El machismo est¨¢ en las calles
Por cada v¨ªa del callejero espa?ol con nombre de mujer hay diez dedicadas a los hombres
Apenas hay calles con nombre de mujer. Un estudio de miles de v¨ªas, avenidas, caminos o callejones muestra que por cada una dedicada a los personajes femeninos, hay diez para los masculinos. Adem¨¢s, las calles que conmemoran a mujeres tienden a concentrarse en los barrios perif¨¦ricos, lejos del centro de las ciudades. Este sesgo de g¨¦nero tambi¨¦n se reproduce en grandes ciudades como Par¨ªs, Londres o Nueva York. Para los autores, poner nombre a las calles no es inocente y perpet¨²a la invisibilizaci¨®n de la mitad de la poblaci¨®n.
Usando datos del ...
Apenas hay calles con nombre de mujer. Un estudio de miles de v¨ªas, avenidas, caminos o callejones muestra que por cada una dedicada a los personajes femeninos, hay diez para los masculinos. Adem¨¢s, las calles que conmemoran a mujeres tienden a concentrarse en los barrios perif¨¦ricos, lejos del centro de las ciudades. Este sesgo de g¨¦nero tambi¨¦n se reproduce en grandes ciudades como Par¨ªs, Londres o Nueva York. Para los autores, poner nombre a las calles no es inocente y perpet¨²a la invisibilizaci¨®n de la mitad de la poblaci¨®n.
Usando datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), que incluye los nombres de las calles en el censo electoral, investigadores de dos universidades de Sevilla han analizado el sesgo de g¨¦nero en el callejero. En Espa?a hay unas 830.000 calles (con sus variadas denominaciones). M¨¢s de la mitad de ellas son conmemorativas: en su mayor¨ªa dedicadas a personas, aunque tambi¨¦n a fechas o eventos hist¨®ricos, como la calle Dos de Mayo o la plaza de La Constituci¨®n. Usando un algoritmo entresacaron de la muestra las que se refer¨ªan a nombres de personajes m¨¢s o menos hist¨®ricos y diferenciaron entre las que estaban dedicadas a hombres y mujeres. Tuvieron que dejar fuera algunas que se prestaban a confusi¨®n como aquellas con t¨¦rminos como Andrea (cuyo g¨¦nero es complicado de determinar sin m¨¢s contexto) o Israel (que se puede referir tanto a un nombre como al pa¨ªs).
M¨¢s de la mitad de las 830.000 calles de Espa?a est¨¢n dedicadas a personas o eventos hist¨®ricos
Los resultados de la investigaci¨®n, a punto de publicarse en una revista cient¨ªfica, pero disponible como preprint, muestran que solo el 12,1% de las calles en honor a alguien llevaban nombre de mujer en 2020. El porcentaje mejora en algo el 9,61 de v¨ªas femeninas que hab¨ªa en 2001. En el ¨¢mbito provincial, los porcentajes oscilan entre el 10,1% de Teruel y el 29,3% de C¨®rdoba. Por ciudades, los autores del estudio se detuvieron en las de m¨¢s de 100.000 habitantes. En las cuatro m¨¢s pobladas, la m¨¢s igualitaria es Madrid, con el 17,2%. La que menos es Valencia y entre medias est¨¢n Sevilla y Barcelona (ver gr¨¢ficos). El porcentaje de toda Espa?a sube en un punto si se le a?aden las v¨ªas dedicadas a santas y cuatro puntos si se incluyen todas las nombradas en honor a alguna virgen. Pero los autores, dejaron fuera todas las denominaciones religiosas.
La investigadora de la Universidad de Sevilla Dolores Guti¨¦rrez Mora, coautora del estudio, explica la exclusi¨®n: ¡°No tenemos en cuenta las calles religiosas porque no reflejan la visi¨®n moderna del rol de la mujer en la sociedad¡±. Adem¨¢s, muchas de ellas aluden a las distintas advocaciones de la virgen, que se refieren a la misma Mar¨ªa. Esto podr¨ªa distorsionar los resultados.
En cuanto a la proporci¨®n de calles en femenino, Guti¨¦rrez Mora considera que ¡°un aumento de 2,5 puntos en la proporci¨®n de calles femeninas en los ¨²ltimos 20 a?os no supone desde luego un avance significativo en t¨¦rminos de igualdad, sin embargo, hay que decir que es lo esperable¡±. Lo escaso de la mejora se deber¨ªa, dice, ¡°al peque?o porcentaje de calles nuevas y renombradas respecto al total de calles que componen el callejero de nuestras ciudades, ya que, en general, los municipios tienden a mantener los nombres de calles consolidados por el uso¡±. Pero es esta inercia lo que m¨¢s le preocupa: ¡°La baja proporci¨®n de calles dedicadas a mujeres precisamente entre las calles nuevas y renombradas¡±. Entre 2001 y 2020, el periodo que han estudiado, menos de la cuarta parte (el 18,4%) de las nuevas v¨ªas y aquellas a las que le han cambiado el nombre homenajeaban a una mujer, ¡°lo cual indica que se sigue persistiendo en el sesgo¡±, concluye la investigadora.
