La ciencia explica c¨®mo se sincronizan m¨²sicos y bailarines
Un nuevo estudio concluye que el ser humano interrumpe la informaci¨®n que vaya a alterar la armon¨ªa con el grupo
El cerebro humano est¨¢ dise?ado para buscar la armon¨ªa absoluta y cada una de sus neuronas tiene un ritmo. Esto hizo que, desde el origen, la gente actuase de una manera organizada. El caos no convence y, sin que la persona ni siquiera se d¨¦ cuenta, el cerebro sublima errores y trata de alcanzar, cueste lo que cueste, la sincron¨ªa. Por eso, al mirar un espect¨¢culo de danza, el p¨²blico siente cierta alegr¨ªa. ¡°Es brutal, s¨ª. La sincron¨ªa transmite muchas sensaciones a tu cerebro. Genera sentimientos positivos¡±, asegura Jes¨²s Porta, vicepresidente de la ...
El cerebro humano est¨¢ dise?ado para buscar la armon¨ªa absoluta y cada una de sus neuronas tiene un ritmo. Esto hizo que, desde el origen, la gente actuase de una manera organizada. El caos no convence y, sin que la persona ni siquiera se d¨¦ cuenta, el cerebro sublima errores y trata de alcanzar, cueste lo que cueste, la sincron¨ªa. Por eso, al mirar un espect¨¢culo de danza, el p¨²blico siente cierta alegr¨ªa. ¡°Es brutal, s¨ª. La sincron¨ªa transmite muchas sensaciones a tu cerebro. Genera sentimientos positivos¡±, asegura Jes¨²s Porta, vicepresidente de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa y miembro del Consejo Espa?ol del cerebro. Eug¨¦nie Bataille, actriz de comedia musical en Montreal (Canad¨¢) que ha estudiado esto desde que es una ni?a y es ahora core¨®grafa en Par¨ªs, confirma esta experiencia. ¡°O¨ªr seis voces distintas que se funden en una sola pone la piel de gallina. Es incre¨ªble. La comedia musical es el arte mismo de la sincron¨ªa¡±, testifica.
Explica Porta que el ser humano puede alcanzar la sincron¨ªa por ser capaz de ponerse en el lugar de otro. El cerebro tiene lo que se llaman neuronas espejo que le permiten entrar en sincron¨ªa y contestar a est¨ªmulos externos o internos, as¨ª como sentir empat¨ªa, o¨ªr una melod¨ªa y unas armon¨ªas o realizar los movimientos que observa. De hecho, si un ambiente le propone un ritmo, a la persona le cuesta ir a uno distinto. ¡°Tiene que hacer un esfuerzo para ir a contracorriente. Nos cuesta hacer algo diferente¡±, a?ade el experto. Otra de las claves es la pr¨¢ctica y la actividad del l¨®bulo frontal, en particular, que permite automatizar el ritmo. ¡°Si tenemos que pensar en el movimiento, nos va a costar alcanzar la sincron¨ªa y entrar¨ªamos en retraso. Por eso se repite una y otra vez y se ensaya¡±, explica.
¡°El cerebro humano es la estructura m¨¢s compleja del universo¡±, insiste Porta. Una persona tiene una red de conexiones que no se ve en otros animales. Es capaz de interrumpir la llegada de informaci¨®n si as¨ª lo decide. Esta habilidad da lugar a un mecanismo eficiente que elimina las se?ales frustrantes que obstaculizan la sincronizaci¨®n y les ayuda a ajustarse entre ellas. Es la conclusi¨®n del estudio reciente publicado en Nature Communications. ¡°Estamos solo al principio de la investigaci¨®n y quiero ampliar el an¨¢lisis a m¨¢s violinistas, a otros instrumentos y a la danza¡±, explica Moti Fridman, el autor del estudio e investigador en la Facultad de Ingenier¨ªa e Instituto de Nanotecnolog¨ªa y Materiales Avanzados en la Universidad Bar-Ilan de Israel. De hecho, a ¨¦l le hubiese encantado empezar por el baile a modo de continuaci¨®n de otros estudios existentes desde hace varios a?os. Le parece muy interesante descubrir tambi¨¦n c¨®mo, incluso en el silencio, son capaces de sincronizar su cuerpo sin un murmullo.
