?Cu¨¢nto queda para los nacimientos a la carta?
Cambiar genes ya es posible t¨¦cnicamente. ?Es ¨¦ticamente aceptable?
La proliferaci¨®n de noticias relacionadas con la modificaci¨®n gen¨¦tica ha rescatado del exilio algunas preguntas inquietantes que la pandemia parec¨ªa haber dejado en letargo. Por ejemplo: ?Veremos alg¨²n d¨ªa nacimientos con rasgos elegidos a la carta, como el color de ojos? Probablemente, ...
La proliferaci¨®n de noticias relacionadas con la modificaci¨®n gen¨¦tica ha rescatado del exilio algunas preguntas inquietantes que la pandemia parec¨ªa haber dejado en letargo. Por ejemplo: ?Veremos alg¨²n d¨ªa nacimientos con rasgos elegidos a la carta, como el color de ojos? Probablemente, la reciente puesta en libertad de He Jiankiu, el cient¨ªfico responsable del experimento que dio lugar al nacimiento de los primeros seres humanos modificados gen¨¦ticamente, haya contribuido a despertar algunos fantasmas aletargados.
La respuesta r¨¢pida es que, como demostr¨® este cient¨ªfico en 2018, cambiar genes ya es posible t¨¦cnicamente, pero est¨¢ prohibido. Adem¨¢s, las herramientas empleadas muestran todav¨ªa ciertas limitaciones y la mayor¨ªa de las modificaciones gen¨¦ticas que podemos producir son todav¨ªa poco llamativas. Por ejemplo, este cient¨ªfico modific¨® gen¨¦ticamente un ¨®vulo fecundado retirando de su ADN las instrucciones para fabricar una mol¨¦cula de nuestro cuerpo cuyo nombre puede no decirnos mucho, la prote¨ªna CCR5. De este experimento nacieron un par de ni?as gemelas incapaces de producir esa mol¨¦cula para siempre en cualquiera de sus futuras c¨¦lulas, incluidos sus propios ¨®vulos. Por tanto, lo trascendente es que cuando alguna de esas gemelas se reproduzca, su cuerpo producir¨¢ unos hijos que tambi¨¦n recibir¨¢n una copia del ADN modificado gen¨¦ticamente.
Esto supondr¨¢ que la innovaci¨®n que He Jiankui introdujo en las gemelas se heredar¨¢. En ese caso, ser¨¢ la primera vez que una modificaci¨®n gen¨¦tica artificial pase de una generaci¨®n a la siguiente. Precisamente, eso es lo que proh¨ªbe de forma casi un¨¢nime la legislaci¨®n internacional. Las leyes de la mayor¨ªa de los pa¨ªses consideran que es temprano para que los cambios gen¨¦ticos de laboratorio pasen a transmitirse y formar parte del acervo hereditario de la humanidad. Por el contrario, modificar gen¨¦ticamente con fines terap¨¦uticos c¨¦lulas de un individuo desarrollado, no est¨¢ prohibido (al menos no lo est¨¢ universalmente). La raz¨®n es que los cambios gen¨¦ticos que se introduzcan en, por ejemplo, la sangre, el h¨ªgado o el pulm¨®n de un adulto morir¨¢n con el individuo, no se transmitir¨¢n a sus descendientes.
?Evitar la propagaci¨®n de un cambio gen¨¦tico artificial es la ¨²nica raz¨®n por la que se regulan este tipo de experimentos? No, la abrumadora mayor¨ªa de la comunidad cient¨ªfica considera que las t¨¦cnicas de edici¨®n gen¨¦tica, como la conocida CRISPR-Cas9, son todav¨ªa demasiado complejas y novedosas para que merezca la pena ensayarlas m¨¢s en profundidad antes de aplicarlas. Al fin y al cabo, la edici¨®n gen¨¦tica implica cortar y pegar, meter y sacar, fragmentos de ADN en el interior de min¨²sculas c¨¦lulas; el objetivo de los investigadores es dominar las herramientas para poder garantizar que se ejecutar¨¢ exclusivamente la modificaci¨®n planificada. Un peque?o error podr¨ªa da?ar otras partes del ADN, produciendo mutaciones nocivas y enfermedades.
