El auge del Partido Republicano: el sistema electoral, la moderaci¨®n de la derecha cl¨¢sica y las crisis econ¨®micas, de seguridad y de migraci¨®n

El Partido Republicano, la extrema derecha chilena, en las elecciones del domingo en Chile se convirti¨® en la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs, gobernado hace 15 meses por una nueva generaci¨®n de izquierdas, liderada por el presidente Gabriel Boric. La fuerza nacida oficialmente en 2019, en apenas cuatro a?os consigui¨® que su l¨ªder, Jos¨¦ Antonio Kast, obtuviera la primera mayor¨ªa en la primera vuelta presidencial de 2021, aunque luego perdi¨® frente a Boric en el balotaje. En las elecciones para elegir a los 50 miembros del Consejo Constitucional de ayer, sin embargo, consigui¨® que 3.468.258 electores respaldaran a sus candidatos, en un hist¨®rico triunfo. Obtuvo el 35,5% de los votos y logr¨® un total de 23 esca?os en el ¨®rgano que redactar¨¢ una nueva propuesta de Constituci¨®n chilena, que ser¨¢ plebiscitada en diciembre. Es un escenario que, bien utilizado, podr¨ªa pavimentar su camino con miras a las elecciones municipales y de gobernadores de 2024 y en las presidenciales y parlamentarias de 2025.

No existe un factor ¨²nico explicar c¨®mo un partido joven, fuertemente conservador en materias como el matrimonio de personas del mismo sexo y el aborto, que ha estado abiertamente en contra de redactar una nueva Carta Magna, logr¨® dar vuelta el tablero pol¨ªtico chileno que, tras el estallido social de 2019, se hab¨ªa cargado fuertemente a la izquierda. Con casi la mitad del Consejo Constitucional a favor, sumados a los 11 esca?os de la derecha hist¨®rica, pueden proponer, aprobar y modificar normas constitucionales, porque sobrepasan holgadamente los tres quintos de qu¨®rum, para lo que necesitaban 30 puestos. Con 34 esca?os, los dos tercios del ¨®rgano, las dos derechas ¨Cque tienen amplias diferencias, entre las que est¨¢ la disposici¨®n a reemplazar la Carta Fundamental actual¨C, podr¨ªan rechazar las propuestas de mejora que un equipo de expertos haga a la propuesta del Consejo Constitucional, la ¨²ltima instancia de incidencia en el ¨®rgano. Empujados por el Partido Republicano, en otras palabras, las derechas han arrasado.

Con 20.980 militantes, de los que 70% son hombres, los simpatizantes del Partido Republicano tienen principalmente entre 45 y 54 a?os y son mayoritariamente creyentes, ya sea cat¨®licos, evang¨¦licos o protestantes. Lo evidencia un estudio acad¨¦mico realizado por la Universidad Diego Portales y liderado por el doctor en Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Humboldt de Berl¨ªn, Crist¨®bal Rovira. La investigaci¨®n Apoyo y rechazo a la ultraderecha en Chile indaga tambi¨¦n en la visi¨®n de la red de apoyo del partido sobre el feminismo, y evidencia una postura conservadora respecto al papel de las mujeres. Es una de sus conclusiones: ¡°La evidencia emp¨ªrica revela que quienes apoyan a la ultraderecha en Chile adoptan posturas antifeministas y conservadoras respecto al rol de las mujeres, mientras que quienes rechazan a la ultraderecha comparten en un sentido amplio demandas a favor de una mayor equidad de g¨¦nero¡±.

De acuerdo a este estudio presentado en 2022, su auge ha sido empujado por la sustituci¨®n del sistema electoral binominal por un sistema electoral proporcional y por la moderaci¨®n program¨¢tica de los partidos de derecha convencional. ¡°Las investigaciones existentes califican a Kast y el Partido Republicano como un proyecto que se posiciona a la derecha de la derecha convencional y que tiene no solo similitud, sino que tambi¨¦n contactos, con la ultraderecha a nivel global¡±, asegura la investigaci¨®n. Tras el resultado del domingo, por ejemplo, el presidente de la formaci¨®n de ultraderecha espa?ola Vox, Santiago Abascal, salud¨® el triunfo de los chilenos. Kast, hace unos meses, asegur¨®: ¡°Yo represento al Partido Republicano, que es una derecha semejante a Vox, por eso nos llevamos tan bien¡±.

Al tratarse de una fuerza nueva en la pol¨ªtica chilena, no existe consenso sobre la forma de nombrarla. Rovira la llama directamente ultraderecha, un concepto que justifica en su estudio. El propio Partido Republicano no se considera una derecha extrema, como lo repet¨ªa Kast en la campa?a presidencial de 2021: ¡°Dicen que soy extremo. ?Extremo en qu¨¦? En amar la Patria. En amar la Naci¨®n y los s¨ªmbolos patrios. En defender a los amigos. En proteger al emprendedor. ?En qu¨¦ soy extremo?¡±.

