La pol¨ªtica cient¨ªfica, ?otra v¨ªctima en tiempos del coronavirus?

En estos d¨ªas de debate sobre la pandemia y sobre las lecciones que podemos aprender de esta crisis, parec¨ªa haber quedado meridianamente claro el reconocimiento por parte de todos de la importancia de la ciencia y de la investigaci¨®n para resolver esta situaci¨®n o las similares que podamos encontrarnos en el futuro. La apuesta decidida (o no) por la investigaci¨®n se pone de manifiesto por la importancia dada por los gobiernos, al menos, a dos elementos fundamentales: la financiaci¨®n, y la estructura y jerarqu¨ªa de gobierno que se decida para ella.

Pues bien, la estructura de gobierno h...

En estos d¨ªas de debate sobre la pandemia y sobre las lecciones que podemos aprender de esta crisis, parec¨ªa haber quedado meridianamente claro el reconocimiento por parte de todos de la importancia de la ciencia y de la investigaci¨®n para resolver esta situaci¨®n o las similares que podamos encontrarnos en el futuro. La apuesta decidida (o no) por la investigaci¨®n se pone de manifiesto por la importancia dada por los gobiernos, al menos, a dos elementos fundamentales: la financiaci¨®n, y la estructura y jerarqu¨ªa de gobierno que se decida para ella.

Pues bien, la estructura de gobierno ha cambiado. Y lo ha hecho en mitad de la crisis. Se ha suprimido la Comisi¨®n Delegada del Gobierno de Pol¨ªtica Cient¨ªfica, Tecnol¨®gica y de Innovaci¨®n, que fue creada en 1963 y se hab¨ªa mantenido de forma ininterrumpida hasta hace unos d¨ªas. El decreto ley del 17 de marzo de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto econ¨®mico y social de la Covid-19, mediante su disposici¨®n final tercera, modifica la ley de la ciencia 2011 y elimina el art¨ªculo 41 que regulaba esta comisi¨®n, el cual queda sin contenido.

La comisi¨®n referida ha sido el ¨®rgano colegiado del Gobierno de Espa?a encargado de llevar a cabo la planificaci¨®n, coordinaci¨®n y el seguimiento de la pol¨ªtica cient¨ªfica, tecnol¨®gica y de innovaci¨®n de nuestro pa¨ªs. Los art¨ªculos 42 y 43 de esta ley otorgan tambi¨¦n competencias a la extinta Comisi¨®n Delegada del Gobierno, entre ellas, establecer los mecanismos de seguimiento y evaluaci¨®n del desarrollo del Plan Estatal, as¨ª como elevar al Gobierno las propuestas de los Planes Estatales de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n, para su aprobaci¨®n y posterior remisi¨®n a las Cortes Generales. No parecen atribuciones menores, desde luego. Por tanto, con esta supresi¨®n, se quedan en el limbo normativo competencias importantes y vitales para nuestro sistema de I+D+i.

Conviene recordar que el actual Plan Estatal es el principal instrumento de la Administraci¨®n General del Estado para el desarrollo y consecuci¨®n de los objetivos de la Estrategia Espa?ola de Ciencia y Tecnolog¨ªa y de Innovaci¨®n 2013-2020 y de la Estrategia Europa 2020. Hasta el momento el Gobierno no ha aclarado qui¨¦n asumir¨¢ ahora las competencias de la comisi¨®n eliminada referidas al establecimiento de los mecanismos de seguimiento y evaluaci¨®n del Plan Estatal de I+D+i, otorgadas por los art¨ªculos 42 y 43 de la Ley, los cuales no han sido eliminados por el decreto ley del 17 de marzo.

?Qui¨¦n coordina?

Claramente la ciencia ha salido perdiendo con esta decisi¨®n porque se ha eliminado la estructura del Gobierno encargada de asegurar que las labores cient¨ªficas y tecnol¨®gicas del poder ejecutivo se coordinen adecuadamente a fin de proporcionar el mayor beneficio posible a la sociedad. Y muy posiblemente de esta decisi¨®n, tambi¨¦n se vea negativamente afectada la financiaci¨®n. Con la supresi¨®n de este ¨®rgano ya no se sentar¨¢n en la misma mesa, bajo la presidencia de la vicepresidenta del Gobierno, el ministro de Ciencia e Innovaci¨®n y la ministra de Hacienda. Y todos podemos suponer, a¨²n m¨¢s que hasta la fecha, lo que ello significar¨¢.