Hay otros resultados que refuerzan la desigualdad de g¨¦nero detectada. Al centrar la mirada en los 100 nombres masculinos y femeninos m¨¢s habituales, vieron que las v¨ªas con apelativo femenino se concentran en un n¨²mero reducido. As¨ª, la m¨¢s conmemorada en el callejero es Clara Campoamor, que por s¨ª sola da nombre al 2,3% de todas las v¨ªas dedicadas a personajes femeninos. El hombre m¨¢s nombrado es Miguel de Cervantes, con el 1% de los casos. Si se ampl¨ªa el foco, el sesgo se mantiene: los 10 nombres femeninos m¨¢s usados acaparan el 12,8% de las calles de su mismo g¨¦nero, el doble que en la nomenclatura masculina. Esto indica, seg¨²n el estudio, que las autoridades locales usan un reducido n¨²mero de nombres de mujer.
Los investigadores quisieron ir m¨¢s all¨¢ de la cantidad de datos manejados (m¨¢s de 15 millones de calles en todo el periodo) e intentaron medir si las v¨ªas en honor de mujeres eran de las importantes. Aprovechando que el Instituto Geogr¨¢fico Nacional tiene una base de datos con la longitud y coordenadas de cada calle, estudiaron si las calles de unos y de otras eran m¨¢s o menos largas. Aunque encontraron que las masculinas tend¨ªan a tener unos metros m¨¢s, no lo han considerado estad¨ªsticamente significativo. Lo que s¨ª han comprobado es que las femeninas tienen una ubicaci¨®n geogr¨¢fica secundaria: se concentran m¨¢s a las afueras que en el centro de las ciudades (ver gr¨¢ficos). Y ambos fen¨®menos pueden estar relacionados.
Este sesgo en el callejero no es exclusivo de Espa?a. Se repite en cuatro grandes ciudades que fueron faros de occidente: Viena, Par¨ªs, Londres y Nueva York
Para Daniel Oto Peral¨ªas, de la Universidad Pablo de Olavide y coautor del estudio, que no haya diferencia de longitud ¡°puede deberse a que las calles de las mujeres, al estar m¨¢s frecuentemente en zonas perif¨¦ricas, corresponden a v¨ªas de longitud media, mientras que en las masculinas se mezclan calles cortas c¨¦ntricas con avenidas m¨¢s largas¡±. La lejan¨ªa de las calzadas femeninas del centro podr¨ªa tener que ver con el hecho de que, al ser muchas de nuevo trazado, se concentran casi por obligaci¨®n en las zonas de expansi¨®n de las urbes.
Este sesgo en el callejero no es exclusivo de Espa?a. Un estudio publicado esta semana en la revista cient¨ªfica PLoS ONE lo ha investigado con 5.000 calles de cuatro ciudades que en su momento fueron faros de occidente: Viena, Par¨ªs, Londres y Nueva York. Este trabajo usa estas v¨ªas que conmemoran a personas como indicadores de varios ¨¢mbitos, desde el sesgo de g¨¦nero hasta la relevancia de las distintas ocupaciones, pasando por el reconocimiento a los extranjeros.
El primer dato a destacar es que Par¨ªs, es la ciudad con mayor desigualdad en su callejero de las cuatro. Solo el 4% de las v¨ªas con nombres, est¨¢n dedicadas a alguna mujer. Esto sit¨²a a las grandes ciudades espa?olas por delante de la capital francesa, pero lejos de las otras tres. En Nueva York, la cuarta parte de sus calles que reconocen a personas, son para las mujeres, aunque es importante destacar que muchas ciudades y pueblos de Estados Unidos ponen n¨²meros o t¨¦rminos vern¨¢culos (main street, por ejemplo) a sus calles en vez de nombres. El porcentaje sube al 40% en Londres y en Viena, m¨¢s de la mitad de las calles llevan el nombre de una mejor. En la capital austr¨ªaca se nota el esfuerzo realizado en las ¨²ltimas d¨¦cadas para corregir el sesgo hist¨®rico en su callejero, como recoge este art¨ªculo de la BBC.
Para Marios Constantinides, investigador del Nokia Bell Labs de Cambridge (Reino Unido) y coautor del estudio de las cuatro ciudades, el caso de Par¨ªs es muy llamativo por ¡°haber sido centro de los movimientos y debates por la igualdad de g¨¦nero¡±, escribe en un correo. En 2015, por ejemplo, el colectivo Osez le f¨¦minisme! (?Atr¨¦vanse al feminismo!, en espa?ol) lider¨® una campa?a para renombrar calles de Par¨ªs con nombres de mujeres, iniciativa que secund¨® en su momento la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo. ¡°An¨¢lisis como el nuestro permitir¨ªan comprobar si estas pol¨ªticas y movimientos tiene alg¨²n impacto¡±, concluye. Constantinides han publicado en internet el proyecto Streetonomics, con datos y visualizaciones de las cuatro urbes.
Ese impacto es algo que tambi¨¦n destaca Oto Peral¨ªas. El cient¨ªfico de la UPO es pionero en el uso de los nombres de las calles para indagar en los valores culturales y situaci¨®n socioecon¨®mica de las ciudades. Ya en 2017 estudi¨® la preponderancia de los t¨¦rminos religiosos en el callejero espa?ol, con casi un tercio de todas las calles con alguna referencia religiosa. Entonces su trabajo ilustr¨® que all¨ª donde hab¨ªa m¨¢s calles de santos y v¨ªrgenes, la sociedad tend¨ªan a ser m¨¢s religiosa. Con el sesgo de g¨¦nero podr¨ªa estar sucediendo lo mismo. Como ¨¦l dice, ¡°los nombres de las calles son mensajes de contenido ideol¨®gico que se integran en la vida cotidiana de las personas¡±.
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