?Y cu¨¢ndo se domine el proceso servir¨¢ para reparar cualquier enfermedad gen¨¦tica? No, aunque se han presentado abundantes resultados esperanzadores, hay un factor determinante que condiciona su implementaci¨®n. Pensemos, por ejemplo, en nuestro coraz¨®n. Este, como cualquiera de nuestros ¨®rganos, est¨¢ formado por miles de millones de c¨¦lulas. Resulta in¨²til intentar hacer llegar a todas ellas una copia correcta del gen que se quiere reparar o eliminar en un adulto. Esta dificultad, precisamente, es la que se soluciona modificando un ¨®vulo reci¨¦n fecundado. Editar el ADN antes del nacimiento es la ¨²nica forma viable de garantizar que la reparaci¨®n alcanzar¨¢ la totalidad de las c¨¦lulas del cuerpo. As¨ª que, la modificaci¨®n gen¨¦tica en pacientes no es eficiente salvo en determinados ¨®rganos y tipos de c¨¦lulas con caracter¨ªsticas particulares, como la sangre o el ojo, donde se est¨¢n alcanzando algunos logros estimulantes.
?Se podr¨¢n modificar rasgos como el color de ojos cuando el procedimiento sea legal en ¨®vulos o embriones (si alguna vez lo es)? Quiz¨¢ s¨ª, pero es probable que haya sorpresas. Los rasgos, como el color de ojos, est¨¢n determinados por varias decenas de genes que realizan una peque?a contribuci¨®n coordinada. Hoy en d¨ªa ser¨ªa inabordable modificar todos ellos por la dificultad t¨¦cnica que implica, aunque probablemente en un futuro pr¨®ximo sea factible. En cualquier caso, la gen¨¦tica es muy compleja y tendremos que asumir que esos genes participan en otros muchos procesos dentro del organismo, por lo que altearlos tendr¨¢ consecuencias m¨¢s all¨¢ del color de ojos, por ejemplo, en tejidos como el pelo y la piel. Por otro lado, independientemente del inter¨¦s que puedan tener decisiones caprichosas como elegir el color de ojos, la presencia de la mayor¨ªa de los rasgos est¨¢, adem¨¢s, modulada por factores ambientales. Por ejemplo, la estatura depende de varios centenares de genes y eso solamente condiciona una parte del resultado final, que tambi¨¦n marcan la dieta, el estado de salud, etc¨¦tera. Ser¨¢n necesarias una gran inversi¨®n y cantidad de conocimiento para poder siquiera plantearlo ?merecer¨¢ la pena?. Para acabar de presentar el panorama, cabe a?adir que el gen de la prote¨ªna CCR5 que
He Jankui retir¨® del ADN de las gemelas es el receptor celular que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH/SIDA) emplea para ingresar en los gl¨®bulos blancos de nuestra sangre e infectarlos. Es decir, el objetivo del experimento era producir los primeros humanos sin receptor y, por tanto, inmunes al SIDA creados por modificaci¨®n gen¨¦tica. No est¨¢ muy claro qu¨¦ consecuencias secundarias tiene ese cambio, pero, sin duda, se trata de un cambio de gran impacto cl¨ªnico obtenido mediante la modificaci¨®n de tan solo un gen. Es indiscutible que, a pesar de las dificultades y el camino que falta por recorrer, el potencial de la t¨¦cnica es notable. Adem¨¢s, debemos tomar conciencia de que el mismo procedimiento puede tener aplicaciones de intereses tan dispares como retirar una futura enfermedad de un embri¨®n o satisfacer los caprichos de unos padres. Merece la pena estar informados y reflexionar sobre ello antes de que nos alcance.
Miguel Pita es investigador y profesor de gen¨¦tica en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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