El problema es que los movimientos de los bailarines son mucho m¨¢s dif¨ªciles de controlar. ¡°Durante el experimento con los violinistas, me bastaba con apretar un bot¨®n para ver qu¨¦ ocurr¨ªa. Tengo que pensar c¨®mo aplicarlo al baile¡±, argumenta. La ma?ana de este mi¨¦rcoles, Fridman, como de costumbre, fue a su clase de baile. En un momento dado, quitaron el espejo. Lo que ocurri¨®, asegura, fue muy curioso. Se crearon dos grupos de bailarines que segu¨ªan su propio ritmo y diferentes impulsos, pero cada uno con su sincron¨ªa. ¡°Vi mi experimento reflejarse en la danza¡±, dice.
Los investigadores configuraron 16 violines el¨¦ctricos aislados para que tocasen repetidamente una frase musical. Los artistas no pod¨ªan verse ni escucharse entre s¨ª. Solo pod¨ªan o¨ªr la informaci¨®n de los auriculares, cuyo sonido, a veces, se interrump¨ªa para ver qu¨¦ ocurr¨ªa y c¨®mo el violinista modulaba su retraso para estar en fase con el grupo. Tambi¨¦n tuvieron cuidado en no repetir demasiado las notas para que el m¨²sico pudiera reconocer el momento de la partitura en la que se encontraban sus compa?eros. En segundo lugar, se manten¨ªa la frase musical c¨ªclica, sin un comienzo muy claro, en la misma octava para evitar matices y confusiones. Hicieron lo mismo con varias frases y siempre obtuvieron resultados similares.
?Y qu¨¦ sienten los artistas?
El mundo de jazz es un ejemplo curioso. En el momento del espect¨¢culo, todo es improvisado, nada est¨¢ escrito. Pablo Guti¨¦rrez Calvo, pianista madrile?o de jazz, miembro de los conjuntos de Javier Colina, Bob Sands y Joaqu¨ªn Chac¨®n, entre otros, cuenta que lo m¨¢s dif¨ªcil a la hora de dedicarse a este g¨¦nero musical es el ritmo. ¡°Todas las decisiones se toman en un milisegundo¡±, a?ade. ¡°Y para que funcione todo en una banda entera tenemos que ir totalmente sincronizados¡±. Para poder manejar esta instantaneidad, existe una jerarqu¨ªa. Un solista va a proponer una idea musical frente a la cual todos tendr¨¢n que reaccionar, y hacerlo a la vez entre s¨ª a las de cada uno, sin ni siquiera tener tiempo de pensar. ¡°Pensar te har¨ªa ir con retraso¡±, explica Guti¨¦rrez Calvo. El m¨²sico no sabr¨ªa explicar por qu¨¦ es capaz de hacer eso y habla de magia: ¡°Es fascinante. Estamos en fase todo el rato. Se sincronizan incluso los pensamientos. Es un trabajo colectivo¡±.
Un punto que le parece esencial es la cercan¨ªa entre los m¨²sicos, que permite que llegue el sonido ¡°a tiempo real¡± y no con retardo, como puede ocurrir en una orquesta sinf¨®nica que necesita, por esta raz¨®n entre otras, tener a un director. ¡°En el mundo musical en el cual me muevo, la distancia que recorre el sonido de unos a otros es tan peque?a que no se escucha con retardo¡±, comenta. ¡°No as¨ª en un escenario enorme con muchos metros entre int¨¦rpretes¡±.
