El futuro era esto

Una de mis citas favoritas es del matem¨¢tico John Allen Paulos: ¡°Nadie dijo en 1900: ¡®Ya solo faltan cinco a?os para que se descubra la teor¨ªa de la relatividad¡±. Allen Paulos reflexionaba entonces sobre las Bolsas, entre otras cosas porque hab¨ªa perdido todos sus ahorros al estallar la burbuja tecnol¨®gica de los noventa. Su frase revela en un destello en qu¨¦ consiste el gran problema de la teor¨ªa del mercado eficiente, donde se supone que las virtudes y carencias de las empresas ya est¨¢n descontadas en el valor...

Una de mis citas favoritas es del matem¨¢tico John Allen Paulos: ¡°Nadie dijo en 1900: ¡®Ya solo faltan cinco a?os para que se descubra la teor¨ªa de la relatividad¡±. Allen Paulos reflexionaba entonces sobre las Bolsas, entre otras cosas porque hab¨ªa perdido todos sus ahorros al estallar la burbuja tecnol¨®gica de los noventa. Su frase revela en un destello en qu¨¦ consiste el gran problema de la teor¨ªa del mercado eficiente, donde se supone que las virtudes y carencias de las empresas ya est¨¢n descontadas en el valor burs¨¢til de sus acciones. El problema es que las verdaderas novedades son por definici¨®n impredecibles. Nadie dijo en 1900 que ya solo faltaban cinco a?os para que Einstein descubriera la relatividad. Y nadie predijo hace tres meses la pandemia de coronavirus. Lo predecible, en efecto, ya est¨¢ descontado por los mercados, as¨ª que lo ¨²nico que verdaderamente altera la econom¨ªa financiera es lo que nadie ha predicho. El virus m¨¢s famoso de nuestro tiempo, el SARS-CoV-2, es el ejemplo perfecto.

Estoy revisando las predicciones m¨¢s solventes para 2020 que se hicieron en diciembre. El a?o iba a estar dominado por la elecci¨®n presidencial en Estados Unidos que deb¨ªa decidir si Trump aguanta una segunda legislatura. La guerra comercial, e incluso cultural, entre China y Norteam¨¦rica decidir¨ªa el futuro de la tecnolog¨ªa y el comercio mundial. El destino de Ir¨¢n y Oriente Pr¨®ximo iba a depender por completo de la reconstrucci¨®n de los tratados antinucleares internacionales que la Casa Blanca se hab¨ªa cargado en los meses y a?os anteriores. La amenaza de una nueva recesi¨®n iba a venir de la reacci¨®n nacionalista a los tratados globales de comercio. Beber alcohol se pasar¨ªa de moda un siglo despu¨¦s de la Ley Seca y Al Capone. Los mayores de 65 iban a vivir una edad dorada en que su edad ya no ser¨ªa un impedimento para seguir contribuyendo a la sociedad. Las grandes ambiciones europeas de Ursula von der Leyen, la crisis de popularidad de Emmanuel Macron, el frenazo de la econom¨ªa alemana, todo se ha disipado como un suspiro en la tormenta al llegar lo ¨²nico que los mercados no ten¨ªan descontado. El coronavirus. Lo imprevisible.

Sabemos ahora que esa min¨²scula entidad biol¨®gica que hemos importado de alg¨²n animal desde un mercado vivo de Wuhan ha puesto patas arriba medio planeta y pronto colonizar¨¢ el otro medio

Sabemos ahora que esa min¨²scula entidad biol¨®gica que hemos importado de alg¨²n animal desde un mercado vivo de Wuhan ha puesto patas arriba medio planeta y pronto colonizar¨¢ el otro medio. Cuando apunte el verano, la econom¨ªa mundial ¨Ct¨² y yo, desocupado lector¡ª habr¨¢ sufrido un hachazo del 10% del PIB (producto interior bruto, una medida de la riqueza de cada pa¨ªs) en el primer cuatrimestre. La gente llevar¨¢ meses confinada y acusar¨¢ los da?os psicol¨®gicos de esa situaci¨®n, como ansiedad, depresi¨®n, irritabilidad y estr¨¦s postraum¨¢tico. Muchos habr¨¢n muerto, y muchos m¨¢s regresar¨¢n a una penuria que ni siquiera hab¨ªan abandonado del todo, la inversi¨®n se congelar¨¢ y el paro juvenil se agravar¨¢. El futuro era esto.

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