La ciudad al alcance de un pedaleo
El 8% de la poblaci¨®n que reside en la Regi¨®n Metropolitana asegura utilizar la bicicleta como principal su principal medio de transporte, estad¨ªsticas que van al alza
Si en el moderno Par¨ªs, en la austral Punta Arenas, o en una ciudad compleja como Santiago pregunt¨¢semos por sus principales desaf¨ªos urbanos, probablemente en estas urbes se coincidir¨ªa en la menci¨®n de la movilidad como una de sus preocupaciones principales. El concepto de ¡°ciudad de la proximidad o de 15 minutos¡±, acu?ado en la que hoy por hoy es adem¨¢s la capital mundial del deporte, tiene que ver justamente con poner en valor la existencia de una infraestructura que oferte todo lo que una persona necesita para su diario vivir, a una distancia abordable a pie o en bicicleta.
La saturaci¨®n vehicular y la contaminaci¨®n tambi¨¦n constituyen transversales dolores de cabeza para ciudades de distintos tama?os, muchas de las cuales han incorporado estrategias que pasan por el aumento de ciclov¨ªas para incentivar el uso de la bicicleta. Esto es apreciable en distintas regiones de Chile, aunque al observar con m¨¢s detalle, resulta evidente la profunda disparidad en la cobertura o en la generaci¨®n de nuevos carriles, diferencias que a veces se aprecian en territorios no tan lejanos unos de otros.
En Corporaci¨®n Ciudades decidimos revisar la informaci¨®n levantada en 70 comunas de nuestro pa¨ªs. Esto nos permiti¨® detectar diferencias de hasta 10 veces en la oferta de infraestructura entre algunas ciudades. Seg¨²n el Visor Territorial de Ciclov¨ªas del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, al 2023 Chile contaba con 1.225 kil¨®metros de infraestructura disponible para el tr¨¢nsito de bicicletas, cantidad que aumentar¨ªa en un 136% en pocos a?os si se ejecutan las obras proyectadas.
Esos mismos indicadores nos muestran que Santiago cuenta con 490 kil¨®metros de ciclov¨ªas (lo que da un promedio de 6,8 kil¨®metros cada 100 mil habitantes, cifra inferior al promedio nacional de 9,4 kms. cada 100 mil hab.). En el primer golpe de vista se podr¨ªa decir que no estamos a una distancia tan sideral de una ciudad ¨ªcono para los ciclistas como ?msterdam, que exhibe 858 kil¨®metros de ciclov¨ªas, aunque claro, la capital de los Pa¨ªses Bajos tiene casi nueve veces menos poblaci¨®n que la Regi¨®n Metropolitana, y su mancha urbana es un tercio del Gran Santiago¡ Y ah¨ª s¨ª que las diferencias se multiplican.
Pero ?msterdam no siempre fue as¨ª. Luego de que en la d¨¦cada del 70 se cansaran del incremento de los autom¨®viles y por sobre todo del aumento de accidentes del tr¨¢nsito generados por los veh¨ªculos motorizados, se opt¨® por adaptar la ciudad a las bicicletas, apalanc¨¢ndose en la tradici¨®n ciclista que ya exist¨ªa en Holanda. Hoy circulan m¨¢s de 400 mil bicicletas en ?msterdam y en otras ciudades de Pa¨ªses Bajos como Utrecht, m¨¢s del 51% de sus habitantes utiliza la bicicleta como transporte cotidiano.
Son varios los aprendizajes. No se trata solo de construir m¨¢s infraestructura (muy necesario), sino tambi¨¦n de promover cambios culturales reforzados desde la pol¨ªtica p¨²blica. La Encuesta Nacional de Medio Ambiente refleja que el 8% de la poblaci¨®n que reside en la Regi¨®n Metropolitana asegura utilizar la bicicleta como principal su principal medio de transporte, estad¨ªsticas que van al alza.
Lo segundo, es intentar generar pol¨ªticas transversales y parejas en los distintos territorios. El ejemplo de Utrecht que se suma a la ic¨®nica ?msterdam, da cuenta de que la generaci¨®n de las condiciones para el uso de la bicicleta es una iniciativa nacional, que le ha impregnado un fuerte sello a ese pa¨ªs.
Obviamente, cada zona presenta su propia realidad, y en Chile existen ciudades con variad¨ªsimas altimetr¨ªas y condiciones clim¨¢ticas. Pero los pa¨ªses del norte europeo dan cuenta de que con convicci¨®n todo se puede¡ Copenhague (Dinamarca) y Malmo (Suecia) tambi¨¦n est¨¢n entre las ocho ciudades del mundo con un uso m¨¢s intensivo de la bicicleta, sin que el clima sea un impedimento para ello.
La abundancia de bicicletas en algunas esas ciudades no dejan de presentar algunos problemas, evidentemente. Los accidentes tambi¨¦n ocurren, y en algunas calles se producen congestiones. Pero el profundo impacto en la salud y calidad de vida de las personas es tan evidente, la disminuci¨®n de los autom¨®viles y la recuperaci¨®n de los centros urbanos para el peat¨®n o el ciclista es tan agradable, que bien vale la pena aspirar a acercarnos, aunque sea un poco, a esa realidad que ocurre en el otro hemisferio del planeta. Partir cumpliendo con las promesas de duplicar las ciclov¨ªas en Chile ya ser¨ªa un buen impulso para el cual debemos seguir pedaleando.
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