Su hermano Unai Guti¨¦rrez Calvo es profesor de viol¨ªn desde 2004 en el Conservatorio Profesional de M¨²sica de Segovia, donde ha impartido adem¨¢s clases de M¨²sica de C¨¢mara. ?l explica que para poder manejar estos obst¨¢culos y conflictos exteriores hace falta interiorizar la sensaci¨®n de pulso, ritmo y medida. ¡°Hay que tener un pulso com¨²n y una sensaci¨®n r¨ªtmica segura para poder fundirse luego en un conjunto¡±, subraya. A sus alumnos les ense?a c¨®mo encajar, les acostumbra a escuchar otras voces desde el principio y va a?adiendo componentes externos para que se entrenen en no perder el hilo. ¡°Las interferencias externas a veces son constructivas, como las otras voces, por ejemplo, porque te ense?an a tener una respuesta frente a lo que te plantean y ver el di¨¢logo que se establece. La escucha en tiempo real es seguramente lo m¨¢s importante¡±, finaliza.
Sara S¨¢nchez, directora de la compa?¨ªa de danza que lleva su nombre y de la escuela de danza WiTeam de Madrid, opina algo parecido. Para ella, el mayor obst¨¢culo para que sus bailarines alcancen la sincron¨ªa es que escuchen la misma m¨²sica. ¡°No todos la escuchamos de la misma manera¡±, comenta. Y ah¨ª es donde entran en juego los cinco sentidos para captar d¨®nde est¨¢ el grupo y adaptarse a su movimiento cuanto antes. Bajo su punto de vista, hace falta pr¨¢ctica y conocer muy bien al equipo. ¡°Quiz¨¢s alguien se descompensa y tienen que escuchar al grupo para saber d¨®nde entrar lo antes posible, y eso es pr¨¢ctica¡±, asegura. Algo que es muy bonito e interesante para ella es que es posible tener movimientos diferentes pero estar en total sincron¨ªa con la m¨²sica: ¡°Para eso, tienes que tener todos los sentidos puestos en los compa?eros¡±.
Bataille aprendi¨® a cantar y adaptarse a la complejidad de una obra gracias a la capacidad de su o¨ªdo para memorizar los sonidos, los matices y las diferentes voces. ¡°Es dif¨ªcil sincronizarse cuando no nos vemos¡±, comienza. Un d¨ªa, en pleno espect¨¢culo del musical Mamma M¨ªa, ella perdi¨® la cuenta. Ten¨ªa la orquesta a su espalda y salt¨® una p¨¢gina entera de la partitura. Consciente de su error, alarg¨® la nota y el pianista, pendiente de ella, supo recuperar el desv¨ªo y guiar a los otros siete m¨²sicos. ¡°Hubiese podido arruinarlo todo¡±, afirma. Otra forma de mantener la sincron¨ªa es entender bien por qu¨¦ est¨¢ escrita cada cosa, con qu¨¦ est¨¢ relacionada, y seguir el hilo conductor de la historia. ¡°Todo est¨¢ unido y cada elemento est¨¢ ah¨ª por una raz¨®n. Si entiendes la multitud de elementos que interfieren, puedes orientarte¡±, confirma. Para ella la sincronizaci¨®n es un trabajo enorme y continuo. ¡°Canto porque tiene sentido y encaja perfectamente con el grupo¡±, remata.
Aplicaciones m¨¢s all¨¢ del arte
Esta capacidad del ser humano para identificar conflictos sonoros y visuales y ajustar su respuesta en consecuencia conduce a din¨¢micas ¨²nicas en redes o situaciones concretas. El estudio sugiere que este descubrimiento puede afectar a numerosos campos, incluida la econom¨ªa, la toma de decisiones, el manejo de epidemias y fake news, el tr¨¢fico y la pol¨ªtica. ?C¨®mo se podr¨ªa analizar esa sincron¨ªa en estos ¨¢mbitos? ¡°Es muy complejo. De hecho todav¨ªa no me he parado a pensar en ello¡±, contesta Fridman. Porta tambi¨¦n opina que se puede aplicar este estudio a la toma de decisiones y le resulta interesante tambi¨¦n para futuros tratamientos de enfermedades neurol¨®gicas.
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