Creo que no es acertado suprimir esta comisi¨®n, pero menos acertado ha sido suprimirla en este momento. En un momento en el que parec¨ªa haberse llegado a un consenso de Estado sobre la importancia que la investigaci¨®n tiene y tendr¨¢ para Espa?a. Ahora que cre¨ªamos que la ciencia, la investigaci¨®n y la innovaci¨®n eran ¨¢reas prioritarias para cualquier gobierno de nuestro pa¨ªs, posiblemente se haya eliminado el ¨®rgano de coordinaci¨®n de m¨¢s importancia para las circunstancias que vivimos, en el momento m¨¢s inoportuno. Pero lo peor no es esto. Lo peor, para los investigadores, al menos para m¨ª, es que una vez m¨¢s vuelve a tener lugar, en relaci¨®n con la investigaci¨®n, una falta aplastante de coherencia en la acci¨®n de gobierno, entendi¨¦ndose la coherencia como la actitud l¨®gica o consecuente con los principios que se profesan, o que se aparentan profesar.

¡°Con la supresi¨®n de este ¨®rgano ya no se sentar¨¢n en la misma mesa, bajo la presidencia de la vicepresidenta del Gobierno, el ministro de Ciencia e Innovaci¨®n y la ministra de Hacienda. Y todos podemos suponer, a¨²n m¨¢s que hasta la fecha, lo que ello significar¨¢¡±

No he visto, ni he le¨ªdo desde el 18 de marzo pasado, ni una sola explicaci¨®n por parte del Gobierno que pueda justificar la decisi¨®n de suprimir la comisi¨®n delegada a la que se ven¨ªa haciendo alusi¨®n. Ni de momento se atisba la creaci¨®n de un nuevo ¨®rgano con el peso del suprimido, que contaba con la presencia de una vicepresidenta y once ministros, y que adem¨¢s se hab¨ªa intentado proteger regul¨¢ndolo por medio de una Ley. Todo esto genera confusi¨®n, des¨¢nimo y falta de confianza.

Sean cuales fueren las posibles razones para su eliminaci¨®n, sinceramente creo que en estos momentos debe dar igual, y yo, al menos, no soy capaz de adivinar cu¨¢l puede ser la justificaci¨®n, si es que la hubiera, para tal supresi¨®n. Con el ¨¢nimo de buscar una explicaci¨®n a lo sucedido, podr¨ªa pensar que esta funci¨®n de coordinaci¨®n de la pol¨ªtica cient¨ªfica del gobierno otorgada desde 1963 a la Comisi¨®n Delegada ahora desaparecida, la va a desempe?ar el ¨®rgano paritario de coordinaci¨®n propuesto en un real decreto aprobado el 28 de enero para cohesionar y coordinar en materia de investigaci¨®n a los ministerios de Universidades y Ciencia e Innovaci¨®n, resultantes de la divisi¨®n en dos del antiguo Ministerio de Investigaci¨®n, Innovaci¨®n y Universidades. ?rgano paritario, por cierto, modificado en su composici¨®n antes de su puesta en marcha, tambi¨¦n por el real decreto 454/2020 , incluy¨¦ndose en esta estructura de coordinaci¨®n de la administraci¨®n tambi¨¦n al Ministerio de Sanidad. Francamente creo que los dos ¨®rganos no son comparables, ni en competencias, ni en composici¨®n. Aunque es cierto que en esto ¨²ltimo podr¨ªan llegar a igualarse si a partir de ahora, por medio de sucesivos reales decretos se incluyera en su composici¨®n a todos los miembros del ejecutivo con los que contaba la comisi¨®n delegada eliminada; una vicepresidenta y once ministros.

Lamentablemente no vamos aprendiendo de la pandemia, pero tampoco hemos aprendido de nuestros abuelos. Es indudable que los recursos son limitados y que establecer prioridades y tomar decisiones forma parte de las acciones de gobierno. Pero precisamente es en ¨¦pocas de crisis y de escasez, como lo hac¨ªan nuestros antepasados, demostrando una enorme generosidad intergeneracional, cuando m¨¢s hay que apostar por la educaci¨®n y el conocimiento. De esta apuesta depende nuestro futuro. Este futuro ¨²nicamente se puede dise?ar y construir apostando por la investigaci¨®n, la salud y la educaci¨®n. Quiero pensar que a¨²n estamos a tiempo de rectificar y elegir el camino correcto.

Jos¨¦ Juli¨¢n Garde L¨®pez-Brea es catedr¨¢tico de Universidad. Universidad de Castilla-La Mancha y acad¨¦mico de N¨²mero de las Reales Academias Nacionales de Ciencias Veterinarias y de Doctores de Espa?a.