir el actual o futuro Poder Legislativo, as¨ª como la completa ciudadan¨ªa, para hacer m¨¢s adelante los ajustes del caso. El derecho es un orden din¨¢mico, no est¨¢tico, cambiante, no fijo, y prev¨¦ siempre su propia creaci¨®n y cambio, estableciendo las reglas y procedimiento para ello. Solo un extremo narcisismo constitucional podr¨ªa explicar que algunos piensen que la propuesta de nueva Constituci¨®n ser¨¢ perfecta y, por tanto, inmune al cambio.
P. ?C¨®mo se explica que la opci¨®n de cambiar la Constituci¨®n haya tenido un 78% de apoyo en octubre de 2020 y hoy en d¨ªa, de acuerdo a las encuestas, el apruebo y el rechazo est¨¦n empatados y una gran cantidad de indecisos?
R. Me cuesta entenderlo, pero Chile se caracteriza por decir s¨ª al cambio y luego asustarse cuando los cambios llegan. A la vez, y en este caso, muchos que est¨¢n por el rechazo no lo hacen por haberse formado un juicio sobre la propuesta de la convenci¨®n ¨Ca¨²n no lista¨C, sino por episodios desagradables que se produjeron durante el proceso constituyente y por actitudes y declaraciones destempladas de constituyentes que hicieron m¨¢s alarde s¨ª mismos que del proceso en que est¨¢bamos.
P. ?Qui¨¦nes?
R. En alguna medida, todos fuimos culpables de ello, otra vez de lado y lado, dando m¨¢s importancia a qui¨¦n era cada uno de nosotros que ad¨®nde y para qu¨¦ est¨¢bamos. Dimos jugo, como se dice en el lenguaje coloquial chileno, y eso trajo consigo una toma de distancia y hasta enojo de parte de la ciudadan¨ªa.
P. ?Entiende al mundo que est¨¢ por rechazar? ?Solo es la derecha la que est¨¢ en esa posici¨®n?
R. Es m¨¢s que la derecha, pero a los que est¨¢n por el rechazo ¨Ctambi¨¦n a los del apruebo, y ni qu¨¦ decir a los indecisos, estos ¨²ltimos los m¨¢s responsables de todos¨C, les pedir¨ªa esperar hasta tener por delante la propuesta final, debidamente armonizada y con sus normas transitorias tambi¨¦n a la vista. Todos nos deber¨ªamos disponer a analizarla en grupos familiares, vecinales, laborales, profesionales, estudiantiles, sin dejarnos llevar por la las impresiones iniciales ni por la voz de la tribu o la manada a la que pertenezcamos.
P. Para un intelectual como usted, ?c¨®mo ha sido este a?o en que ha aterrizado de golpe en la pol¨ªtica? ?C¨®mo est¨¢ la pol¨ªtica en Chile?
R. Me he sentido como si estuviera viviendo una vida ajena. ?Recuerdas lo que Norberto Bobbio dec¨ªa de pol¨ªticos e intelectuales? Mientras lo segundos desatan nudos, los primeros los cortan. Atendida mi vida acad¨¦mica, me acostumbr¨¦ a desatar nudos, a veces torci¨¦ndolos m¨¢s, y ahora estuve en un espacio donde hubo que cortarlos con votaciones. Un factor negativo en la convenci¨®n fue que algunos de los acad¨¦micos que llegamos a ella pudimos creer que por arribar a un espacio pol¨ªtico nos transform¨¢bamos, ipso facto, en consumados pol¨ªticos.
P. ?Y la pol¨ªtica chilena? ?C¨®mo est¨¢?
R. Lo de siempre, aqu¨ª y en todo el planeta. ?Puede haber realmente una nueva forma de hacer pol¨ªtica si esta es una actividad humana que tiene que ver con el poder, con ganarlo, ejercerlo, conservarlo, incrementarlo, y recuperarlo cuando se ha perdido?
P. ?Se ha arrepentido en algunos momentos de haber asumido esta aventura pol¨ªtica?
R. No. Siempre le encontr¨¦ sentido a esta tarea, cualquiera fuera el resultado. Mira t¨² que un hombre de 78 a?os tuviera la oportunidad de colaborar, mucho o poco, da lo mismo, en una propuesta de nueva Constituci¨®n para su pa¨ªs. Claro, fue una decisi¨®n no racional si se cree que racionales son solo las decisiones que tomamos a favor de nosotros mismos. Adem¨¢s, y por emplear tu misma palabra, ya era hora de que mi ¨²nica aventura no consistiera solo en apostar de vez en cuando a los caballos
P. Va a escribir un libro sobre su propia experiencia dentro del ¨®rgano constituyente. ?Qu¨¦ lo anima?
R. Por momentos pienso que pude postular a la Convenci¨®n solo para escribir el libro que estoy preparando.
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