En una conversaci¨®n sostenida por EL PA?S a trav¨¦s de la plataforma de Twitter pocas horas despu¨¦s de las elecciones para analizar los resultados, los analistas Alfredo Joignant y Claudio Alvarado analizaron este aspecto. ¡°No conozco a ning¨²n partido de la nueva derecha radical que acepte que se le nombre como extrema derecha y a¨²n menos como un partido de ultraderecha¡±, asegur¨® Joignant, que prefiere el concepto de derecha radical, porque el Partido Republicano ¡°tiene la capacidad para tomar posici¨®n sobre una serie de asuntos de manera categ¨®rica, sin eufemismos y sin cultivar las formas, lo que penetra poco a poco en un electorado frustrado, enojado y afectado¡±. En 2017, en su primera campa?a a La Moneda, Kast reivindic¨® a Pinochet. ¡°Si estuviera vivo votar¨ªa por m¨ª¡±, indic¨® en ese entonces.

Para Alvarado, en cambio, ¡°se trata de una derecha conservadora¡± y todav¨ªa est¨¢ por verse si se comportan de modo radical en forma permanente o predominan sus vertientes m¨¢s institucionales, ¡°que son las que parecen encarnar tanto el presidente del partido, Arturo Squella, como Luis Silva, que fue el consejero con mayor n¨²mero de respaldos el domingo¡±.

Javier Sajuria, profesor Asociado en la School of Politics and International Relations, Queen Mary University of London, ha analizado en estos d¨ªas las causas de la irrupci¨®n y asegura que ser¨ªa un an¨¢lisis simplista y un error pensar que los votantes del Partido Republicano son un grupo desinformado. En un hilo publicado en Twitter, el acad¨¦mico explic¨® que diversos estudios han demostrado, que ¡°quienes votan por opciones populistas no est¨¢n ni menos informados ni menos interesados en pol¨ªtica que quienes buscan alternativas no populistas¡±. ¡°Es m¨¢s, suelen tener un aprecio alto por la democracia, pero tambi¨¦n una creciente desaz¨®n por c¨®mo ¨¦sta funciona¡±.

A su juicio, esta tendencia ya se ven¨ªa advirtiendo en Chile con el surgimiento de identidades negativas. Y que el contexto nacional, marcado por la crisis de seguridad y la inmigraci¨®n ilegal, entreg¨® la receta ideal para su fortalecimiento.

Se tratar¨ªa de una tormenta perfecta, seg¨²n el propio Joignant en EL PA?S, donde la seguridad p¨²blica, una crisis econ¨®mica con efectos inflacionarios, una crisis migratoria en el norte de Chile y un escenario de violencia en el sur del pa¨ªs con actores radicalizados del pueblo originario mapuche, confluyeron para dar la m¨¢s alta votaci¨®n al partido cuyas banderas de lucha son justamente estas materias. A su juicio, esas ideas lograron ¡°capitalizar en el descontento ante un Gobierno titubeante para enfrentar estas cuatro crisis simult¨¢neas¡±.

Una de las principales inc¨®gnitas tras las elecciones del domingo apunta al papel que jugar¨¢n los republicanos en el Consejo Constitucional, donde tienen casi la mitad de los esca?os. El investigador del Centro de Estudios P¨²blicos (CEP) Aldo Mascare?o, asegur¨® en EL PA?S que el resultado obliga a Kast a jugarse por un proceso constitucional exitoso. ¡°Un nuevo proyecto constitucional rechazado en el plebiscito de diciembre de este a?o, lo golpear¨ªa directamente¡±, se?al¨® el soci¨®logo. En ese escenario, dice el acad¨¦mico de la Universidad Adolfo Ib¨¢?ez, la formaci¨®n tiene dos opciones: o se cierra a las transformaciones estructurales que est¨¢n en las 12 bases constitucionales del Acuerdo por Chile de fines de 2022, que no apoyaron como partido, o adopta una actitud m¨¢s dialogante.

Para el ex ministro portavoz del Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era, Jaime Bellolio, el poder que tendr¨¢n los republicanos en el nuevo Consejo Constitucional tambi¨¦n vendr¨¢ acompa?ado de una gran responsabilidad con lo que ocurra en esta segunda etapa del proceso. El militante de la UDI, un partido tradicional de la derecha, observa dos alternativas. Entre los consejeros republicanos ¡°hay un grupo de personas que insiste en la idea de que si se rechaza esta segunda oportunidad se acaba el problema constitucional, lo que creo que es un profundo error¡±. ¡°Y hay otro grupo m¨¢s pragm¨¢tico que dice ¡®no me gusta, pero ya que estamos ac¨¢, cerremos en ciclo¡±, asegura el exdiputado. Para ¨¦l, tanto en el discurso del mismo Kast como en el de Silva la noche del domingo, ha prevalecido la segunda opci¨®n.

Bellolio, sin embargo, se pregunta si los republicanos ser¨¢n capaces de mantener ese discurso pragm¨¢tico en el Consejo Constitucional una vez que asuman en sus funciones y tengan su propia autonom¨ªa: ¡°Eso no ha ocurrido en el Congreso, donde no han podido ordenarse¡±.