Cien balas en la escena del crimen: c¨®mo cambiaron los homicidios de Chile
Detr¨¢s de las cifras, que muestran que en seis a?os la tasa de asesinatos se duplic¨®, hay nuevas bandas que disparan r¨¢fagas a un sola v¨ªctima, y desde un auto o varias motos. El polic¨ªa Jorge Abatte, con 25 a?os en la Brigada de Homicidios, es testigo directo de c¨®mo evolucion¨® la criminalidad
No es que hace una d¨¦cada fuera f¨¢cil investigar un homicidio en Chile, sino que lo complejo es hacerlo hoy.
Lo sabe bien el prefecto Jorge Abatte (Curic¨®, 48 a?os). Con dos d¨¦cadas y media en la Brigada de Homicidios (BH) de la Polic¨ªa de Investigaciones de Santiago, ha sido testigo directo de c¨®mo ha cambiado la escena del crimen y de c¨®mo pasaron de buscar a un sospechoso, que generalmente ten¨ªa relaci¨®n con la v¨ªctima, a perseguir a cientos que no saben qui¨¦nes son. En Chile se les llama imputados desconocidos y, seg¨²n el fiscal nacional, ?ngel Valencia, en un periodo de seis a siet...
No es que hace una d¨¦cada fuera f¨¢cil investigar un homicidio en Chile, sino que lo complejo es hacerlo hoy.
Lo sabe bien el prefecto Jorge Abatte (Curic¨®, 48 a?os). Con dos d¨¦cadas y media en la Brigada de Homicidios (BH) de la Polic¨ªa de Investigaciones de Santiago, ha sido testigo directo de c¨®mo ha cambiado la escena del crimen y de c¨®mo pasaron de buscar a un sospechoso, que generalmente ten¨ªa relaci¨®n con la v¨ªctima, a perseguir a cientos que no saben qui¨¦nes son. En Chile se les llama imputados desconocidos y, seg¨²n el fiscal nacional, ?ngel Valencia, en un periodo de seis a siete a?os los casos de este tipo pasaron de un 16% a un 40%. ¡°Eso es muy grave¡±, ha dicho. A ello se suma el alza en la tasa de asesinatos del pa¨ªs por cada 100 mil habitantes, de la que el fiscal ha informado que si en 2016 era de 3,6 puntos, en 2022 lleg¨® a siete.
Es una tarde fr¨ªa y gris de oto?o en Santiago. Abatte lleva puesto un impecable traje azul oscuro que parece no arrugarse nunca pese a que ha tenido una jornada extremadamente ajetreada en la que ha corrido de reuni¨®n en reuni¨®n y entre un cuartel y otro por la ciudad. El suyo es el de la BH del ¨¢rea metropolitana sur de Santiago, una de las zonas de la capital de Chile donde hist¨®ricamente se han cometido m¨¢s cr¨ªmenes, pero ya no es la ¨²nica. Es el mismo sector que el Gobierno del Presidente de izquierdas Gabriel Boric eligi¨® para comenzar una nueva pol¨ªtica de demolici¨®n de mausoleos que amigos y familiares de narcotraficantes y asaltantes han empezado a levantar en las calles y plazas para homenajear a los delincuentes fallecidos en disputas de bandas rivales.
Abatte acaba de pasar unos d¨ªas en Madrid en un curso de escena del crimen avanzado que imparti¨® la Polic¨ªa Nacional de Espa?a. Son experiencias que, dice, sirven mucho y que si bien pueden aplicarse, no se copian, pues cada pa¨ªs tiene una realidad distinta, aclara. Y la de Chile pasa por un momento complejo. Por ejemplo, si el fin de semana pasado hubo 10 asesinatos en Santiago, hace dos semanas, en la Alameda, la principal avenida de la capital de Chile, fue hallada la cabeza de un hombre envuelta en una bolsa. Unas cuadras m¨¢s all¨¢ estaban repartidos los dem¨¢s restos, en dos calles distintas. Hasta hace una d¨¦cada, la aparici¨®n de una cabeza habr¨ªa sido la portada de los peri¨®dicos por varios d¨ªas.
