La producci¨®n de comida desboca las emisiones de un potente gas de efecto invernadero
Las actividades humanas liberan a la atm¨®sfera siete millones de toneladas de ¨®xido nitroso al a?o
La lucha contra el cambio clim¨¢tico se ha topado con el ¨®xido nitroso (N?O) y es un serio problema. Este gas tiene un efecto invernadero 300 veces m¨¢s potente que el di¨®xido de carbono (CO?) y puede permanecer en el aire m¨¢s de un siglo. Ahora, el mayor estudio realizado hasta la fecha identifica las distintas fuentes de este compuesto mostrando que las de origen natural se han mantenido estables, pero las emisiones humanas se han desbocado. Y si no se controlan, la reducci¨®n del CO? no servir¨ªa para frenar el cambio clim¨¢tico. Pero, a diferencia de lo que sucede con este ¨²ltimo, no hay tecnol...
La lucha contra el cambio clim¨¢tico se ha topado con el ¨®xido nitroso (N?O) y es un serio problema. Este gas tiene un efecto invernadero 300 veces m¨¢s potente que el di¨®xido de carbono (CO?) y puede permanecer en el aire m¨¢s de un siglo. Ahora, el mayor estudio realizado hasta la fecha identifica las distintas fuentes de este compuesto mostrando que las de origen natural se han mantenido estables, pero las emisiones humanas se han desbocado. Y si no se controlan, la reducci¨®n del CO? no servir¨ªa para frenar el cambio clim¨¢tico. Pero, a diferencia de lo que sucede con este ¨²ltimo, no hay tecnolog¨ªas para retirar el N?O del aire. Lo peor es que forma parte esencial de la producci¨®n de comida.
La revista Nature ha publicado el que puede ser el mayor esfuerzo para saber cu¨¢nto ¨®xido nitroso hay en la atm¨®sfera y de d¨®nde viene. En el trabajo han participado decenas de cient¨ªficos de varios pa¨ªses y sus resultados no son nada buenos. Lo primero que destacan es que las emisiones de N?O no han dejado de aumentar desde la Revoluci¨®n Industrial. As¨ª, de las 270 partes por 1.000 millones (de volumen de aire) en el a?o 1750 se ha pasado a 331 partes en 2018. Adem¨¢s, la mayor parte de este incremento se ha producido en las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas.
El trabajo identifica y cuantifica 21 principales fuentes o sectores que emiten N?O a la atm¨®sfera. La mayor cantidad sigue siendo de origen natural. La actividad de microorganismos marinos y la vegetaci¨®n, en especial la liberaci¨®n desde la materia org¨¢nica de las selvas tropicales, suponen el 57% de las emisiones, dejando el 43% restante a las actividades humanas. El problema es que, mientras las naturales son relativamente estables, las artificiales han crecido en un 30% en la ¨²ltima d¨¦cada. En total, acaban en el aire 17 millones de toneladas de ¨®xido nitroso anualmente. Los procesos fotoqu¨ªmicos que antes reduc¨ªan hasta 13,5 millones de toneladas de este gas en nitr¨®geno atmosf¨¦rico ya no pueden con tanto.
La principal aportaci¨®n humana de N?O no est¨¢ en las chimeneas de las f¨¢bricas ni en los tubos de escape de los coches, est¨¢ en la producci¨®n comida. La agricultura y la ganader¨ªa emiten cada a?o 4,1 millones toneladas de ¨®xido nitroso, desestabilizando el c¨ªrculo natural del nitr¨®geno. La primera lo necesita como fertilizante, que acaba liberado como ¨®xido nitroso. La segunda lo genera en forma de purines o esti¨¦rcol. El trabajo permite tambi¨¦n repartir responsabilidades por pa¨ªses y algunos datos sorprenden, otros no tanto.
¡°Las mayores ratio de crecimiento de emisiones se producen en las econom¨ªas emergentes, en especial en China, India o Brasil, donde han crecido la producci¨®n agraria y ganadera¡±, dice en un correo el investigador de la Universidad de Auburn y principal coautor del estudio Hanqin Tian. La aportaci¨®n brasile?a, por ejemplo, ha crecido en un 120% entre 1980 y 2016. Pero los cr¨ªticos de los fertilizantes qu¨ªmicos no pueden usar esta investigaci¨®n en sus ataques: ¡°El estudio muestra que las emisiones de los fertilizantes sint¨¦ticos protagonizan el flujo en China, India y EE UU, mientras las procedentes del uso de abono animal como fertilizante dominan en ?frica y Sudam¨¦rica¡±, a?ade el tambi¨¦n director del Centro Internacional para la investigaci¨®n del Clima y el Cambio Global.
Por eso es tan complicado solucionar este problema. M¨¢s que estrat¨¦gica, la producci¨®n de comida es vital. Tambi¨¦n por eso el asunto del N?O, aunque se ha venido incluyendo en los distintos informes de Panel Intergubernamental sobre el Cambio Clim¨¢tico (IPCC, por sus siglas en ingl¨¦s), aparece arrinconado tras las cuestiones del CO? o el otro gran gas de efecto invernadero, el metano.
¡°Muchos pa¨ªses no quieren ni o¨ªr hablar del N?O, ya que tiene mucho que ver con la seguridad alimentaria¡±, dice el director ejecutivo del Global Carbon Project, el catal¨¢n Pep Canadell. Tambi¨¦n coautor del estudio, Canadell aclara enseguida que las agriculturas estadounidense y europea son grandes emisoras de ¨®xido nitroso, ¡°pero donde crece es en las econom¨ªas emergentes¡±.
El otro gran problema para reducir las emisiones es tecnol¨®gico. ¡°Para el CO?, tenemos energ¨ªas alternativas que acabar¨ªan con sus emisiones ma?ana si quisi¨¦ramos, pero no hay alternativas para el N?O¡±, lamenta Canadell. Ni las hay como fertilizante ni existen sistemas eficaces para retirar su exceso de la atm¨®sfera. Eso no significa que no se puedan rebajar sus emisiones. Europa, tanto su industria como su agricultura, ha logrado reducir su aportaci¨®n de ¨®xido nitroso a la atm¨®sfera.
¡°Pero en muchos pa¨ªses, los fertilizantes est¨¢n subvencionados y no se paga el precio real¡±, recuerda Canadell. ¡°Esto provoca un uso ineficiente y abuso¡±, a?ade. El cient¨ªfico, responsable tambi¨¦n del Centro de la Ciencia para el Clima del CSIRO australiano (equivalente al CSIC en Espa?a), cree que la retirada de estas ayudas y una mejor eficiencia reducir¨ªan el peso de los fertilizantes en la emisi¨®n de N?O. ¡°La agricultura siempre ser¨¢ un sistema con fugas del gas pero su rebaja facilitar¨ªa que las reducciones en los otros gases [CO? y metano] las compensaran¡±.
En caso contrario, los autores del informe creen imposible lograr el compromiso del Acuerdo de Par¨ªs para mantener la subida media global de la temperatura por debajo de dos grados. De hecho, como alerta el profesor de la Universidad de Stanford (EE UU) Robert Jackson en una nota, ¡°el ritmo actual de emisiones va camino de provocar un aumento t¨¦rmico global por encima de los tres grados para finales de siglo, el doble del objetivo de Par¨ªs¡±.
Puedes escribirnos a miguel@esmateria.com o seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter.