Cuando acabe la pandemia
El teletrabajo est¨¢ condenado a perdurar m¨¢s all¨¢ del virus
En materia pand¨¦mica, los temas del momento son las Navidades y las vacunas. Ambos son muy importantes, porque reprimirse de celebrar las pascuas es nuestra ¨²ltima esperanza de evitar una tercera ola de contagios y muertes, y porque vacunarse ser¨¢ pronto una actitud c¨ªvica, destinada no solo a proteger al individuo sino tambi¨¦n a la sociedad que lo acoge. Eso es lo que nos dice ahora mismo la virolog¨ªa de lo urgente, y debemos tom¨¢rnosla muy en serio. Pero un mundo inc¨®gnito nos espera cuando acabe la pandemia, tal vez dentro de un a?o en el mundo rico y dentro de tres en los pa¨ªses en desarro...
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En materia pand¨¦mica, los temas del momento son las Navidades y las vacunas. Ambos son muy importantes, porque reprimirse de celebrar las pascuas es nuestra ¨²ltima esperanza de evitar una tercera ola de contagios y muertes, y porque vacunarse ser¨¢ pronto una actitud c¨ªvica, destinada no solo a proteger al individuo sino tambi¨¦n a la sociedad que lo acoge. Eso es lo que nos dice ahora mismo la virolog¨ªa de lo urgente, y debemos tom¨¢rnosla muy en serio. Pero un mundo inc¨®gnito nos espera cuando acabe la pandemia, tal vez dentro de un a?o en el mundo rico y dentro de tres en los pa¨ªses en desarrollo. La mayor¨ªa de los analistas coinciden en que el virus tendr¨¢ efectos perdurables m¨¢s all¨¢ de la crisis, pero hasta ahora han sido m¨¢s bien percepciones subjetivas sin muchos datos a los que agarrarse. Eso est¨¢ empezando a cambiar.
Glassdoor, una web de empleo donde los trabajadores pueden incluso evaluar a sus empresarios, ha presentado una encuesta con unos resultados bien curiosos. El 70% de los trabajadores apoya un sistema mixto presencial y desde casa; el 26% quiere trabajar en casa todo el rato, y solo un marginal 4% quiere volver al curro a tiempo completo, como en los viejos tiempos. Bartleby, el analista de negocios de The Economist, sospecha que esa es la raz¨®n de que el teletrabajo durante la pandemia no haya reducido la productividad de los trabajadores, y hasta la haya aumentado en ciertos lugares. La religi¨®n presencial de las empresas puede necesitar ajustes considerables a medio y largo plazo, y no ya por el bien de los empleados, sino por el suyo propio.
Con el teletrabajo, los empresarios se ahorran espacio y recursos de oficina, argumenta Bartleby, y los empleados no necesitan vivir en una gran ciudad donde el alquiler del piso les robe la mitad de sus ingresos mensuales. La idea, no se enga?en, no es engordar el bolsillo de los trabajadores, sino recortarles el sueldo en proporci¨®n a lo que se ahorran en el piso. Seg¨²n Glassdoor, un ingeniero computacional que pueda trabajar fuera de San Francisco ¡ªla ciudad m¨¢s cercana a Silicon Valley¡ª ver¨¢ recortado su salario en un 25%, y los que se vayan de Nueva York, en un 12%. ?Te parece injusto? Es poco probable que un juez lo vea as¨ª.
Otra encuesta del Chartered Management Institute, una asociaci¨®n dedicada a la formaci¨®n en Administraci¨®n de Empresas, muestra una paradoja sobre el candor de los gestores. El 50% de ellos piensan que la pandemia les ha llevado a implicar m¨¢s a los trabajadores en la toma de decisiones, lo que estar¨ªa muy bien si fuera verdad, porque solo el 25% de los empleados suscribe esa opini¨®n. Tambi¨¦n hay un sesgo de g¨¦nero: el 69% de las mujeres con hijos, pero solo el 56% de los hombres con hijos, quieren trabajar en casa al menos alg¨²n d¨ªa a la semana para atender a los ni?os. Hay cosas que el virus no ha cambiado.
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