Un cuchillo y una que otra bala
El polic¨ªa recuerda que cuando entr¨® a la Brigada de Homicidios en 1996, la escena de crimen sol¨ªa ser relativamente evidente. A diferencia de lo que ocurre hoy, que la mayor parte se comete en la v¨ªa p¨²blica y con armas de fuego, los asesinatos eran perpetrados en sitios eriazos, cerca de r¨ªos y canales o en el interior de las casas o bares. ¡°Hab¨ªa hallazgos de cad¨¢veres por arma cortante y a veces ten¨ªan impactos de bala, pero eso era espor¨¢dico. Tambi¨¦n pod¨ªan encontrarse objetos contundentes en forma casi espont¨¢nea en el lugar, como piedras, palos o fierros, que era con lo que se agred¨ªa¡±, dice el polic¨ªa a EL PA?S. ¡°El m¨®vil iba asociado, principalmente, a una ri?a o pelea que se daba en el momento. Y eso generaba una discusi¨®n que se transformaba en una persona fallecida. Pero siempre en forma circunstancial, asociado a una fiesta, a una pelea entre vecinos o dentro de una poblaci¨®n (barrio)¡±.
Cuando comenzaban a investigar, recuerda que muchos de los m¨®viles de los cr¨ªmenes estaban ligados a un imputado conocido. ¡°Lleg¨¢bamos al sitio del suceso y nos aboc¨¢bamos al trabajo con el cuerpo. Dentro de esa labor cient¨ªfica-t¨¦cnica, los detectives adem¨¢s se pon¨ªan a empadronar a vecinos, conocidos y familiares. Inmediatamente, sal¨ªa que el homicidio hab¨ªa sido en una fiesta o en una pelea con los vecinos. Por ende, hab¨ªa un conocimiento previo entre v¨ªctima y victimario. Y eso hac¨ªa que la investigaci¨®n, pese a ser compleja, ya por lo menos ten¨ªa una l¨ªnea investigativa concreta que hac¨ªa que avanzara mucho m¨¢s r¨¢pido¡±.
No hay fecha exacta, con d¨ªa y mes, para se?alar cu¨¢ndo cambi¨® la forma de cometer homicidios en Chile, pero s¨ª un avezado criminal ayuda a contar la historia del antes y despu¨¦s en Chile: Juan Luis Mujica Hern¨¢ndez, alias el Indio Juan, asesinado en 2006 con un arma cortopunzante al interior de la c¨¢rcel del municipio de San Miguel, precisamente en la jurisdicci¨®n en que la que trabaja Abatte.
Cuando el Indio Juan viv¨ªa, recuerda el polic¨ªa, comenzaron los primeros indicios de din¨¢micas de homicidios ligados a drogas y armas de fuego. ¡°Es una triada que marc¨® la pauta nacional, porque le dieron mucho auge. En cambio, ahora casi no ser¨ªa noticia¡±, dice Abatte. ¡°Eso gener¨® que nosotros como polic¨ªa empez¨¢ramos a cambiar nuestra estrategia investigativa y vincularla no solo a un ¨¢rea de homicidios, sino que en forma multidisciplinaria¡±.
Para el polic¨ªa, la de Mujica, para sus tiempos, era un tipo de criminalidad de clanes familiares dedicado al microtr¨¢fico de drogas y cuya caracter¨ªstica era defender la esquina donde vend¨ªan droga. ¡°Estaban asociados a temas territoriales, pero a menor escala. No como ahora, que defienden un sector geogr¨¢fico, que puede llegar a ser una poblaci¨®n completa (con miles de habitantes)¡±, cuenta. Hoy, explica, eso est¨¢ asociado a una estructura en la que distintas personas o grupos cumplen diversas funciones: unos bridan seguridad; otros transporte; unos acopio de droga; otros guardan las armas.
¡°Eso antes no ocurr¨ªa, hoy todo est¨¢ externalizado. Por ejemplo, si se detiene a alguien, tiene la droga, pero no las armas. Y si me allanan, no van a encontrar nada. Eso es lo que tiene el crimen organizado que tenemos hoy, porque para desbaratar una estructura criminal, es m¨¢s complejo¡±, dice. ¡°Hoy usamos un par¨¢metro de investigaci¨®n m¨¢s potente: identificar bandas para no solo en esa casa o esa cuadra, sino en la poblaci¨®n completa. Ha sido un cambio de paradigma investigativo¡±.
El comienzo de las r¨¢fagas
Para el jefe de la BH, es entre 2005 y 2010 que la Polic¨ªa de Investigaciones visualiz¨® el uso cada vez m¨¢s frecuente de armas de fuego en los homicidios. ¡°Eso evoluciona r¨¢pidamente, pues en la d¨¦cada de los 90 se utilizaban armas blancas¡±. Es a partir del 2010, a?ade, ¡°pero sobre todo en los ¨²ltimos cinco a?os, en que se ven armas que tienen alterados sus mecanismos para hacer que disparen en forma autom¨¢tica, en r¨¢fagas. Y, apretando una sola vez el disparador, sale una multiplicidad de proyectiles en pocos segundos. O tambi¨¦n pistolas a fogueo, que las adaptan. Eso antes no se ve¨ªa¡±.
Abatte sigue: ¡°Ahora tambi¨¦n hemos visto armas largas, tipo subametralladoras, o armas de guerra propiamente tal. Y eso es propio de organizaciones criminales que empiezan a tomar mayor fuerza, pero que hemos ido desbaratando¡±. ¡°Hay un cambio en la violencia, una escena del crimen que tiene tipos de evidencia asociados a nivel bal¨ªstico y de veh¨ªculos que participan en estas muertes violentas¡±.
En esta nueva escena del crimen, explica, en los ¨²ltimos a?os encuentran ¡°vainillas o proyectiles para la muerte de una o m¨¢s personas en un lugar. Es una multiplicidad de evidencia que habla de la violencia empleada que tiene que ver con que ya no dispara solo un sujeto, sino que varios a uno y con armas modificadas¡±.
Y agrega: ¡°Hoy utilizan veh¨ªculos, algo que no ocurr¨ªa. Andan cuatro sujetos: disparan tres, menos el conductor. Y lo hacen hacia otro que est¨¢ parado en una esquina o hacia otro auto¡±. ¡°Tambi¨¦n tenemos hartos homicidios en los que hay motos involucradas y m¨¢s de un sujeto participando y con armas de fuego¡±.
El cambio en la escena del crimen ha sido tal que, cuenta, han encontrado en un solo cad¨¢ver, m¨¢s de 10 balas. ¡°Y sitios del suceso con 80 a 100 evidencias bal¨ªsticas en el mismo lugar, para una o m¨¢s personas¡±.
Por eso, insiste Abatte, hoy no basta solo un polic¨ªa experto en homicidios. ¡°Hay equipos multidisciplinarios, trabajo cient¨ªfico-t¨¦cnico, an¨¢lisis e investigaci¨®n criminal, inteligencia y nuevas estrategias investigativas¡±.
Es la nueva realidad del homicidio en Chile, que hoy, a diferencia de hace algunos a?os, se producen en pleno centro de la capital. Y en algunas zonas del pa¨ªs, como en el norte, de formas escalofriantes. Hace solo algunos d¨ªas, la Fiscal¨ªa confirm¨® la muerte de dos extranjeros en Arica: los enterraron vivos envueltos en bolsas de pl¨¢stico y encima les pusieron cemento.